Corriente Federal de Trabajadores
Por HECTOR AMICHETTI*
En julio de 1816, los representantes de las Provincias Unidas en Sud America declararon solemnemente a la faz de la tierra su voluntad unánime e indubitable de romper los violentos vínculos de dependencia, recuperar los derechos de los que fueron despojados, e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del Rey de España y de toda otra dominación extranjera.
200 años después, el gobierno argentino y sus cómplices de la oposición han resuelto recorrer el camino inverso. En una nota publicada ayer por el New York Times, Joseph Stiglitz calificó como una terrible noticia para el resto del mundo que nuestro país haya cedido a la extorsión de los fondos buitres.
Lo dice un Premio Nobel de Economía, ciudadano norteamericano que no reniega del sistema capitalista pero es sumamente crítico de los fundamentalistas del libre mercado.
Stiglitz considera que haberles reconocido a los buitres una rentabilidad del 1180 por ciento fortalece las prácticas de los inversores financieros que, de esta manera, pueden exponer los enormes beneficios obtenidos como resultado de pequeñas apuestas efectuadas en la recompra de deuda externa de países en estado de crisis.
No es una novedad que la deuda externa se utiliza como moderno mecanismo de dominación de las naciones. Un país endeudado es un país condicionado desde afuera, obligado a efectuar ajustes, abrir su economía, direccionar créditos hacia el capital concentrado, favorecer la fuga de divisas y entregar sus recursos estratégicos, entre otras ultrajantes medidas.
El sistema financiero internacional ha incorporado el concepto de «riesgo moral» por el cual se opone a renegociaciones que reduzcan el valor de la deuda, tal como lo hicieron los gobiernos de Néctor y Cristina Kirchner en Argentina, recuperando parte del derecho a la autodeterminación.
La cuestión es que, en lo que va del año 2016, Argentina ya ha recibido un préstamo de 5000 millones de dólares para reforzar las reservas del Banco Central y ahora emitirá bonos por 12.000 millones o más para pagarle a los fondos buitres. Esto es sólo el principio, según opinan los economistas cercanos al régimen en el poder.
Empiria Consultores estima que, tras pagarle a los buitres, el gobierno estará colocando deuda por unos 10.000 millones de dólares antes de fin de año. FyE Consult agrega a ese monto otros 4.000 millones de dólares que colocarán las provincias y 3.000 millones que saldrían a colocar las empresas privadas.
Miguel Angel Broda, el economista más cercano a los intereses del establishment financiero mundial, considera que el gobierno nacional debe buscar unos 40.000 millones de dólares a lo largo del año, recurriendo, sin ningún tipo de prejuicios, a la asistencia del Fondo Monetario Internacional.
«Seamos libres, lo demás no importa nada» había insistido el General San Martín una y otra vez antes que se reunieran los congresales en Tucumán.
«Ha dado el Congreso un golpe magistral con la declaración de la Independencia» expresó entusiasmado tras la declaración de aquel 9 de Julio de 1816.
Entrar al mundo, acceder al crédito internacional, ser felicitado por el presidente de los Estados Unidos, parecen ser las consignas del presente.
No importa que no haya planes quinquenales como en tiempos del peronismo, no interesa que no haya proyecto de desarrollo productivo, protección de la industria nacional, ni perspectivas elaboradas de crecimiento.
Acceder al crédito internacional, «lo demás no importa nada».
Es la regresión en nuestra historia.
Es volver a la dependencia.
San Martín, desde su tumba, ordena la rebelión.
*Secretario General Adjunto de la Federación Gráfica Bonaerense
