Corriente Federal de Trabajadores
Terminó el G20, un encuentro que monopolizó la agenda informativa de los últimos días, que tuvo a media Buenos Aires sitiada por las fuerzas de seguridad y que, entre otras cosas, dejó una avalancha de memes y comentarios en las redes sociales que oscilaron entre agudos, graciosos y otros tantos conmovidos por el llanto presidencial en la función de gala del teatro Colón. Uno de los temas centrales, al menos en el planteo inicial del G20, fue el «futuro del trabajo» tema que, finalmente, fue incluido en el documento final del encuentro. Allí, también, se incluyó un punto especial sobre la igualdad de género.
Finalmente hubo documento final consensuado por los participantes del G20. En la previa del encuentro había muchas dudas sobre llegar a un acuerdo, sobre todo a partir de la guerra comercial que entabló Donald Trump con China y la Unión Europea donde vuelve la cíclica discusión entre proteccionismo y liberalismo. Es cierto que a la hora de la redacción de estos documentos se suelen plantear un cúmulo de buenas intenciones, lugares comunes, que tienen un correlato en la realidad bastante más áspero.
En el documento se asumen los cambios tecnológicos como inevitables y al mismo tiempo como una gran oportunidad que requiere la adaptación de empresarios, gobiernos y trabajadores. En el punto 6 expresa que se espera que las nuevas tecnologías traigan nuevas oportunidades, mejores trabajos y niveles más altos de vida asumiendo que la transición traerá desafíos revolver. Según el documento el compromiso es construir ese futuro «en forma inclusiva, justa y sustentable».
La propuesta es «acompañar a los personas en esa transición» haciendo hincapié en la formación educativa capacitando y recapacitando a aquellos que ya están en el mercado laboral y deben enfrentar los cambios. También incluye el documento menciones a «trabajar junto a los grupos vulnerables, mejorar las condiciones de trabajo para los jóvenes, erradicar el trabajo infantil, el tráfico y la trata de personas«.
MACRI: «NECESITAMOS UNA LEGISLACIÓN LABORAL QUE LIBEREN LA RIGIDEZ QUE NOS LLEVA A PERDER EL EMPLEO»
Mauricio Macri tuvo días inolvidables, quizás los que recuerde con mayor emoción en el futuro. Rodeado de líderes mundiales, centro de atención por su calidad de anfitrión, recibió una inyección de autoestima en medio de las crecientes críticas y la debacle a partir de las medidas de su gobierno que sumieron al país en en una profunda crisis económica. Un poco de oxígeno para un paciente con EPOC en donde a partir de mañana se volverá a encontrar con la dura realidad con una economía en recesión, despidos en alza e innumerables pymes en estado terminal.
Tuvo en estos días, una sintonía evidente con su par francés, Emmanuel Macron, otro que viene maltrecho. Mientras el joven galo escuchaba a la vicepresidenta balbucear un francés aprendido por correspondencia, llegaban impactantes imágenes con violentas marchas en París contra los aumentos en los combustibles. Allí sonaba fuerte la consigna «Macrón, dimisión».
En una conferencia de prensa conjunta con Macrón, Macri volvió a arremeter con la necesidad de avanzar en una reforma laboral, ese anhelo aún empantanado del Gobierno. “Es obvio y queda claro: necesitamos tener legislaciones laborales que se adapten a esta revolución, que fomenten la capacitación permanente, que liberen estas ataduras que finalmente en la rigidez nos llevan a perder el empleo” reclamó el presidente.
“Insisto: hay un tercio de los argentinos que están en la pobreza. Las reformas que está llevando adelante Macron en Francia son las correctas” lanzó flores Macri, donde los sindicatos no piensan precisamente igual. El interrogante es, ¿hará un intento el Gobierno de promover el debate por la reforma laboral en 2019? Parece improbable frente a un año electoral y un Congreso donde hoy no parecen estar los votos necesarios. De reelegir Macri en 2019, la reforma laboral será un tema central en un primer tramo de un muy hipotético segundo gobierno.
IGUALDAD DE GÉNERO EN LA AGENDA
A tono con las crecientes demandas a nivel internacional, que en Argentina tienen especial resonancia, se incluyó como tema en el documento final la preocupación por la «igualdad de género» a la que señalan como crucial para el «crecimiento económica justo y desarrollo sustentable». Un punto que da la sensación de haberse incluido más por protocolos sobre lo políticamente correcto que por medidas concretas. Bastaba ver la foto grupal de los líderes mundiales donde sólo se podía encontrar a la premier inglesa Theresa May, a Christine Lagarde en su calidad de directora del FMI. La otra hubiera sido la canciller alemana Angela Merkel, que no llegó para la foto de apertura. Tampoco aporta mucho el rol protocolar de la primera dama Juliana Awada -denunciada en nuestro país por trabajo esclavo- que sí aportó fotografías con impecables sonrisas y elegante vestimenta repitiendo los viejos moldes protocolares, tan pomposos como vacíos.
Allí se llama seguir reduciendo la brecha de género promoviendo a las mujeres a situaciones de liderazgo, a promover las habilidades digitales y una mayor inclusión en sectores como las ciencias, la tecnología, la matemáticas, la ingeniería y la alta tecnología. Es decir, la adaptación de las mujeres a las actuales reglas de juego.
También hace especial énfasis en reforzar programas para mujeres emprendedoras, la palabra de moda de la década.
LEONARDO MARTÍN
