Corriente Federal de Trabajadores
Se profundiza el conflicto entre los trabajadores de la industria láctea y las cámaras patronales del sector. Desde ATILRA Nacional advirtieron que «habrá una inminente profundización de las medidas de fuerza que incluirán la paralización de actividades». Es ante la falta de respuesta a las demandas del gremio de actualización salarial.
El conflicto tiene un arrastre desde el mes de abril donde el gremio reclamó que las cámaras empresarias se sentaran en una mesa de negociación para avanzar en la actualización salarial correspondiente al primer semestre.
«Con la pandemia, entendimos que teníamos que tomar un tiempo prudencial más allá de haber sido un sector esencial, pero una que pasó ese tiempo encontramos una negativa de las cámaras patronales que escudándose en la pandemia no generaban una propuesta. No querían dar un aumento. El último fue en diciembre pasado», expresó Heber Ríos, secretario gremial de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera.
Esta semana realizaron desde ATILRA el segundo paro de 24 horas y que incluyó para el resto de la semana no trabajar horas extras ni los fines de semana ante la falta de acuerdo.
“El último aumento que tuvimos fue en diciembre del año pasado”, indicó Heber Ríos. “Nosotros propusimos actualizar los salarios de enero a junio lo que marca el índice de inflación del INDEC (13,6%). Esto lo planteamos desde junio, pero no es lo mismo haberlo dado como correspondía en el primer semestre que darlo ahora. Lo que pedimos es un bono retroactivo y un pago especial para la obra social. En estos meses hubo inflación y nosotros cumplimos con las prestaciones médico asistenciales”, agregó Ríos.
“Valoramos que exista la voluntad de diálogo, pero queremos sentarnos en una mesa de diálogo sincero. Entendemos la situación de la pandemia, pero muchos sectores están produciendo por arriba de los esperado en una situación normal”, apuntó el también dirigente de la Corriente Federal de Trabajadores.
“Las pequeñas y medianas empresas, son empresas que han trabajado normalmente. Sí tuvimos problemas con algunas que tuvieron que reformular su negocio porque sus principales clientes eran pizzerías o restaurants. Con esas empresas trabajamos en conjunto para que puedan recibir el ATP”.
Ríos negó a las operaciones mediáticas que planteaban el peligro de desabastecimiento y el descarte de leche ante la imposibilidad de producir. «Es una maniobra que el sector empresario utiliza para generar descontento de la población y volcar a la gente en contra de los trabajadores».
