Corriente Federal de Trabajadores
Las aguas bajan turbias en Comandante Andresito, una pequeña ciudad localizada en el norte de Misiones, a 80 kilómetros de las Cataratas del Iguazú. Allí, un grupo de Mujeres Tareferas fueron atacadas, denunciadas e estigmatizadas por los medios de comunicación locales por avanzar en la conformación de un centro de cuidados para los hijos e hijas de los trabajadoras recolectores de la yerba mate.
Ana Cubillas, secretaría general del Sindicato de Obreros Rurales de Misiones (SUOR), contó a Sindical Federal. “Nosotros conseguimos una casa en comodato, con propietarios que tienen el correspondiente certificado de propiedad. Planeamos poner ahí un centro de cuidado para los hijos de nuestros compañeros y compañeras tareferos. Somos un grupo de 70 mujeres que trabajamos en la cosecha de la yerba mate las que impulsamos ese espacio. Eso lo logramos a partir de un acuerdo con la Secretaría Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familias (SENAF) como parte de un programa de espacios de cuidado para la erradicación del trabajo infantil”.
“El día del desalojo, fuimos unas 20 para ver porque habían abierto una verdulería en un lugar que era de nosotros. A partir de ahí. se da toda una escena muy fea porque recibimos amenazas de muerte, nos encerraron en un local y decían que nos iban a prender fuego”, relató.
“Todo eso lo hizo un cuadrillero que se llama Juan Carlos Portillo, que fue quien puso el negocio. Esta persona se va y al rato vienen con dos camionetas en las cuales había entre 15 y 20 policías, denunciando que le habíamos usurpado el lugar”, agregó.
“Sumado a ello, rápidamente pusieron en los medios que somos usurpadoras, negras, vagas, planeras. Toda una estigmatización con la trabajadora pobre rural”.
Como dato, el delegado de la UATRE en la región, Hugo Ferreira tuvo expresiones de apoyo al desalojo. Nada nuevo bajo el sol en un gremio que hace décadas juega de acuerdo a las necesidades patronales. “Nosotros necesitamos ese espacio de cuidado para nuestros niños lugar para nuestros niños, para que estén bien alimentados, cuidados, puedan jugar, tener un lugar de esparcimiento”, indica Cubillas.
¿POR QUÉ NEGAR UN ESPACIO DE CUIDADO PARA NIÑOS Y NIÑAS?
El trasfondo de este acto violento es prolongar las condiciones de precariedad y explotación laboral de los trabajadores tareferos, que incluye a los niños y adolescentes.
“Si damos derechos a los niños no van a tener mano de obra esclava”, explica Cubillas. “Erradicar el trabajo infantil significa que no van a tener más mano de obra esclava en la actualidad o mano de obra barata en las próximas generaciones”, agregó.
“No podemos mover una sola pieza sin que nos ataquen, desatar ese nudo de los trabajadores agrarios que da tanta ganancia y tanta pobreza tiene. Para ellos no pueden existir estos espacios de cuidado porque quieren mantener las mismas condiciones de trabajo de explotación”, indicó la referente del SUOR.
En esa situación juegan un rol las “tercerizadoras”. “A pesar del artículo 15 de la ley 26727 siguen manejándose impunenmente siguen creando asociaciones civiles de cuadrilleros, de regenteadores y contratistas. En el sector de la yerba mate esta figura no son los dueños de la tierra ni de la producción”.
Las prácticas habituales son parte de una absoluta precarización laboral. Gran parte de los trabajadores de modo informal, con trabajo infantil, con acampes y pésimas condiciones de transporte que recurrentemente terminan en accidentes con víctimas fatales.
En un comunicado difundido por el SUOR expresaron: “Sabían que el objetivo (del espacio) era aportar a la lucha contra el trabajo infantil (…) esto lo hicieron en desmedro de que los trabajadores no avancen en sus conquistas. Cuando el Estado pone la mirada en los trabajadores hay quienes rápidamente salen a plantear la defensa de la propiedad privada. ¿De qué propiedad privada hablaban? ¿O algunos intentan decirnos que los trabajadores son sus propiedades?”.
Es tiempo de que las aguas dejen de bajar turbias en los campos tareferos de Misiones y en el agro del todo el país. Es tiempo de terminar definitivamente con la explotación, esclavitud y el trabajo infantil en un sector con una enorme rentabilidad, de la cual gran parte se basa en la precarización extrema de los trabajadores de sector.
LEONARDO MARTIN
