Corriente Federal de Trabajadores
La diputada nacional del Frente de Todos, María Rosa Martínez, viene impulsando un proyecto de ley titulado Programa Nacional de Marcha al Campo. Allí propone destinar tierras fiscales ociosas en forma de comodato para “posibilitar y fomentar el establecimiento de personas y familias que opten instalarse en ellas y dedicarse a la producción de alimentos”. Con un espíriru federal, el objetivo es dar una alternativa a personas que viven hacinadas en los centros urbanos de poder tener una opción de trabajo en el ámbito rural.
El acceso a la tierra para quien la quiera trabajar; invertir el flujo migratorio de los grandes centros urbanos hacia la ruralidad; la producción de alimentos saludables así como mejorar la calidad vida de miles y miles de personas que hoy viven hacinadas en los centros urbanos son algunos de las problemáticas que aborda el Programa de Marcha al Campo.
La pandemia de Covid-19 visibilizó aún más la pésima situación de hábitat en la cual viven millones de argentinos, los riesgos sanitarios que conlleva y la falta de condiciones adecuadas para llevar adelante una vida digna. Ante esta situación son varios los proyectos y debates que plantean la necesidad de generar las condiciones para que familias puedan volver al campo, posibilitando una distribución de la población más equilibrada en el territorio nacional ante la inmensa concentración hoy apiñada especialmente en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense.
En una actividad realizada por el Instituto Patria con la consigna Marcha al Campo por Trabajo y Vida Digna, María Rosa Martínez, explicó los lineamientos del proyecto recordando que retoma una iniciativa del ingeniero Guillermo Gallo Mendoza.
“Tiene como finalidad central generar trabajo digno, un repoblamiento y a partir del otorgamiento de tierras fiscales del nivel nacional, provincial y municipal una mejor distribución de la población con la entrega de la tierra en comodato”, explicó la legisladora.
“Es una migración inversa, en vez de que esas personas piensen que tienen una única posibilidad de vida y trabajo en los centros urbanos, buscamos promover que las regiones de nuestro país vayan teniendo más fortaleza, más visibilidad e inversión pública”, indicó.
El proyecto está planteado como una ley nacional considerando a la tierra como un bien social. Vale aclarar que el proyecto se refiere a tierras fiscales ociosas.
“La entrega de la tierra sería en forma de comodato. La idea es no transferir lo público a lo privado, se trata de otorgar con destino heredable de por vida mientras se conserva el objetivo para el cual está destinado ese asentamiento. Pensamos en unidades de 100 a 150 héctareas”, indicó.
“Queremos el objetivo de producción agrícola y pecuaria, pero también de industrialización en origen sean lo que le vayan dando vitalidad a la iniciativa”.
A su vez agregó, “la marcha al campo que planteamos es con todas las áreas del Estado en sus diferentes niveles. Hay que retomar la cuestión de los ferrocarriles, los caminos rurales, escuelas y que se vaya haciendo paulatinamente”.
“Queremos garantizar servicios, vida y trabajo dignos en contacto con la naturaleza. La vida en los centros urbanos es cada día más difícil como lo muestran los hacinamientos y los medios de supervivencia cada vez más escasos”, resumió.
“La posibilidad de pensar en un desarrollo regional es extremadamente importante. Nuestro país tiene zonas despobladas con producciones muy primarizadas. Necesitamos que gobernadores e intendentes vean este proyecto como una cuestión estratégica”.
“Promovemos la conformación de cooperativas de productores, de comercialización y transporte. Ahí también hay un cambio de lógica en el modelo de acumulación”, sintetizó Martínez lo cual que ya tiene relaciones con sindicatos agrarios y cooperativas.
En cuanto a sobre quien quedaría el control del proyecto es la Jefatura de Gabinete porque este “requiere acciones interministeriales. Hay mucho para trabajar con hábitat, también con obras públicas para la infraestructura”.
Volviendo a la letra del proyecto este plantea “la actual situación mundial es una coyuntura inmejorable para proyectar cambios profundos en la planificación y el ordenamiento territorial”.
«Es la oportunidad de una planificación federal del uso de tierras fiscales, del suelo y el desarrollo regional, centrados en la sostenibilidad y la vida humana”.
“Creemos que es posible pensar una Argentina diferente”, cerró Martínez.
