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La bendición de los ajustados

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Por HÉCTOR AMICHETTI*

El Paro tiene adhesión de mayorías y la bendición de Dios.

Si fuera un domingo, ni las misas se celebrarían.

Las expresiones de Monseñor Lugones, titular de la Pastoral Social, demuestran el aislamiento en que ha quedado el Gobierno Nacional.

Quien elige malas amistades, aleja a las buenas.

El abrazo con el Fondo Monetario Internacional espanta a antiguos aliados.

Veamos sólo algunos ejemplos:

El ajuste requerido por el FMI obliga al gobierno a reducir gasto en la obra pública. La Cámara Argentina de la Construcción (CAC) critica y amenaza que las empresas se verán obligadas a despedir «parte» de los 430.000 trabajadores del sector.

El FMI determina que hay que cortar los subsidios al transporte.

Las Cámaras patronales del sector se declaran de inmediato en emergencia, advierten a la población que no podrán sostener la normal prestación de los servicios, que les será imposible renovar las 1800 unidades de autotransporte incorporadas en 2008 y que no podrá mantener las fuentes de trabajo.

Los oligarcas del campo amenazan con recrear la Mesa de Enlace si al gobierno se le ocurre alterar el plan de retenciones a la baja de sus exportaciones, mientras el lobby minero se organiza para resistir.

A los industriales le ponen un ministro «del palo» que de entrada les adelanta que viene a una «sala de guardia» para operar en un semestre que será mucho más difícil que el anterior.

Con tasas de interés al 47%, caída del consumo interno, desenfrenadas importaciones de lo que venga, qué expectativa puede haber en una reactivación productiva.

Fronteras adentro, el gobierno de Macri parece estar más sólo que Judas el día del amigo, mientras el destino del país se define a 8.400 kilómetros de distancia, en la sede del International Monetary Found en Washington DC.

Al paro llegamos con cifras frescas de un aumento del desempleo que, al trasladarlo a la realidad, representa la angustia de 1.183.000 desocupados y 1.266.000 subocupados y sus respectivas familias.

Datos que nos dicen que en Tucumán un 46,35% del empleo es en negro con familias sin cobertura previsional y de salud, ingresos mínimos y sin derecho laboral alguno.

Las organizaciones sociales anuncian que los comedores populares aumentan día a día buscando paliar el hambre de amplios sectores de la población y amenazando de esta manera en hacer realidad el indignante consejo del economista Broda: comedores abiertos los 24 horas los 7 días de la semana para acompañar el ajuste.

Por supuesto que el plan contempla más plata para comedores y bolsas de alimento si hace falta, intento de contención social que le llaman, también más plata para represión si con esto no alcanza.

El FMI exige a la Argentina recortar gastos por $ 200.000 millones, lo que representa menos inversión pública, menos actividad productiva, menos trabajo, menos salario, más hambre y más pobreza.

¡Resignación o Lucha! sería la disyuntiva de la hora.

La inmensa mayoría de los actuales y futuros ajustados paran el lunes, el paro será una suprema demostración de unidad popular, de ellos y ellas -no de Dios-, dependerán los pasos posteriores que nos permitan recuperar la posibilidad de decidir nosotros y no otros, el destino que anhelamos para nuestro Pueblo y para nuestra Patria.

*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores

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