Corriente Federal de Trabajadores
La renuncia – aún a formalizar- de Juan Carlos Schmid como uno de los miembros del Triunvirato de conducción de la CGT sacudió el mundo sindical en el comienzo de la semana. El titular de Dragado y Balizamiento, alegando problemas de salud, abandonará el cargo que ocupa desde agosto de 2016, instancia en la cual fue electa la actual conducción. Las razones de fondo obedecen a una mirada política distinta de Schmid respecto a los posicionamientos que viene sosteniendo la CGT. Posturas que fue deslizando en declaraciones a la prensa en las últimas semanas.
Su salida acelera una crisis que afronta la conducción de la CGT con una legitimidad debilitada y en un contexto donde existen fuertes demandas por una renovación de autoridades de otros espacios gremiales como el flamante Frente Sindical para el Modelo Nacional.
Para iniciar un proceso de actualización de las autoridades debería renunciar la mitas más uno del Consejo Directivo según marca el estatuto de la CGT. Números al margen, su posición hoy queda cada vez más cuestionada. Una cantidad considerable de gremios están demandando un plan de acción más potente por parte de la CGT frente a las políticas del Gobierno que impactan profundamente en el sector trabajador con despidos, pérdida de poder adquisitivo, desindustrialización y un endeudamiento externo que compromete seriamente el futuro del país.
En abril pasado, la misma conducción de la CGT había anunciado que daba inicio a un proceso de una renovación de autoridades que, en principio, se iba a materializar en agosto. Sin embargo, tras el paro del 25 de junio, hubo un cambio sorpresivo de esa postura descartando esa reconfiguración interna desdiciendo los anuncios previos.
Para iniciar el proceso de elección de una nueva conducción, el actual Consejo Directivo, debería llamar en primera instancia a un Comité Central Confederal y allí convocar a un Congreso donde se elijan nuevas autoridades.
El presente político y económico empuja las acciones en esa dirección. Resta saber si la conducción de la CGT decide esa apertura o si busca sostenerse en el tiempo en un período donde el brutal ajuste del Gobierno exige respuestas contundentes de rechazo.
LEONARDO MARTÍN
