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CGT / Semana clave

El miércoles se reunirá el Consejo Directivo de la CGT para definir si hay una medida de fuerza frente a las políticas del macrismo y a la falta de respuesta a los reclamos.  ¿Habrá un paro? ¿tiene margen el triunvirato para seguir probando con el diálogo?

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Por LEONARDO MARTÍN

El feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural dio un respiro a las discusiones por la convocatoria a un paro nacional de parte de la CGT. En una semana con declaraciones cruzadas y en la cual se habló mucho del rumbo que tomará la conducción de la central obrera hay grandes chances de que el próximo miércoles quede definido el llamado a una medida de fuerza que incluya un paro nacional. El primero frente a las políticas del gobierno de Mauricio Macri.

Frente a un destrato público como el del ministro de Haciendo Alfonso Prat Gay con declaraciones de que “a la CGT no se le va a dar nada” y la discusión reducida a un bono y a la exención del Impuesto al Salario del medio aguinaldo parece quedar poco margen para la conducción de la CGT. Al menos para mantener una legitimidad que desde el mismo Congreso Extraordinario es limitada. Ese día lo señalaba Sergio Palazzo cuando afirmó que era “una mesa muy chica para una unidad tan grande” remarcando que faltaban más de 100 organizaciones en ese Congreso.

El triunvirato en nombre de la prudencia puede perder la credibilidad afirmó días atrás Horacio Ghilini para mostrar la encrucijada en que se encuentra el triunvirato. En el mismo sentido fue Héctor Amichetti también en diálogo con Sindical Federal expresando “no podemos esperar nada del diálogo con el Gobierno” desestimando la posibilidad que haya respuestas de parte del Poder Ejecutivo.

Continuar con el diálogo o perder la legitimidad ante sus pares que en el último Confederal se expresaron por mayoría abrumadora de la necesidad de enfrentar a las políticas del macrismo es la encrucijada. El miércoles tras la reunión que mantendrá el Consejo Directivo se verán los resultados y si prima el reclamo mayoritario de los trabajadores o vuelve a ganar la opción dialoguista, hasta ahora sin resultados.

Dentro del universo de gremios y corrientes que hoy integran la CGT, la Corriente Federal de Trabajadores mantiene el pedido de un paro nacional en el marco de un plan de lucha y la discusión de un programa. Esto se expresó en el Confederal de julio pasado y en cada encuentro posterior de la CGT. En las últimas semanas Pablo Moyano se ha sumado abiertamente a este reclamo, con varias frases beligerantes e inclusive con una amenaza abierta de ruptura.  «Si la CGT acepta un bonito o maquillaje, no tiene sentido seguir en ese espacio» declaró días atrás.

En ese contexto la conducción de la CGT arriesga una legitimidad de por sí débil mientras delegaciones regionales de las misma Confederación del Trabajo comienzan a tomar una opción más confrontativa. Pasa en Córdoba donde el 19 de octubre habrá una jornada de protesta, lo mismo en Rosario en donde también se promueven medidas de fuerza. Muchas otras están esperando el impulso de parte de la nacional para plegarse a un llamado para  una acción más directa. A esto hay que sumar que la CTA viene reclamando por su lado una medida conjunta con la CGT que de concretarse seguramente participará activamente. 

¿ALCANZA CON UN BONO Y EXENCIÓN DE GANANCIAS PARA EL MEDIO AGUINALDO?

El otro debate es si un bono de fin de año por más generalizado que sea y la exención del medio aguinaldo del Impuesto al Salario alcanza como reivindicaciones en un año donde ha crecido el desempleo y donde el poder adquisitivo de los trabajadores registrados ha caído alrededor del 10 puntos. A ello hay que sumar el viraje a un proceso desindustrializador que recién ha comenzado poniendo en riesgo miles de trabajos directos e indirectos. Quedó claro que la ambición de la conducción de la CGT ha sido al menos limitada.

Fabián Felman, de la Confederación de Educadores Argentinos, expresó su opiniòn en Sindical Federal “Un bono no soluciona los problemas de los trabajadores”. En la misma línea Amichetti declaró “No incluye cuestiones fundamentales que tienen que ver con revertir las políticas que ponen en riesgo a las fuentes de trabajo. Lo importante es la reapertura de paritarias. El bono es algo complementario. Lo que hay que debatir es cómo no perder poder adquisitivo en el salario”.

En relación a la reapertura de paritarias la Asociación Bancaria ha dado el primer paso en ese sentido con medidas de fuerza en las últimas dos semanas y con un paro del sector para el viernes 28 de octubre.

A propósito el Gobierno ni siquiera garantiza cumplir con el pago de un bono. Funcionarios hablaron de un bono de 700 pesos, alguno más «arriesgado» dejó trascender hasta 1000 pero para aquellos que cobran planes sociales o el monto mínimo en jubilaciones y pensiones. Tranquilamente se puede interpretar como una provocación a sabiendas de que es una propuesta que va a ser rechazada por inaceptable. 

En relación al Impuesto al Salario la exención del medio aguinaldo alcanzaría a aquellos menores de  45 mil pesos. Probablemente es más sencillo resolver eso que el anterior punto descripto. Seguramente para los trabajadores mejor remunerados será una medida positiva, pero no hay que perder de vista que son muy pocos en relación a la inmensa mayoría de laburantes. Ni que hablar de la promesa de campaña de eliminar el impuesto. Eso quedó archivado bajo sietes llaves con la “pobreza cero”, “la revolución de la alegría” y tantas otras frases del marketing electoral de Cambiemos.

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