En tanto, el rubro alimentos y bebidas no alcohólicas aumentó 2,5%, pero con un aumento interanual del 66,2%. La evolución de los salarios ha quedado muy por debajo de este número.
Desde el Gobierno y de los economistas afines celebran una reducción respecto a marzo donde midió 4,7% y febrero 3,8%. Aún así los números siguen siendo muy altos.
Las cifras del INDEC se contraponen con la que midió para el mismo período el Instituto Estadístico de los Trabajadores de la UMET, que fue del 4,6%.
En cuanto a las diversas regiones del país la región Pampeana tuvo la inflación más alta con 3,7% seguido por Noroeste 3,6%, Noreste 3,5%, Patagonia 3,5%, Cuyo 3,3% y GBA 3,2%.
La respuesta del Gobierno frente a los altos índices inflacionarios es una política monetaria contractiva con la asunción de Guido Sandleris en el Banco Central, hasta ahora con un fracaso evidente y con un altísimo costo para la economía nacional y el mundo del trabajo. Por otro lado, la respuesta «paliativa» fue el programa Precios Esenciales que lejos está de solucionar los graves problemas de acceso a los alimentos de millones de argentinos.