Corriente Federal de Trabajadores
Los días 8 y 9 de diciembre más de 600 mujeres realizaron diversas actividades en la capital de Jujuy reclamando por la liberación de Milagro Sala y de todos los presos políticos de la Tupac Amaru. Allí estuvo Mariana Simionatto, integrante de la Corriente Federal de Trabajadores, participando de las emotivas jornadas.
2 años se van a cumplir de la injusta prisión y persecusión de Milagro Sala en Jujuy. Causas inventadas, amontonadas unas sobre otras, un poder judicial local que recibe las órdenes directas del poder político encabezado por Gerardo Morales y el poder económico de la provincia. Milagro está presa porque desafió a ese poder organizando a los postergados de siempre, con obras como barrios, piletas, centros médicos, algo imperdonable en una provincia donde ese poder no quiere desafíos, ni que una indígena, pobre, se corra del lugar subalterno y comience a cuestionarlo.
Ante esta situación, ante los maltratos como haber revocado la prisión domiciliaria tiempo atrás, frente al peligro que corre la vida de Milagro, un colectivo de mujeres bajo el lema de “Jallalla Mujeres” llegó a la provincia para reclamar nuevamente su libertad. Las actividades se desarrollaron los días 8 y 9 de diciembre en San Salvador de Jujuy con la participación de 600 mujeres, con un acto que terminó en las mismas puertas del penal de Alto Comedero. Allí se exigió no solo por Milagro, también por todos los presos y presas políticas, reclamando el cese de las persecuciones judiciales, la vulneración de los principios democráticos y el silencio mediático.
“Fue una muestra de fuerza convocante y organizativa. Fuimos más de 600 mujeres de distintas provincias, sindicatos, movimientos feministas, la Comisión de Libertad por Milagro Sala y de Derechos Humanos” cuenta Mariana Simionatto, integrante del Sindicato Unico del Automóvil Club (SUTACA) y de las Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores, que participó del encuentro.
“El viernes 8 de diciembre se realizó una conferencia de prensa donde se pidió la liberación de presos y presas políticas y por el derecho a la libertad en este modelo neoliberal. Luego se organizó un trabajo en diversas comisiones y se planificaron las actividades del día siguiente . Esa primer jornada se cerró en el mismo local de la Tupac con una fiesta con grupos locales y ventas de artículos producidos por las presas del penal”.
“El sábado se realizó una marcha plural y federal proclamando ´Jujuy Escucha, Únete a la lucha´ hasta la Casa de Gobierno. Allí nos sacamos la foto sosteniendo una imagen de Milagro. Después seguimos hasta el Penal de Alto Comedero donde instalamos la radio abierta que funcionó como un nexo con Milagro” narró.
“Nos comentaron que estaba feliz y orgullosa de la fiesta que se realizaba frente al penal bajo una lluvia torrencial” contó respecto a la reacción de Milagro ante ese apoyo popular.
“Fue una experiencia profunda en lo personal y un mojón más en lo colectivo que marca el camino de repudio a la detención de una luchadora social y por las pésimas condiciones en que se la mantiene. Las Mujeres Sindicalistas bregamos por la liberación de todos los presos políticos y por la intención de acallar las voces disidentes como Milagro que se atrevió de su condición de mujer, india, rebelde, insurrecta y organizada a crear un movimiento de dignidad. Se quiere acallar la conciencia y el empoderamiento social” concluyó.
