Corriente Federal de Trabajadores
Por HÉCTOR AMICHETTI*
Hasta hace apenas seis meses el pueblo peronista sufría una enorme incertidumbre acerca de la perspectiva de construir una alternativa política para recuperar el control del gobierno.
Fue aquel sábado 18 de mayo el día en que Cristina, la compañera de nuestro Movimiento con mayor respaldo popular, tuvo un histórico gesto de grandeza al ceder el lugar que naturalmente le correspondía en la fórmula presidencial.
«Nunca me desvelaron los cargos políticos, ni tampoco fueron mi principal motivación. Tal vez porque pertenezco a una generación que no buscaba un lugar en las listas, sino un lugar en la historia».
Así nació el Frente de Todos, siguiendo las enseñanzas de Juan Perón que supo en vida combinar con sentido práctico la voluntad de quienes sostienen con firmeza y consecuencia inquebrantable los ideales innegociables de nuestro Movimiento, con los que a menudo se inclinan hacia posturas más conciliadoras y muchas veces contradictorias.
A partir de entonces, Alberto Fernández tuvo la enorme capacidad de hilvanar los consensos necesarios para desbaratar el sueño enemigo de dividir nuestras fuerzas.
En apenas 5 meses y con la invalorable contribución de las organizaciones libres del pueblo, que no cesaron un minuto en su resistencia a las políticas neoliberales, nuestra alternativa política constituida en un gran Frente aplastó la estrategia diseñada por el Imperio y las Corporaciones.
De nada le sirvieron los años de campañas mediáticas envenenando cerebros con el libreto de la corrupción, poco creíble resultó una Justicia servil y desprestigiada, no alcanzó la inmensa montaña de dólares invertidos por el FMI por indicaciones del Imperio para sostener a su candidato.
Nuestra tradición política que sienta raíces en la maravillosa experiencia peronista está a punto de frustrar su máxima aspiración.
CIERRE DE CAMPAÑA
En el cierre de campaña del Frente de Todos en Mar del Plata no hubo que prometer nada, solo bastó con recordar en qué épocas el pueblo argentino vivió los días más felices.
Reafirmar que con nuestra fuerza política gobierna el pueblo y no los bancos y que el trabajo sepulta a la especulación.
La consigna ¡Nunca Más! al neoliberalismo coreada a viva voz por la multitud presente, abre desde Argentina la esperanza de una perspectiva liberadora no solo para nuestro país, sino también para el resto de los pueblos hermanos del continente que hoy luchan contra las hirientes desigualdades que provoca este despreciable sistema.
Pero además pudimos mostrar una nueva generación de dirigentes, queridos compañeros y compañeras que nos demuestran su capacidad para alcanzar la victoria con una manera de hacer la política que molesta al sistema.
Una forma de hacer política que construye poder popular.
Axel en la provincia de Buenos Aires y Fernanda en Mar del Plata no necesitaron de promoción mediática ni fama previa, como auténticos hijos del pueblo hicieron su campaña mezclados con el pueblo, debatiendo en los barrios, escuchando las voces de los trabajadores y trabajadoras en las asambleas y las quejas de los castigados empresarios y comerciantes, valorando a las organizaciones del pueblo y promoviendo su protagonismo activo.
Estoy seguro que Perón, Evita y Néstor aplauden desde lo alto, mientras decenas de miles de heroicos compañeros y compañeras de todas nuestras resistencias festejan con entusiasmo algo más que la posibilidad cierta de un triunfo electoral.
La oportunidad de que una nueva generación de militantes puedan ocupar el lugar en la historia tal como ellos lo soñaban, victoriosos en una Patria y un continente definitivamente liberados.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
