Corriente Federal de Trabajadores
Por URSULA ASTA
Como sabemos, el gobierno recurrió al Fondo Monetario Internacional apelando a su carácter de prestamista de última instancia, procurando brindar señales y gestualidades hacia “los mercados”.
El jueves 7 de junio la Argentina y el FMI acordaron un programa stand-by con una duración de 36 meses por unos U$S 50.000 millones, con el objetivo de trazar un puente financiero para llegar al año 2019 con cierta estabilidad económica. Lo hizo posterior a la corrida cambiaria que disparó el dólar. Aunque, al parecer, el acuerdo no generó lo esperado, porque la semana pasada el dólar trepó nuevamente y llegó a casi 30 pesos.
Las precisiones del acuerdo se publicaron en el documento Memorándum de Políticas Económicas y Financieras (MPEF) el 12 de junio, que casualmente fue presentado dos días más tarde en el medio de la plena sesión de Congreso por aborto legal, seguro y gratuito; y en el marco del inicio Mundial de Fútbol, el día 14 de junio.
La carta dirigida a Sra. Christine Lagarde, Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, que lleva la firma del ministro de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne, y del entonces presidente del Banco Central, Federico Sturzeneger, esboza que la recalibración necesaria de la política fiscal implica una completa protección a los sectores más vulnerables de nuestra población. Y, en el mismo sentido, que de acuerdo a las prioridades de la administración del presidente Macri, incluidas en la agenda del G20, se pretende utilizar esta “oportunidad” para tomar medidas importantes que permitan abordar las inequidades de género.
El documento memorándum que sigue a esta carta desarrolla entonces las metas de reducción de déficit fiscal y los objetivos de política monetaria en línea con lo acordado con el FMI. Y añade, con mucho menos detalle, las dos que mencionamos a continuación.
Por un lado, la “protección a los más vulnerables”. Sobre la que se expresa que “Las reformas fiscales implementadas en Argentina en el pasado fracasaron porque se prestó insuficiente atención tanto a la construcción del consenso social necesario para implementar las reformas, como a la protección de los más vulnerables de los efectos de las mismas. No repetiremos este error”.
Por otro, la “equidad de género”. Allí se mencionan, como enumeración, la reducción de desincentivos tributarios para la participación de las mujeres en el mercado laboral, promover igualdad en salarios y licencias, infraestructura para la infancia, “luchar” contra la violencia hacia las mujeres y que las empresas que cotizan en bolsa publiquen “el equilibrio de género” en sus directorios. Equilibrio que el gabinete económico de gobierno no ostenta, precisamente.
Uno de esos puntos, salarios y licencias por maternidad y paternidad, tiene mayor profundización, pero no en este Memorándum, sino en otro escrito. La propuesta de “Ley de Equidad de Género” enviada al Congreso el 12 de marzo de este año por el Ejecutivo. Sobre la cual, mujeres trabajadoras, organizadas sindicalmente y de la economía popular sentaron postura. “La reforma laboral no cierra la brecha salarial”, plantearon sobre una ley que incluso esconde la intervención de gremios y la no homologación de los acuerdos paritarios, según denunciaron. A la vez que presentaron un contra proyecto de Equidad de Géneros e Igualdad de Oportunidades en el Trabajo.
Entonces, nos enfocamos en este acuerdo con el FMI para decir nuevamente “no en nuestro nombre”. Y para sostener que así como se pretendió invisibilizar que la reforma previsional votada en diciembre pasado en nuestro país tiene como principal afectadas a las mujeres, por ser la mayoría de quienes se encuentran en el paraguas del sistema de pensiones y jubilaciones; ponemos sobre la mesa que el deterioro de la situación socioeconómica en el país y el aumento de los niveles de dependencia, jamás podrían implicar mejores condiciones. Por el contrario, aumentan la brecha de desigualdad en todos los sentidos.
Foto: primera reunión con Dujovne a la cabeza del equipo económico de gobierno
(*) Periodista, conductora de Feas, Sucias y Malas
