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BRASIL / Una reforma (flexibilización) laboral testigo

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La situación de Brasil podría ser el espejo de un futuro próximo para la Argentina si no se detienen las políticas del macrismo en las calles y en las urnas en las próximos elecciones legislativas. Los sucesos de las últimas 24 horas en ese país son la expresión del avance los sectores más reaccionarios.

En primer lugar, ayer el Senado brasileño dio sanción a una nueva ley laboral que es un franco retroceso en la materia, con pérdida de derechos, flexibilización y un ataque directo a las organizaciones sindicales. Sumado a ello, hoy el juez brasileño Sergio Moro condenó a Lula a nueve años y medio de prisión, un Lula que venía liderando las encuestas para una hipotética  elección presidencial en Brasil. Lo que en el pasado, con bastante menos sutileza pero con igualdad de objetivos, hacían los militares en casi todo el continente, hoy se lleva adelante con un esquema más sofisticado que incluye al Poder Judicial, a los medios de comunicación de mayor envergadura y al poder económico concentrado.

La reforma laboral sancionada en  Brasil bien podría haber sido redactada por alguno de los economistas o de los CEO´s que pueblan los puestos claves del Gobierno en la Argentina. Es lo que ambicionan y lo que buscarán llevar adelante en tiempos venideros, ni que hablar si las elecciones de octubre le son favorables donde tendrán cierta legitimidad social, aunque limitada, para hacerlo.

Los cambios realizados en Brasil son un retroceso a la legislación a los años noventa en pleno auge neoliberal o más aún, a los años previos a los procesos populares de mediados del siglo pasado que en Argentina representó Perón y en Brasil Getulio Vargas. Años en los cuales en ambos países los trabajadores los avances fueron considerables, en la Argentina revolucionarios.

En el texto de la nueva ley laboral brasileña quedaron plasmadas todas las ambiciones de la derecha en materia flexibilizadora. Aquí un recorrido de los principales puntos con algunas observaciones.

 

  • Mayores facilidades del sector empresario a la hora de contratar y despedir. El “comer y descomer” del que habló con total desparpajo un funcionario del Gobierno argentino meses atrás y el avance de los contratos basura.
  • Las convenciones y acuerdos colectivos en las empresas prevalecerán sobre las disposiciones legales en temas como el parcelamiento de las vacaciones hasta en tres veces o la duración de las pausas, a condición de que estas sean de al menos 30 minutos. Es decir obviar la negociación colectiva para hacerlo por empresa, quedando el trabajador en una situación de mayor desprotección.
  • Posibilidad de jornadas de 12 horas de trabajo.
  • La ley crea la figura del trabajador autónomo exclusivo, que podrá prestar servicios a un único empleador pero sin vínculo laboral permanente. En Argentina podría significar cambiar empleados regularizados por monotributistas evitando la empresa pagar cargas sociales, indemnización por despidos, enfermedades laborales, vacaciones.
  • Se permitirá pagar salarios sobre una base horaria o diaria, pero ya no mensual. El empleador convocará al empleado con un mínimo de tres días de antelación y le informará cuál será la jornada de trabajo. Fuera de ese periodo, el trabajador no estará a disposición de esa empresa.
  • Podrá ser por «mutuo acuerdo» entre empleador y empleado, ya sin necesidad de validación sindical. Esto implica perder la protección sindical.
  • Dejará de ser obligatorio el aporte sindical (equivalente a un día de trabajo por año). En adelante, esa contribución será opcional. Punto para desfinanciar a las organizaciones sindicales en empresas que seguramente incidirán para que los trabajadores no realicen ese aporte.

  •       •La nueva ley determina el apartamiento de        mujeres embarazadas o con niños lactantes        de trabajos considerados insalubres en        grado máximo. En trabajos insalubres en grado medio o mínimo, la mujer deberá presentar un certificado médico que permita su presencia en esos lugares. Las condiciones laborales del siglo XIX quedan a la vuelta de la esquina.

El grave retroceso que implica la reforma laboral hoy fue completada con la condena del “Juez Anticorrupción” Sergio Moro sobre Lula a nueve años y medio de prisión. El mismo Lula con que Brasil pasó de ser el país más desigual del mundo (de ahí la denominación de Belindia de conjugar sectores con la riqueza de Bélgica con pobreza de la India) a sacar de la miseria a más de 30 millones de personas, a mejorar la vida cotidiana de muchos brasileños con empleo, mejores salarios y cobertura social.

También a plantear un desarrollo autónomo con el autoabastecimiento energético y el progreso tecnológico en sectores claves que convirtieron a Brasil en un actor global y una de las economía más importantes del planeta. Situación que tuvo retrocesos cuando, ya en tiempos de Dilma Rousseff vale decir, se aplicó el recetario neoliberal.

Volviendo al comienzo, Brasil es la referencia que miran con entusiasmo los sectores de poder y los funcionarios del Gobierno en Argentina. Viendo este panorama en el país vecino y conociendo las acciones y las intenciones locales parece no quedar demasiado margen de maniobra ni de especulaciones. Ya conocemos el guión y el final de la película con este proyecto político, el desafío de las organizaciones sindicales es detener esa trama, confrontar para que no avance.

En nuestro país los pasos son firmes en esa dirección. Deterioro económico que discipline las ambiciones de los trabajadores y de sus organizaciones, ataque a los convenios colectivos que según el presidente «son del siglo pasado», acuerdos como ha habido en el sector petrolero con Vaca Muerta como referencia, imposición de limitaciones para acceder a la Justicia ante una enfermedad o accidente laboral entre otros. La ambición flexibilizadora está avanzando, pero aún lo sustancial no lo pudieron realizar.

La Corriente Federal sostiene la postura de confrontar desde un comienzo, ¿avanzarán otros espacios gremiales en ese sentido al menos como mera autoconservación? ¿habrá alguna señal de la organización madre de los trabajadores?  De no hacerlo, de no reaccionar más temprano que tarde, la sombra de lo que hoy sucede en Brasil será una realidad concreta en estas tierras.

LEONARDO MARTÍN 

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