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INFORME / El tercer ciclo desindustrializador en marcha

Después de las “gestiones” de Martínez de Hoz y Cavallo, el panorama insinúa que se viene el tercer ciclo de desindustrialización en la Argentina. Algunas declaraciones de funcionarios acerca del modelo de desarrollo basado en exportaciones y servicios, sumado a la política de apertura importadora y al tarifazo, alientan esta idea. Los primeros números de la gestión Macri los corroboran.

De acuerdo con datos del Estimador Mensual Industrial (EMI), la actividad industrial de mayo de 2016 presenta una caída de 4,3% con respecto al mismo mes del año 2015 y en los primeros cinco meses del año la producción manufacturera muestra una disminución de 3,0% respecto al mismo lapso del año pasado.

Al interior del sector industrial se observa que en el primer trimestre del año cayeron los Obreros Industriales Ocupados, las Horas Trabajadas y Salario real promedio. Alineado con esta información, la utilización de capacidad instalada está en abril un 10% por debajo de igual mes del año anterior. La clásica preferencia de los liberales argentinos por los sectores agropecuario exportador y financiero ya se está viendo en los datos.

La información difundida esta semana por el INDEC, muestra que el Índice de Obreros Ocupados cayó, en términos interanuales, un 0.8% durante el primer trimestre de 2016. El Índice de Horas Trabajadas se derrumbó en el mismo período un 8.4%, con respecto a los últimos tres meses del año anterior. Por su parte, las remuneraciones reales de los trabajadores de la actividad manufacturera descendieron un 8.5% en menos de 100 días.

Los sectores más golpeados fueron: madera, automotriz, aparatos de radio y TV, maquinaria y equipo, textiles y tabaco.

En tanto, por el lado del factor capital, la utilización de la capacidad instalada en la industria que en abril de 2015 fue de 71.0% y en abril de este año fue de 62.8%. Esa baja de 10% es un claro indicador sobre el futuro de la inversión en el sector. En efecto, si los “fierros” hoy se utilizan menos, hasta que esta tendencia no se revierta, los empresarios no realizarán nuevas inversiones. Nadie invierte en un país que se achica.

La industria continúa mostrando signos de deterioro: análisis por subsectores.

El Índice de Obreros Ocupados (ISO) mide la variación en la cantidad de operarios que se desempeñan en la industria manufacturera. Cayó 0.8% en el primer trimestre de 2016, en comparación con igual período del año anterior. Los sectores que más descendieron fueron Madera excepto muebles (-7.6%), automotores (-3.5%) y tabaco (-5.0%). Si la comparación se hace entre los primeros tres meses de este año y el último trimestre del año pasado hay un (magro) crecimiento de 0,2% pero sobresale la debacle de algunos sectores como Aparatos de radio y TV (-17.7%), claramente perjudicado por el ajuste en la demanda interna. Esto se explica porque los bienes durables son los primeros que las personas recortan ante una baja de sus ingresos. Es para resaltar la pérdida de 3.9% de los puestos de trabajo en Maquinaria y equipos y de 2.0% en productos textiles. Ambos sectores están viviendo dificultades debido a la importación. En el primer caso, la entrada de tractores y heladeras está complicando muchísimo la actividad del sector.

En el Índice de Horas Trabajadas (IHT) la situación es más preocupante aún. En términos interanuales desciende un 1.1%, pero en la comparación con el cuarto trimestre del año anterior se derrumba un 8.4%. Automotores con una baja de 20.4% lidera el ranking. Dicha caída se debe principalmente a las suspensiones que se están llevando a cabo por la caída de las ventas a Brasil. Sin ir más lejos, empresas como Fiat o Volkswagen, durante principios de año, pidieron a sus trabajadores que no asistan a las fábricas algunos días de la semana. Esto, por supuesto, se vio acompañado de recortes en los salarios.

Sin embargo, esta situación de descenso nominal en las remuneraciones no fue regla general en la economía. Eso es lo que muestra el Índice de Salario por Obrero (ISO). En términos interanuales crecieron los sueldos un 31.6% y en la comparación con el trimestre anterior se elevaron un 2.4%. No obstante, en ningún caso le ganaron a la inflación. El IPC de la Ciudad de Buenos Aires muestra que los precios variaron 35.0% (interanual entre los primeros trimestres de ambos años), y que crecieron 11.9% (durante los primeros tres meses de 2016). Deflactando se obtienen las variaciones reales de los salarios (es decir, medidas en poder de compra), que fueron -2.5% interanual y -8.5% en comparación con el último trimestre de 2015. Nótese la gravedad que este último dato marca para la vida de los obreros industriales de la Argentina. En tres meses se despidieron de casi una décima parte de sus compras.

*LA GRAN MAKRO

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