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AMICHETTI / Rebelión

Ecuador

 

Por HÉCTOR AMICHETTI*

Cuando las políticas de un gobierno resultan intolerables para la mayoría del pueblo, justifican el derecho a la rebelión.

Poco importa si ese gobierno tiene su origen en un golpe de estado o en una elección.

Si el presidente Lenín Moreno -antes de las elecciones de 2017- hubiera anunciado que cuando fuera Presidente del Ecuador iba a pedir un crédito al Fondo Monetario Internacional bajo la condición de aumentar más de un 120% los combustibles, no habría obtenido los votos que logró

Es más, seguramente perdía la elección.

Lo mismo hubiera ocurrido en Argentina si Macri adelantaba que iba a contraer una gigantesca deuda externa, que aplicaría descomunales tarifazos y sometería a la industria nacional a las reglas del «libre mercado» internacional con un brutal ajuste fronteras adentro.

Hasta hace algún tiempo las dictaduras actuaban en América Latina como guardianas del orden establecido, sin esconder su total desprecio por la formalidad democrática.

Se aplicaban políticas en perjuicio de las mayorías populares sin hipocresía alguna y a la rebelión de los pueblos se les respondía con represión.

Hoy las cosas han cambiado, en nuestra América es tiempo de «democracias» en términos neoliberales.

«Democracia» que desborda hipocresía al dejar por sentado que una vez que el pueblo vota confiere todo el poder al elegido.

Hasta que el pueblo se rebela frente a un trato insoportable.

Argentina (que durante más de 3 años tuvo organizaciones populares que nunca dejaron de resistir), lo hace a través de urnas que se llenan con votos rebeldes.

Ecuador se subleva con multitudes en las calles.

La falsedad de las «democracias» absolutamente disciplinadas a las condiciones que impone el neoliberalismo, ha quedado al desnudo como nunca antes en la historia.

Es hora de pensar seriamente en democracias en la que sea el pueblo quien pone las condiciones y ejerce algo más que el derecho al voto.

Es tiempo de gestar un sistema democrático en el que las mayorías participen y a través de sus organizaciones libres sean protagonistas esenciales en las decisiones.

Cuando los pueblos dejen de ser gobernados para convertirse en pueblos gobernantes, ya no tendrán sentido las rebeliones.

*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores

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