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SILEY / Futuro con trabajo

Futuro del Trabajo
*Por Vanesa Siley
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) este 2019 cumple 100 años de vida desde su creación, en ese marco, la Comisión Mundial sobre el «Futuro del Trabajo» elaboró un informe que debe ser oído por los Estados miembros, entre ellos nuestro país.
En 100 años de vida y de historia, muchas cosas le han pasado a la humanidad en general y al mundo laboral en particular: la generación de la riqueza mundial a través del capital financiero, los procesos productivos, la tercerización a escala mundial y externalización de las empresas, las relaciones laborales, las comunicaciones entre las personas y por ende, los vínculos sociales, han ido variando y reconfigurándose. La aparición de la robótica, la inteligencia artificial y la automatización parecen competir con los hombres y mujeres de carne y hueso en la producción de bienes y servicios.
PASAN COSAS RARAS

Hoy vas al Supermercado y al momento de pagar en la caja te ofrecen retirar dinero, o de repente, una persona tiene muchos seguidores e interacciones en alguna red social y se encuentra con empresas que le ofrecen productos a cambio de publicidad (y eso se convierte luego en un trabajo, una forma de ganarse la vida). A través de aplicaciones en celulares, pedimos comida o cualquier cosa que necesitemos a domicilio. A partir del suministro de datos personales, internet comienza a conocer nuestros gustos, preferencias, inquietudes y hasta nuestros horarios o lugares donde transitamos. Como si Google nos «leyera la mente» o viviéramos en el libro 1984 de George Orwell.
A la vez, en el mismo país y a unos kilómetros de distancia, un grupo de tareferas y tareferos de la provincia de Misiones, recibe a cambio de su trabajo en la cosecha de yerba un bono para cambiar por mercadería en el almacén del pueblo. No hay cuenta sueldo en el banco, no hay recibo, no hay cargas sociales, no hay obra social… como si nada de todo lo dicho en el párrafo anterior estuviera sucediendo.  Como si no hubieran pasado 100 años.
También, a través del teletrabajo o trabajo remoto, muchas trabajadoras se pueden incorporar a trabajar en empresas de otros países, ahorrar en transporte porque no se mueven de sus casas, pueden ir al banco en horario laboral. Pero éstas nunca se tomaron un mate con un compañero o compañera de trabajo, con sus jefes y compañeros solo se conocen virtualmente y hasta cuesta entenderse por las diferencias culturales, ya que muchos son de latitudes lejanas (EEUU, India, China, etc.). A este fenómeno global de deslocalización de las grandes empresas, que comenzó en la década del ’90 para «bajar costos», se suma la situación de muchas mujeres que son madres y encuentran su tiempo difuminado entre el trabajo de cuidado o de gestión del hogar y el trabajo en relación de dependencia. Trabajo al cuadrado: trabajan para otros y otras mientras, en simultáneo, trabajan en el cuidado de sus hijos e hijas. Pagan mucho más de impuestos por los gastos que ocasiona el teletrabajo y muchas veces sufren dolencias físicas, por ejemplo, por no contar con las herramientas ni elementos adecuados.
PACTO SOCIAL PARA LA ARGENTINA QUE NECESITA DE TODOS Y DE TODAS

Cuando hablamos de trabajo, subsisten en nuestra Argentina, realidades muy distintas según la jurisdicción que abordemos: mientras la desocupación general es del 10,1%, en el conurbano bonaerense se padece la tétrica cifra 25,8% entre las mujeres menores de 29 años. O los índices de trabajo no registrado que superan el 40% en las regiones del norte del país, cuando la cifra general es del 35%. Así podríamos estar analizando infinitas combinaciones estadísticas según región, géneros, edades, pero lo que aquí interesa mostrar con ejemplos es cómo el mundo laboral atraviesa procesos de cambios que no llegan de la misma manera a todos lados. Atravesamos una crítica brecha de géneros y segregación ocupacional, una brecha digital, una salarial entre varones y mujeres, una de derechos en cuanto a trabajadores y trabajadoras fuera o dentro del mundo laboral formal, con convenios colectivos y organización sindical, o con nada de ello.
Realidad compleja que requiere diagnósticos amplios, análisis claros y propuestas de solución con participación de todos y de todas, en un ámbito de análisis tripartito: Estado, Capital y Trabajo. Es decir, un Gobierno que tome la decisión de armonizar intereses en miras del bien general, organizaciones sindicales dispuestas a pensar en formato de país, en proyecto y en programa (más allá de sus deberes sectoriales) y un empresariado consciente de que sólo será posible incrementar sus ganancias cuando gane toda la sociedad, nadie (nadie) se realiza en una comunidad que no se realiza.
LA CENTRALIDAD EN LAS PERSONAS

Volviendo al informe «Trabajar para un futuro más prometedor» de la OIT, nos vamos a detener en su principal recomendación: Un programa centrado en las personas. Casi como si estos expertos internacionales hubieran leído Laudato Si del Papa Francisco, cuando dirigiéndose a los empresarios y a la incorporación de las nuevas tecnologías en reemplazo de hombres y mujeres de carne y hueso, en el punto 128 sentencia que: «la disminución de los puestos de trabajo tiene también un impacto negativo en el plano económico por el progresivo desgaste del «capital social», es decir, del conjunto de relaciones de confianza, fiabilidad, y respeto de las normas, que son indispensables en toda convivencia civil… dejar de invertir en las personas para obtener un mayor rédito inmediato es muy mal negocio para la sociedad».
Según la respuesta que me otorgó el ex Ministerio de Trabajo a través de un pedido de informes que realicé en el mes de marzo de este año, hoy en la Argentina hay 6.691 hombres y mujeres que trabajan en las empresas denominadas de plataformas o aplicaciones:
– Rappi ARG SAS: cuenta con 1964 usuarios habilitados y 201 trabajadores – febrero 2019.
– Kadabra SAS – Glovo: informó que poseía 2348 usuarios habilitados, en el sistema SIPA figuran 117 trabajadores declarados – febrero 2019.
– Pedidos Ya: Trabajadores en relación de dependencia 170 – febrero 2019. La misma empresa tiene convenio contractual con Repartos Ya, quien contaba con 1348 trabajadores declarados bajo relación de dependencia – junio 2019 y, en febrero 2019, asciende a 1891 trabajadores.
La mayoría son menores de 29 años, muchos y muchas de ellas trabajan y estudian o también son sostén de hogar, madres o padres. No tienen ART, no tienen convenio colectivo, son monotributistas a veces. Todos ellos y todas ellas reclaman poseer estos derechos. El Gobierno de Macri, la ausencia del Estado y la irresponsabilidad empresaria, cometen el delito de mirar para otro lado.
El trabajo, además de ser un ordenador de la vida social, es la herramienta de inclusión social. Poner en agenda el Futuro del Trabajo, es garantizar que las nuevas tecnologías sean incorporadas al mundo laboral bajo control de la acción humana y que «las decisiones definitivas que afectan al trabajo sean tomadas por las personas».
Urge en la Argentina abordar esta realidad laboral, urge en la Argentina volver a generar trabajo digno, urge en la Argentina la incorporación de tecnologías a los procesos productivos con el trabajo decente en el centro del interés público, urge en la argentina un nuevo Gobierno, urge un futuro con trabajo.
*Secretaria General de FE.SITRAJU y del Sindicato de Trabajadores Judiciales de la CABA / Diputada nacional de Unidad Ciudadana

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