Corriente Federal de Trabajadores
El conflicto en Córdoba se agudiza. Hoy se cumplió el octavo día de paro de los choferes de colectivos en la capital de la provincia con una marcha en donde recibieron el acompañamiento de gremios de las dos CGT locales, así como de la CTA. Una breve síntesis de la disputa.
Hoy se cumplió el octavo día de paro de los choferes de colectivos de la ciudad de Córdoba. Un conflicto que día a día se agudiza con un enfrentamiento. Por un lado a los choferes con sus delegados y dirigentes de segunda línea, con un respaldo de las dos CGT que existen en la provincia y también de la CTA. Por el otro a la Unión Tranviaria Automotor (UTA) a nivel nacional, a las autoridades locales con el Intendente de la ciudad Ramón Mestre a la cabeza y a las empresas del sector.
Esta mañana se produjo una multitudinaria manifestación a las puertas del edificio de la UTA en Córdoba con el acompañamiento de sindicatos de ambas CGT y CTA en medio de un clima tenso. El intendente Ramón Mestre decidió activar un plan de contingencia que se basó en convocar choferes de apuro, carneros dirían algunos, para sacar unidades a las calles. Ello bajo una fuerte custodia de la Gendarmería nacional, de la policía local y federal, presencia que se puede apreciar en las múltiples fotografías que circularon, con una ciudad que da la apariencia de estar en estado de sitio.
El reclamo de los trabajadores tiene tres puntos básicos. El primero es salarial, con un desacuerdo de la paritaria firmada por la UTA a nivel nacional con un 21% de aumento en tres tramos más tres sumas fijas de 1500 pesos y dos de 1600 pesos. Los choferes cordobeses rechazaron el aumento por insuficiente, además de reclamar la posibilidad de encarar su propia negociación.
Allí viene el segundo punto. UTA Córdoba está intervenida desde septiembre de 2016 por el dirigente Luis Arcando que desplazó a Ricardo Salerno. Los argumentos para el desplazamiento de Salerno fueron «incumplimientos de estatuto». Tomó notoriedad en el conflicto el delegado Marcelo Marín encabezando la rebelión de choferes que también reclaman una inmediata normalización del gremio intervenido, es decir el llamado a elecciones para erigir autoridades legitimadas por el voto de los trabajadores.
UTA mediante comunicados y acciones busca disciplinar a los trabajadores díscolos. Primero reafirmando al interventor Arcando, luego amenazando con quitar la cobertura sindical a los trabajadores y con afirmaciones en busca de tomar el timón de la regional.
El tercer reclamo tiene que ver con las condiciones de trabajo que existen en las cuatro empresas que dan los servicios. Los trabajadores denuncian falta de inversión que se traduce en unidades en malas condiciones, frecuencias que no se cumplen y un deterioro generalizado del servicio.
La respuesta al paro de parte de las empresas, impulsada por la intendencia local, (no es muy difícil adivinar que piensan desde las autoridades nacionales) fue 80 despidos de los choferes en paro, amenazas de juicios por extorsión y otras figuras típicas del manual de reacciones antisindicales.
Pasan los días y el conflicto sigue sin resolverse, incrementándose las medidas contra los trabajadores atacando desde diversos ángulos, laboral, judicial, represivo. La reacción alentadora es la unidad en la acción que muestra el conflicto con el acompañamiento de las diversas centrales que nuclean a trabajadores. Solidaridad necesaria porque hoy el conjunto de los trabajadores atraviesa situaciones conflictivas y amenazantes. Desde la baja de la actividad económica con despidos y suspensiones al avance sobre los derechos laborales.
Aún resta saber si el conjunto de las organizaciones logrará la unidad y la fortaleza para llamar a un paro provincial. Diversos dirigentes sindicales han expresado la posibilidad pero aún no termina de consolidarse la medida.
LEONARDO MARTÍN
(AGRADECIMIENTO A avenidadeltrabajo.com.ar, sitio del cual recomendamos su lectura para tener una visión del mundo del trabajo en Córdoba)
