Corriente Federal de Trabajadores
Por HÉCTOR AMICHETTI*
El diario «il Giornale» de Milán, Italia, titula en primera plana de su edición de ayer: «LLUVIA DE DINERO» refiriéndose a las contribuciones que los multimillonarios italianos están realizando para enfrentar la crisis del coronavirus.
El diario destaca muy especialmente que Silvio Berlusconi tomó la delantera donando 10 millones de euros para que se construya un hospital de campaña en Lombardía.
Hagamos alguna reflexión al respecto:
Da la casualidad que Berlusconi, quien posee una fortuna calculada en unos 5.500 millones de euros, encabezó el gobierno de Italia hasta fines de 2011, justamente en el período que se llevó adelante un brutal ajuste del mal llamado «gasto» público.
A partir del estallido financiero de 2008, la Unión Europea pidió al país que reduzca el presupuesto en todas las áreas de la administración pública, incluído el sector de salud.
Las deudas de Italia representaban un 120% de su PBI y el FMI y la Unión Europea aseguraban que sólo con un ajuste vendría el crecimiento.
Ferruccio Fazio, Ministro de Salud de Berlusconi explicó en aquel entonces que su país se ubicaba en el segundo lugar entre las tasas de expectativa de vida más altas del mundo: 85 años las mujeres y 80 años los varones.
«Los mejores sistema de salud son aquellos que gastan menos» dijo Fazio mientras afilaba la tijera.
A partir de entonces se redujeron inversiones en infraestructura sanitaria, hubo despidos y jubilaciones anticipadas de médicos enfermeros y enfermeras y de otros profesionales de la salud.
El PBI de Italia el año pasado fue similar al del 2004 y estuvo cuatro puntos por debajo del año 2007.
El ajuste no sólo no los ayudó a crecer, ahora demuestra que contribuye a la muerte. No alcanzan las camas para internar a los afectados por el Covip-19, los médicos piden con desesperación e impotencia mascarillas, respiradores y otros materiales imprescindibles para atender a los infectados del virus.
El Departamento de Protección Civil de la Región de Piamonte acaba de aplicar un protocolo que establece que en caso de emergencia, sólo tienen derecho a acceder a Terapia Intensiva los menores de 80 años.
A quienes tengan más de 80 años «se los dejará morir».
«Es como en una guerra» han comenzado a justificar con inquietante naturalidad.
Pero el diario destaca que Berlusconi tiene el gesto humanitario de donar 10 millones de euros y que otros multimillonarios lo imitan.
Y POR CASA COMO ANDAMOS…
Me ha llamado la atención que el empresario Claudio Belocopitt, dueño de Swiss Medical Group, en un reportaje concedido hace pocas horas, manifestó:
«La gente tiene que saber: esto es una guerra», refiriéndose al escenario que presenta la pandemia en nuestro país.
Belocopitt, uno de los 50 empresarios más afortunados del país si se lo califica desde el punto de vista de su riqueza personal, aparece algo crítico con la política que lleva adelante el gobierno nacional para paliar los efectos del coronavirus.
El propietario de Swiss Medical Group pide que se agregue a los prestadores privados de salud al plan oficial, quienes estarían dispuestos a sumar esfuerzos «desinteresadamente».
¿Será para creerle?.
Hace muy poco tiempo le pedía al Presidente de la Nación rebaja de impuestos para que las pre-pagas pudieran abonar a su personal el aumento salarial decretado por el gobierno.
«El sector privado se está haciendo cargo de un servicio que debería dar el Estado», argumentó el empresario.
¡Caradurez total!
Más de 23 millones de argentinos y argentinas reciben cobertura del sistema solidario de Obras Sociales Nacionales y Provinciales, más de 5 millones de jubilados y jubiladas son atendidos por el PAMI y 16 millones de personas tienen asistencia pública.
Sobre una población de 44 millones de compatriotas, menos de 6 millones pueden acceder a los planes de las empresas de medicina pre-paga.
Una familia tipo que quiera tener la cobertura de algún plan de Swiss Medical Group debe pagar unos $ 50.000 por mes y los que se conformen con un plan económico pagan unos $ 15.000 por mes.
En general al precio lo pone la edad y el estado de salud preexistente.
No confío para nada en que los que utilizan el sistema de salud como una forma de hacer negocio puedan contribuir «desinteresadamente» en un plan para enfrentar al coronavirus.
Ni Berlusconi, ni Belocopitt, ni las intenciones del gobierno neoliberal de Macri que, por bendición de Dios, logramos ahuyentar antes de que llegue la pandemia, porque para él nuestro populismo es más peligroso que el coronavirus.
Los sindicatos nos hemos reunido con el gobierno poniendo a disposición nuestras clínicas y hoteles; Estado y Obras Sociales integradas en una acción solidaria nos hace fuertes para enfrentar éste crucial momento y debería ser la base para consolidar un poderoso y masivamente accesible sistema solidario de salud una vez que hayamos superado esta dolorosa e inesperada circunstancia.
No olvidemos jamás: La Salud es un derecho humano y si no lo respetamos se nos va la Vida.
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
