Por Héctor Amichetti*
Sun Tzú, un sabio en el arte de la guerra afirmaba: «Ganará quien sabe cuando luchar y cuando no luchar».
Malvinas es causa suprema e irrenunciable del pueblo argentino, ella resume la exigencia de respeto a la dignidad nacional.
¡Patria sí, Colonia no!.
Juan Manuel de Rosas probó en su tiempo a los ingleses proponiéndoles canjear las islas por deuda externa. Los piratas, sorprendidos, se negaron, aceptar hubiera sido reconocer la usurpación.
Poco antes de morir, Juan Perón analizaba una propuesta británica de gestión compartida en Malvinas. «Si ponemos un pie en las islas, no nos sacan más», opinaba el mayor líder de masas de toda nuestra historia.
Los combatientes son hijos del pueblo, su enorme coraje contrastaba dolorosamente con la cobardía de los Comandantes que decidieron entrar en guerra, lacayos de la oligarquía, serviles al neocolonialismo.
Mientras agitaban la bandera de la soberanía, destruían la industria nacional, debilitaban las empresas del Estado y encadenaban al país mediante un fraudulento endeudamiento externo.
La patriótica causa de Malvinas instrumentada como pantalla para ocultar el secuestro y desaparición de decenas de miles de compatriotas, genocidio necesario para facilitar la entrega del país.
¡Gloria eterna a nuestros queridos héroes de Malvinas!.
Un acto, cien actos, mil homenajes en su memoria hay que rendirles, aunque la única manera de honrarlos será recuperar en plenitud nuestra Soberanía Nacional entregada al mejor postor por las políticas del neoliberalismo vendepatria.
Sus muertes son heridas de nuestra causa, en las interminables lucha que sigue librando el pueblo vivirán siempre, hasta el día en que hayamos conquistado la liberación definitiva de nuestra Patria.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores