Corriente Federal de Trabajadores
Delegado desde los años noventa, secretario general desde hace seis años. Esa es la historia de Carlos Ortega hoy máximo referente del SECASFPI, gremio de trabajadores de ANSES. En diálogo con Sindical Federal repasó su historia, el presente político de la Argentina, de la ANSES, el rol de la Corriente Federal de Trabajadores de la cual es militante activo.
SINDICAL FEDERAL: ¿Cómo empezaste tu carrera gremial?
CARLOS ORTEGA: Cuando Cavallo empezó a avanzar con reformas y despidos en el Estado fue el momento en el que empecé a militar en el gremio. En esos años estaba estudiando sociología, pero la vida me fue llevando hacia el sindicato. Soy secretario general del gremio desde hace seis años, lo que me genera el orgullo más grande que puedo tener. Conducir una organización sindical es una de las funciones más importantes que tiene la vida política en el país. De pibe me veía militando en política pero no desde el lado gremial. Era un momento terrible para hacerlo. Era un ámbito que querían hacer desaparecer.
Hasta el año 1992 había muchos institutos de seguridad social, estaba CASPI (Caja de Subsidios para el Personal de la Industria), las cajas nacionales y provinciales, etc. Cavallo con la necesidad de recaudar fondos mete todo en el Sistema Único de Seguridad Social (SUSS) con intención de hacerlo desaparecer. Luego se crean las AFJP. Así queda el ANSES como un organismo residual hasta que los privados se hicieran cargo de todo.
Eso en pleno años noventa, años difíciles para la militancia, con un descreimiento muy grande…
Habíamos tenido la resistencia a la dictadura, la ebullición del ´83, el entusiasmo del alfonsinismo y luego el bajón. Nos hicieron creer culturalmente que el individualismo era una solución acorde a la realidad del mundo.
No es lo mismo pero hoy también estamos en una situación compleja. Comenzó la reconstrucción y no siempre hay acuerdos sobre cuál es el camino ¿Cómo lo vivís?
Siempre está la ilusión de que va a ser como uno quiere pero no se puede, es un gran frente, hay tensiones que generan que no se tenga la celeridad que corresponde a algunas cuestiones. Se debería haber sacado del ANSES a todos los funcionarios que venían del macrismo porque fueron quienes ajustaron durante 4 años la plata de los jubilados y de los trabajadores que aportamos mensualmente.
Como vimos esa demora nos pusimos en estado de alerta e hicimos una movilización al edificio de Córdoba 720 para que se reemplace a estos ajustadores que vaciaron las arcas. Desde diciembre estamos en tensión, recién en febrero pudieron sacar a los gerentes de primera línea. Se está avanzando en los institucional, hay cosas que hacen a la seguridad social que vamos a tener que discutir en el marco de estos 180 días de emergencia.
¿Cómo está en ANSES hoy luego de los 4 años de Macri?
Desvastado como el país. Cuando se va Cristina en 2015 quedaron 65 mil millones de dólares en las arcas, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad podía sustentar 18 meses de jubilaciones sin recibir un peso. Ahora quedan menos de 24 mil millones de dólares.
Tenemos los recursos suficientes para poder levantar esto y no tengo dudas de que el sistema solidario es sustentable. Cuando se inicia la Ley SIPA la apropiación de fondos de los trabajadores por la AFJP fue de 20 mil millones de dólares. Imaginate que se reconstruyó y llegó a 65 mil millones de dólares en 2015, es decir que se puede.
Se instaló una falsa discusión, como si el sistema estuviera desbordado o no hubiera lugar para todos los jubilados. Melconian dijo hace día «en 2008 se jubiló a una cantidad de personas que el sistema no podía soportar porque no aportaban y eso fue impagable».
Quieren que volvamos a la discusión de la meritocracia «¿por qué cobran los que no aportan?» se preguntan. El solo hecho de comprar un litro de leche te hace aportar al sistema. Es mentira que sólo se sustenta con aportes y contribuciones. A partir de campañas difamatorias lo que quieren es discutir la sustentabilidad del sistema en términos economicistas: aunque haya una economía sana es necesario que aporte el conjunto de la sociedad en el reparto.
Es una locura que como argentinos teniendo la posibilidad de tener un sistema solidario y una tradición histórica desde el peronismo no lo defendamos. El movimiento obrero tiene que ser garante de una sociedad más justa. A mí, que trabajo en blanco, no me gusta que mi vecino esté en la marginalidad.
¿Y por dónde empieza la reconstrucción?
Hay muchos cuadros gremiales y políticos que no tienen la certeza de adónde vamos a ir y están esperando que se resuelva el tema de la deuda. Pero es urgente saber qué es lo que vamos a hacer con el país. Lo vamos a industrializar, vamos a aumentar el consumo, hay que dinamizar la productividad. Los sectores corporativos tienen que saber qué se va a priorizar. Hay muchas cosas que debatir y visualizar al margen de la deuda. Eso nos va a delinear qué sociedad vamos a tener.
¿Eso la política lo tiene claro?
No se ha tomado la dimensión necesaria de lo que se está discutiendo hoy. El campo nacional y popular tiene que ponerse firme, es una de las batallas más importantes que estamos dando. Los fondos de la seguridad social son la gran tajada, lo que quiere la derecha.
El movimiento obrero fue importante en estos años de macrismo. Sin embargo no todos actuaron por igual. La Corriente Federal jugó un rol importante.
Excepto en la Corriente, en algunos sectores de la CTA y del moyanismo no vi la pujanza para hacer frente desde los sindicatos. Lo que generó la memoria colectiva durante los 12 años de Néstor y Cristina fue que miles de jóvenes incorporados al mercado eran la masa crítica disponible para desde los sindicatos hacer presión. Esa masa crítica que se movilizó fue clave para derrotar al macrismo. Si era por la dirigencia creo que hubiésemos tenido 8 años.
Si ves lo que representa la CFT dentro del movimiento obrero, no es mayoritaria numéricamente pero cuando convocábamos las marchas eran enormes, venía gente de diversos espacios.
Como en la primer marcha por la industria. El día del atril.
Ahí fueron compañeros de que presionaron sobre la CGT y al conjunto para hacer una marcha. La intención de algunos sectores era descomprimir, pero cuando vieron que era masiva se vieron desbordados, pasó lo del atril y lo demás. Después pasó con la reforma laboral. La que suma mayor volumen es la Corriente, luego se suman Moyano y otros grupos.
Ahora con nuevo gobierno pareciera que la conducción de la CGT está esperando que llegue el congreso de agosto para activar…
Están descomprimidos. Hay un nuevo aire, un nuevo gobierno: «hagamos la plancha». Un nuevo gobierno, un nuevo país también exigen un nuevo modelo de movimiento obrero. La Corriente Federal está en condiciones subjetivas y objetivas de conducir al movimiento obrero. Hay cuadros muy importantes.
La CFT va a acelerar los tiempos, no solo somos una instancia para tirar piedras. Somos una instancia de poder que tiene que jugar y jugar fuertemente.
Por último, ¿Cómo está la negociación salarial?
Estamos pidiendo la reapertura de la cláusula gatillo. En noviembre nos tendríamos que haber sentado con el macrismo, pero obviamente no querían saber nada. Le pedimos a Vanoli reabrir para discutir el poder adquisitivo perdido. Lo que no quiero es que con la excusa de que estamos mejor que otros, tengamos que ceder posiciones. No quiero sumas fijas. Quiero actualizar los haberes. Quiero una discusión acorde a la realidad. Paritarias cada seis meses no es lo mejor, es como un estado asambleario.
