Corriente Federal de Trabajadores
La Plaza de Mayo sera el escenario de una marcha multitudinaria en oposición a las políticas del Gobierno nacional. La CGT, junto a ambas CTA, organizaciones de la economía popular, políticas y sociales confluirán en histórica plaza en repudio al ajuste económico, a la pérdida de empleos, al deterioro del poder adquisitivo del salario, a la desindustrialización y al avance sobre los derechos de los trabajadores con las reformas laboral y previsional que se impulsarán tras la elecciones de octubre. También se reclamará por la aparición con vida y esclarecimiento de la desaparición de Santiago Maldonado.
La Corriente Federal de Trabajadores dará el presente a pleno ratificando la posición que tiene desde su conformación un año atrás: hay que detener el proyecto oligárquico en beneficio de minorías que representa la alianza Cambiemos. Además es necesario que desde el movimiento obrero organizado, plantear un programa para avanzar con otro proyecto de carácter nacional, con eje en el empleo y la producción, que contemple a las grandes mayorías.
La concentración será por la tarde, convocando para las 15 hs. extendiéndose hasta las 17 hs. aproximadamente. Aún no está confirmada la cantidad de oradores, se presume que puede ser sólo uno, en ese caso tomaría la palabra Juan Carlos Schmid como miembro del Triunvirato hoy a la cabeza de la CGT.
La marcha fue anunciada el 13 de julio pasado. Fue una respuesta al brutal desalojo en la planta de Pepsico en Vicente López y a una situación económica adversa con pérdida de puestos de trabajo y con precarización del empleo. Esa misma tarde, tras una reunión del Consejo Directivo de la CGT, se convocó a la marcha para el 22 de agosto. Esa postura fue ratificada a fines de julio en el plenario de secretarios generales realizado en el microestadio de Ferro donde la mayoría de las intervenciones llamaron a una postura activa de la CGT frente a las políticas del macrismo.
Días atrás fue puesta en duda la marcha. En realidad las versiones indicaban que sectores dentro de la CGT interpretaban que no era momento de realizar la marcha con argumentaciones varias que oscilaban entre un supuesto respaldo que había recibido el Gobierno en las urnas (forzada interpretación cuando fue del 35% del electorado a nivel nacional) y por otro lado que la movilización era impopular y que eso beneficiaría al Gobierno.
Afortunadamente ganó la postura confrontativa donde la Corriente Federal marcó rápidamente el terreno con un comunicado reclamando que el Consejo Directivo respete la decisión tomada, donde el moyanismo jugó fuerte sus fichas dentro de CGT y con ambas CTA adhiriendo activamente.
La Corriente Federal, días atrás sentó posición mediante un comunicado donde reclamó el cumplimiento de la medida de fuerza, la convocatoria a un Confederal donde se determine un Plan de Acción que tenga como medida inmediata convocar a un paro nacional. Además el comunicado reclamaba:
- Cambio de la política económica.
- Emergencia Laboral y Social.
- Medidas de Protección a la industria nacional.
- Cumplimiento de la legislación laboral vigente.
¿POR QUÉ ES NECESARIA LA UNIDAD EN LAS CALLES?
Lo describíamos líneas arriba. El deterioro económico del último año y medio ha impactado negativamente en la situación de los trabajadores. Lejos de ser el esfuerzo necesario – que siempre plantean los economistas liberales – para cosechar los frutos en el futuro, es el piso sobre una situación que se irá agudizando. La redistribución de la riqueza se inclina hacia el capital, parte sustancial de los derechos laborales son cuestionados por el sector empresario en pos de una economía competitiva, para ellos por supuesto, para engrosar la tasa de ganancia de los sectores más concentrados de la economía. Por eso la reforma laboral en ciernes, a la que buscan darle legitimidad con declaraciones acerca de que será «consensuada», pero donde finalmente la cuenta la terminarán pagando los trabajadores.
¿Cambiará el Gobierno su orientación económica por una marcha multitudinaria? La respuesta es no. La muestra está en las multitudes que se movilizaron desde el 2016 para acá y que sólo lo hizo posponer algunas decisiones y en el mejor de los casos tomar otras con evidente disconformismo, pero el planteo estructural no se movió. Ahora una CGT con una posición activa, con una unidad amplia que le de fortaleza, es evidentemente un condicionamiento que permitirá frenar muchas de las políticas planteadas.
Si a ello se le suma un Congreso nacional con una representación mayormente opositora, con fuerzas políticas representando cabalmente el voto que los llevó al recinto será difícil que las reformas flexibilizadoras logren el consenso necesario. Cambiemos es la primer minoría pero lejos de contar con quórum propio.
El movimiento obrero está delante de un desafío histórico. Frenar el proyecto oligárquico regresivo y concentrador de la riqueza. Lo hizo en tiempos históricos adversos, con dictaduras, intervenciones de sindicatos y represión. Se recuperó del aniquilamiento de miles de dirigentes y delegados de fábricas, de la ola neoliberal en los noventa y de las agachadas de ciertos dirigentes en esos años. Hoy las amenazas son similares a las de otro momento de la historia argentina con un proyecto que busca disciplinar y empobrecer a los trabajadores. La marcha de esta tarde a Plaza de Mayo debe ser una respuesta contundente a las aspiraciones oligárquicas. Una demostración de que no será fácil derribar derechos ganados a lo largo de la historia.
LEONARDO MARTÍN
