Corriente Federal de Trabajadores
La Corriente Federal de Trabajadores dio a conocer su postura acerca del acuerdo con los acreedores alcanzado por el gobierno nacional a través de su ministro de Economía Martín Guzmán. Arranca con una felicitación que amoscó a quienes aguardaban un rechazo altisonante y culmina con una exigencia que denota toda una lógica de construcción.
Por Gabriel Fernández *
La realidad es definida por numerosos factores. Considerar que la voluntad, uno de ellos, configura el único vector, puede derivar en errores costosos. La madurez de una fuerza político social se afinca en desplegar sus preceptos y cotejar sus perspectivas con el resto de los elementos que forman el presente. Abandonar el sentido de su existencia implicaría una postura acomodaticia que barrería con ambos –el sentido y la existencia-; forzar su programa hasta quebrar los vínculos que pueden fortalecerlo, llevaría curiosamente a un resultado semejante.
Hace pocas horas la Corriente Federal de Trabajadores dio a conocer su postura acerca del acuerdo con los acreedores alcanzado por el gobierno nacional a través de su ministro de Economía Martín Guzmán. Arranca con una felicitación que amoscó a quienes aguardaban un rechazo altisonante y culmina con una exigencia que denota toda una lógica de construcción. El material se titula “Gracias Alberto. Argentina otra vez de pie”. Señala que la acción presidencial canalizada por el ministro resultó firme y basada en el compromiso con el pueblo argentino, “digno de una nación que no se arrodilla ante los poderosos”.
Luego ratifica “nuestro respaldo al gobierno nacional, porque además de sostener una política sanitaria que ha salvado miles de vidas, ha realizado un enorme esfuerzo para sostener las fuentes de trabajo y garantizar los ingresos indispensables a las familias más humildes”. Ahora, “corona esas decisiones acertadas con un acuerdo muy beneficioso para nuestro país”. Recuerda las palabras de Alberto Fernández –“resolvimos una deuda imposible en la mayor crisis económica que se recuerde y en medio de una pandemia; ahora está despejado el horizonte”.
Con la nueva realidad en marcha –cercana a la previa, distinta en perspectiva- la CFT evalúa que “se abre una etapa promisoria que nos permitirá recuperar una senda de crecimiento”. Puntualiza que “el gobierno anterior nos dejó con vencimientos que entre 2020 y 2024 alcanzaban nada menos que 63.644 millones de dólares por todo concepto (capital e interés, deuda pública y privada, ley local y extranjera)” y “ahora vamos a pagar 6.116 millones aproximadamente”. Por eso “el gobierno argentino ha dado un gran paso, priorizando la soberanía del Estado frente a los acreedores”.
El cierre es así: “Ahora más que nunca solicitamos participación en el Consejo Económico y Social, para sumar nuestros aportes a un Proyecto auténticamente Nacional y Popular basado en el trabajo y la producción para promover, entre otras cosas, el pleno empleo, con salarios y jubilaciones que permitan a todos los argentinos y argentinas vivir con dignidad”.
Cabe indicar que la Corriente, mientras emitía este material, reponía su exigencia al Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo para la realización de un Comité Central Confederal destinado a debatir los lineamentos a seguir y componer una conducción genuinamente representativa de la central obrera, que incluya todas sus vertientes y sus delegaciones regionales.
La CFT no ignora que se está desarrollando una pulseada significativa entre quienes impulsan la reprimarización y la continuidad de una hegemonía rentística, y quienes asentados en la economía real pretenden potenciar el mercado interno, con mejora en el poder adquisitivo y una fuerte presencia estatal en la orientación económica. Ese fue el planteo de los pronunciamientos anteriores, difundidos en estas páginas. El espacio citado no se corrió un ápice de sus planteos.
El equilibrio del diagnóstico brinda vigor a la propuesta. De eso se trata la experiencia del movimiento obrero en nuestro país.
