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SANTA FE / Balance del año para el movimiento obrero

Por CARLOS BORGNA

El marco del análisis económico y por consecuencia político en la Provincia de Santa Fe, lo puso un funcionario del gobierno provincial que en otras palabras expresó que como Santa Fe andaba menos mal que el resto de las Provincias, relativamente estábamos bien, sustentado en algún par de datos que refuerzan esa perspectiva de análisis, que sólo toma a la economía y el empleo formal como variante exclusiva de los resultados.

Es decir, el empleo no registrado, las miles de personas de la economía informal, precarizadas, que no entran en ningún acuerdo, no son tenidas en cuenta: el liberalismo al palo.

Pero también, al no particularizar sobre las distintas características productivas de la Provincia soslaya situaciones donde el impacto de las medidas económicas adoptadas por el Gobierno Nacional está produciendo efectos gravísimos en los niveles de empleo, cierre de comercios, inviabilidad de muchas pymes, etc., como viene ocurriendo en la zona de Rosario y Gran Rosario, por ejemplo.

Y lo dicho en el párrafo anterior no es una mera hipótesis de conflicto; el Ministro de la Producción Luis Contigiani afirmó: «El mercado interno no está en agenda, a pesar de que ningún país en la historia del capitalismo se desarrolló sin mercado interno. En este escenario, en Argentina sobran 15 millones de personas que el modelo no tiene previsto incluir». (Rosario 12 – 28/10/16). Y la creación del Observatorio de Importaciones –de indudable valor – con sus datos duros, confirmó lo hasta aquí expuesto.

El año que termina ha dejado múltiples enseñanzas para el movimiento obrero, depende de la lectura que los dirigentes de las diferentes estructuras que lo conforman, estén dispuestos a hacer de las mismas.

Todo empezó con una certeza: muchos empleados y trabajadores del sector público y privado habían votado a Mauricio Macri.

El segundo elemento quedó expuesto en el conflicto municipal en la ciudad de Las Rosas: la presencia de tropas de Gendarmería en el contralor y represión del conflicto social.

En esta línea y ya en diciembre, podemos decir que esta fuerza federal como otras –después de tanta operación marketinera de la Ministra de Seguridad de la Nación-, terminaron haciendo controles de tránsito y sacando fotos (inteligencia interna) a organizaciones territoriales. El narcotráfico, bien gracias.

La Marcha Federal expuso uno de los momentos más importantes en términos de movilización marcadamente sindical en la capital de la Provincia (el otro fue el de docentes y municipales a la Casa Gris) de muchos años a esta parte. Pero también dejó en evidencia que para algunos gremios en particular, sus acuerdos con parte del esquema de Cambiemos (Corral y compañía) es una limitante que no están dispuestos a cruzar a la hora de las negociaciones por porcentajes de aumento o definiciones de carácter político.

Lo de UPCN en este sentido es más claro, juega directamente con las patronales: ya sea en la Provincia como en lo nacional. Algún día entre los capítulos más bochornosos del sindicalismo argentino se contará la forma en como avalaron el despido de empleados del estado nacional y el desguace de organismos, donde lo del RENATEA es, quizás, lo más emblemático, pero no lo único. Su acuerdo con la Gobernadora María Eugenia Vidal de un 18% para todo el año que viene –ajustable por inflación según informan- vuelve a intentar formatear el escenario para las negociaciones salariales, siendo absolutamente funcionales a las políticas de Mauricio Macri.

La CGT de San Lorenzo atraviesa, mientras tanto, un interesante proceso de discusión ante el planteo de algunos gremios de peso, como Camioneros, para incorporarse a la misma. De todas formas, esta regional conducida por Jesús Monzón pero donde es indiscutible el peso del gremio Aceitero (las grandes terminales de granos y oleaginosas están allí), ha trabajado denodadamente en una zona marcada por los cierres de empresas y el efecto de las importaciones.
El Movimiento Sindical Rosarino primero, y luego más específicamente los gremios que responden a la producción industrial (Smata, UOM, Calzado, Muebles, etc.) han venido señalando el proceso de deterioro de la situación laboral; donde a los varios miles de comercios que debieron cerrar en Rosario, se le suma la devastadora consecuencia que está produciendo la apertura de importaciones, fundamentalmente en el centro-sur provincial.

No puede desconocerse la labor puntual del SADOP por lograr una ley que impida los despidos compulsivos en el ámbito de la educación privada. Además del esfuerzo de dirigentes y militantes, con la Carpa frente a la Legislatura; lo valioso de este antecedente y del cual debieran tomar nota otros dirigentes sindicales y políticos es la necesidad de que muchas acciones o propuestas deben tener su correlato en leyes que busquen cambiar la ecuación social y económica.

Otro dato a ponderar lo constituye el involucramiento de muchos gremios en problemáticas abarcativas de amplios sectores de la comunidad: tarifazos, derechos humanos, “Ni una menos”, libertad de Milagro Sala, etc. son señales de que en la agenda sindical se van consolidando otros temas que exceden el marco reivindicativo tradicional o constitutivo de las organizaciones de los trabajadores.

La normalización de las CGT Rafaela (Octubre) y General Obligado (Noviembre) en el segundo semestre del año es otro hecho auspicioso, ambas conducidas por los Secretarios Generales de la UOM.

El Bono de fin de año –como se lo denominó- puso al descubierto las contradicciones y posicionamientos de los distintos sindicatos como veníamos haciendo referencia, pero también las ambivalencias del Gobierno Provincial embretado por la interna política (PS-UCR) y el alineamiento (o no) a los dictados del Gobierno Nacional.

UPCN hizo la punta, frente al silencio de algunos gremios y la indecisión de otros, pero inmediatamente evidenció que esto formaba parte de una estrategia mayor.

La actitud del Intendente de Santa Fe, por fracturar las negociaciones paritarias, en un claro intento por concretar acuerdos bilaterales entre sindicatos y municipios fracasó. Si a esto le sumamos que acaba de perder la conducción del Concejo Municipal, y que la unificación de las elecciones de 2017 profundizará la crisis del FPCyS, sus objetivos políticos se ha debilitado fuertemente.

Resulta evidente lo que está en juego y por sobre todo, como queda expresada la correlación de fuerzas entre el movimiento obrero y las políticas neoliberales que se están instrumentando en la Provincia, quienes son aliados de las mismas y quienes son funcionales dentro y fuera del mundo sindical. Y aquellos que, claramente, las están enfrentando sin especulaciones partidarias, económicas o personales.

Emerge la existencia de modelos sindicales diferentes y una construcción político sindical que expresa esa realidad, aún dentro de espacios políticos-ideológicos similares (por ejemplo el kirchnerismo en su más amplia acepción).

Esto último no es patrimonio de nuestra Provincia solamente, sino que está ocurriendo, con mayor o menor grado de visibilidad, en distintos lugares del país.

La irrupción de la Corriente Federal de Trabajadores de cuenta de esa situación y marca un punto de aglutinamiento de sectores peronistas dentro de la CGT nacional que está tomando volumen y proyección en muchas regionales en el interior del país.

Vale entonces la referencia que hiciera una dirigente sindical del sur santafesino: “….hoy más que nunca sólo la unión de los laburantes puede amortiguar los golpes que los vientos políticos pretenden asestarle al pueblo trabajador.”
CARLOS BORGNA

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