Corriente Federal de Trabajadores
Hoy se produjo la esperada reunión entre los funcionarios del Gobierno nacional y la conducción de la CGT. Un bono para jubilados y beneficiarios de planes sociales, exención del Impuesto al Salario para el medio aguinaldo y una reunión con empresarios para avanzar en un bono para los trabajadores del sector privado es todo lo que ha conseguido el triunvirato. Fuera quedaron reclamos por la reapertura de paritarias, la protección de la industria nacional, la eliminación del Impuesto al Salario y la protección del empleo.
Por LEONARDO MARTÍN
En la conferencia de prensa posterior a la reunión entre los funcionarios del Gobierno nacional y el triunvirato, más algunos miembros del Consejo Directivo de la CGT, se podía observar la satisfacción del ministro de Trabajo Jorge Triaca. El saldo de la reunión fue más positivo para el Gobierno que para los dirigentes gremiales porque logró poner un techo bajo a demandas provenientes desde los trabajadores. Un bono de mil pesos para jubilados que cobran la mínima y beneficiarios de planes sociales, exención del Impuesto al Salario para el medio aguinaldo en sueldos hasta 55 mil pesos. En concreto ese es el resultado. Queda abierta la negociación para avanzar en un bono para los trabajadores del sector privado. Fuera de la discusión quedaron temas centrales que hoy preocupan al movimiento obrero. Protección del empleo, reapertura de paritarias, apertura de importaciones, eliminación del Impuesto al Salario han quedado fuera de la agenda.
Triaca se pudo ir con la satisfacción del deber cumplido. A cambio de los puntos descriptos se desactivó el llamado a una medida de fuerza y a una posición más confrontativa de la CGT con el Gobierno nacional. Cuando todo parecía indicar que quedaba poco margen para no llamar a un paro, ese margen demostró ser más flexible de lo esperado.
La reunión se llevó a cabo en la sede del sindicato de Sanidad en la calle Dean Funes de la Ciudad de Buenos Aires cambiando de escenario ante protestas que realizaban empleados estatales cerca del Ministerio de Trabajo. . Fueron casi cinco horas de deliberaciones donde el Gobierno logró imponer su postura.
Según informó en una conferencia de prensa el ministro Triaca «se otorgará un bono de mil pesos para jubilados que reciben la mínima y aquellos jubilados comprendidos entre el valor de la jubilación mínima y la diferencia sumada de estos 1000 pesos». También habló acerca de una suma a pagar en diciembre que se extenderá a las familias beneficiarias a la Asignación Universal por Hijo.
Por otro lado, quedó planificada para el próximo miércoles una reunión tripartita entre el Gobierno nacional, la CGT y las Cámaras Empresarias para avanzar en un bono para el sector privado. Se le dio el pomposo nombre de Mesa de Diálogo por la Producción y el Trabajo en el cual se espera la presencia del presidente Macri tras la vuelta de su viaje a Roma.
Dentro de una serie de demandas poco ambiciosas la conducción de la CGT obtuvo una respuesta en la misma sintonía. Fuera quedaron planteos que venía realizando la Corriente Federal de Trabajadores y tantos otros gremios también expresaron en el último Confederal.
En un año donde se estiman que se han perdido más de 200 mil empleos, con una creciente cantidad de suspensiones, adelantamientos de vacaciones y conflictos varios, no hay planes para frenar ese panorama.
Tampoco tuvo lugar la discusión alrededor de la reapertura de paritarias, pese a que la inflación anualizada supera el 40 % con una pérdida de poder adquisivo de los salarios.
Otras demandas como la derogación del Impuesto al Salario (que fue una remanida promesa de campaña) o respecto a la protección de la industria nacional poniendo un freno a las crecientes importaciones son temas sobre los cuales no ha habido definiciones.
Una conclusión sobre los hechos de la jornada marcan que pese a que el 2016 ha sido el peor año para los trabajadores desde el nefasto 2002, la conducción funciona como un dique a una gran cantidad de demandas desde las propias bases. La opción dialoguista es la que se impone. Mientras tanto los trabajadores esperan y sufren las consecuencias de la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, despidos, suspensiones. Todo en un horizonte donde del Gobierno nacional trabaja, en la medida que la correlación de fuerzas se lo permite, en una flexibilización laboral y búsqueda de competitividad en base del «costo laboral», ni más ni menos que la rebaja de salarios.
