Corriente Federal de Trabajadores
Más análisis y repercusiones sobre la inmensa Marcha Federal del viernes pasado. En esta ocasión Gabriel Fernández, Director de Sindical Federal y La Señal Medios, reflexiona sobre los hechos, las propuestas y las perspectivas del multitudinario acto.
Por GABRIEL FERNÁNDEZ
“Muchos han despreciado el ingenio y el poder del pueblo, pero, a largo plazo, han pagado caro su error. Los pueblos siguen la táctica del agua. Las oligarquías, la de los diques que la contienen, encauzan y explotan. El agua aprisionada se agita, acumula caudal y presión, pugna por desbordar; si no lo consigue, trabaja lentamente sobre la fundación, minándola y buscando filtrarse por debajo; si puede, rodea. Si nada de esto logra, termina en el tiempo por romper el dique y lanzarse en torrente. Son los aluviones. Pero el agua pasa siempre, torrencial y tumultuosamente, cuando la compuerta es impotente para regularla”
La frase corresponde a Juan Domingo Perón. Contiene un naturalismo extremo, que invita al optimismo estratégico. Pero es cierta. Ni siquiera hemos de indicar que los pueblos no se suicidan, como dicen algunos. Sólo diremos que el pueblo argentino ha resuelto no hacerlo.
Alumnos de una escuela de Santiago del Estero abrieron el acto. Dos pibas entonaron Himno de mi Corazón, de los Abuelos de la Nada y luego el Himno Nacional. Fueron acompañadas por una orquesta juvenil cuya continuidad está amenazada por el macrismo.
“Le queremos decir al ministro que un santiagueño sí puede ser Presidente. Lo dice el artículo 89 de la Constitución. Sería bueno que la lea de vez en cuando”; se lo espetaron a Adolfo Prat-Gay, quien había dicho que “no vaya a ser que en 2020 estemos hablando de Fulano de Tal, que vino de Santiago del Estero y se quedó con todo el poder”.
La Marcha Federal fue convocada por las dos CTA. Congregó unas 250 mil personas. Estructuralmente, la que orienta Hugo Yasky y tiene como fuerzas más potentes a Suteba y a una vertiente numerosa de la Asociación de Trabajadores del Estado, puso toda la carne al asador. Pero no le faltó compañía.
Ejes discursivos
Daniel Catalano, de ATE Capital, fue el primer orador. Con una campera con la bandera venezolana y una pechera de su gremio, leyó una carta enviada por la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, detenida desde enero en Jujuy.
Catalano le contestó a quienes criticaron la movilización por “destituyente”: “Los que estamos desestabilizados somos los laburantes, nos desestabilizaron la vida. No hay nada más democrático que los trabajadores peleando por sus derechos”.
Cinco mujeres, una por cada columna del interior, leyeron el documento elaborado en conjunto por las organizaciones convocantes. Se presentó un diagnóstico de la situación nacional (aumento del desempleo, baja del poder adquisitivo de los trabajadores, aumento de la represión) y se promovió la “unidad de articulación popular” y la “confluencia” contra la restauración neoliberal que representa el macrismo.
“Por cada minuto de tregua habrá un desocupado más”, afirmaron antes de pedir que todas las centrales sindicales convoquen a un paro. La iniciativa recibió la más entusiasta respuesta de la multitud presente.
“Más temprano que tarde vamos a construir el paro nacional”, dijo a su tuno Micheli. El dirigente de la CTA Autónoma también hizo un llamado a la unidad: “Hay que dejarnos de joder con el sectarismo. Sin perder la identidad, porque cada uno tiene su historia. Las discusiones hay que darlas en la calle codo a codo. O hay unidad y vencemos o nos desunimos y nos derrotan”.
Durante su discurso, Micheli respondió al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien había dicho que la movilización tenía “tintes políticos e ideológicos”. “Sí, los trabajadores tenemos ideología, pensamos, sentimos y luchamos por una patria liberada, no queremos ajustes, esa es nuestra ideología. El equipo económico debate si ajuste violento o gradual: ajuste las pelotas”.
El llamado a un paro estuvo presente en todos los discursos y también en la plaza, donde se coreaba “paro general”. Pablo Moyano, quien dialogó con Radio Gráfica, aseveró que en el próximo confederal de la CGT, previsto para el 23 de septiembre, varios gremios, incluido el suyo, van a reclamar el inicio de un plan de lucha.
En una dirección semejante, amparados por los planteos previos, se pronunciaron los miembros de la Corriente Federal de Trabajadores. Habían acertado en convocar de entrada, y los tiempos venideros les permitirán cosechar, dentro y fuera de la CGT.
Yasky brindó un discurso notable. “Por abajo –enfatizó- está creciendo cada vez más la unidad entre la CGT y la CTA”, lo que está orientando la construcción un espacio popular potente para enfrentar al gobierno.
Para sorpresa de algunos indicó que las dos CTA deben reunificarse. “Hay que seguir el ejemplo de la CGT, hay que buscar ese momento”, señaló. También le retrucó al Presidente, que aludió a que los trabajadores ponen “palos en la rueda”. “Nosotros queremos sacar los palos de la rueda que pusieron en nuestros salarios”, afirmó y llamó a reabrir las paritarias.
“El mercado interno se está retrayendo. Hay recesión, no tenemos plata para ir a comprar, compramos lo mínimo, las empresas cierran, los empresarios echan a trabajadores y al final cierran la persiana. Ellos creen que a largo plazo los precios van a bajar si bajan los salarios, pero eso es querer curar la presión metiendo a una persona en el freezer: la presión baja, pero la persona se muere. No queremos eso para el mercado interno”, afirmó.
Dedicó un especial fragmento a los medios de comunicación concentrados y a los periodistas que operan como voceros oligárquicos. Calificó a quienes cuestionan a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo como “mequetrefes” que no alcanzan la “estatura moral de estas mujeres”.
También puso énfasis en la vara empleada a la hora de narrar el presente. Yasky precisó que cuando los caceroleros salían a cuestionar al gobierno constitucional eran evaluados como “defensores de la democracia” y que cuando los trabajadores salen a defender sus derechos, son catalogados como “desestabilizadores”.
Luego analizó la situación latinoamericana. Resaltó los intentos de avance conservador en varias naciones hermanas y reivindicó las elaboraciones regionales de la última década. Anunció un viaje de la central que orienta rumbo a Colombia para ponerse a disposición de la paz continental.
Cinco premisas, un camino
La Marcha Federal había arrancado en cinco puntos del interior del país. Se condensó en la mañana del viernes sobre dos zonas del Gran Buenos Aires y derivó a mediados de la tarde en Plaza de Mayo.
Estuvieron presentes los integrantes de la Corriente Federal de Trabajadores, el moyanismo cegetista con epicentro en Camioneros, así como numerosas organizaciones sociales y políticas del pueblo argentino. En el palco, junto a los oradores, pudo verse a Héctor Amichetti y Sergio Palazzo, de los sindicatos gráfico y bancario. No eran los únicos.
Mientras la muchedumbre se desconcentraba, cuando caía la noche y el frío se apoderaba del aire porteño, muchos medios insistían en debatir sobre el caos vehicular, los autos comprados por el Estado, las misivas personales de una dirigente radical y los perros que entienden cosas de humanos.
Sin embargo, el acto existió. La agenda pública, dislocada, empezará a reorientarse. El movimiento obrero volvió a posicionarse en las calles y señaló los puntos centrales del debate nacional. Su voz honda logró opacar los gritos que surgen de las pantallas.
GF / SF / LSM
