Corriente Federal de Trabajadores
Por Héctor Amichetti*
Maldita costumbre la del gobierno norteamericano, enojarse con los gobiernos peronistas porque no están de acuerdo con lo que ellos nos quieren imponer.
Flor de calentura se agarró Braden con la aparición en el escenario político de Juan Perón; en una de las reuniones le sugirió muy suelto de cuerpo que le entregara a los Estados Unidos la gestión de las empresas alemanas y japonesas incautadas por el gobierno argentino, además de pedirle abrir cielo criollo para las empresas aéreas norteamericanas.
Muy simple y descarada la negociación, si el Presidente aceptaba dejaba de ser un peligroso nazi y pasaba a ser muy bien respetado en el extranjero.
«Pues al que hace eso en mi país se lo llama hijo de puta», le respondió Perón.
Allá por el año 2005 cuando Sudamérica le dijo «No al ALCA» y Hugo Chávez propuso a cambio la Alternativa Peronista para las Américas (ALPA), desde el Senado yanqui agitó su odiosa lengua Condolessa Rice: «para que el sur del continente pueda ser asimilado, debe alejarse de Perón», sentenció rabiosa.
Y DALE QUE VA!
Hace unos días la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado aprobó una declaración unánime en apoyo al histórico consenso para que la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sea ocupada por un representante de América Latina.
Ahora fue al candidato de Trump para presidir el BID al que se le soltó la cadena para avalanzarse sobre el peronismo.
El mini gusano cubano Mauricio Claver-Carone acusó de subversivo a Alberto Fernández al decir que Argentina pretende «secuestrar, obstruir, paralizar y hasta subvertir la elección democrática programada para septiembre».
Sumamente molesto, el hombre amenazó: «cualquier intento de secuestrar una elección a pesar de un reglamento muy claro sería no solo no democrático, sino también un esfuerzo que los Estados Unidos van a retar profundamente”.
Apelando a una supuesta amnesia de los pueblos latinoamericanos, agregó que no estamos en 1959…»uno ve esta retórica de los años 60. Por favor, señores, estamos en el 2020. Estados Unidos no tiene ninguna intención imperialista hacia el hemisferio occidental. Miremos hacia el futuro. Entristece que estemos con esa retórica. Son tonterías. Somos todos americanos o no lo somos».
Sospecho que no es lo mismo Nuestra América que la América de ellos.
Hace un par de semanas en un reportaje que le realizó Clarín (uno de los grandes medios a disposición de sus intereses), Claver-Carone no anduvo con vueltas, anticipó la participación directa de su gobierno en la futura negociación del gobierno argentino con el FMI por la montaña de dólares que Trump autorizó como préstamo para garantizar la contituidad en el gobierno de su amigo Macri.
Con «Chispita» cualquier iniciativa norteamericana sería aprobada a libro cerrado en el marco de su inserción inteligente en el mundo.
Volviendo a Spruille Braden, en otras de las reuniones con Perón dice que éste lo recibió con cara muy seria y ni siquiera le dio la mano. «Siéntese» -le dijo- «Hay un movimientos para derribarme y no lo toleraré…»; haciéndose el distraído como perro que tiró la olla, Braden le preguntó que tenía que ver eso con las relaciones argentino-estadounidenses, a lo que el general respondió: «Tiene mucho que ver porque sus periodistas forman parte de esos movimientos (…) hay millones de fanáticos que me adoran y que piensan que sus periodistas forman parte de esos movimientos y asesinarán a cualquiera de los que crean que participa en ellos (…). Asombrado por lo que escuchaba, Braden pidió protección, a lo que Perón respondió: «Son millares. No puedo protegerlos y no lo haré…».
Comentan que el gordo se marchó con la cola entre las patas.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
