Corriente Federal de Trabajadores
Juan Pablo Mazzieri fue uno de los integrantes de la tripulación del primer vuelo de Aerolíneas Argentinas que fue a buscar 13 toneladas de insumos médicos a China. Secretario de Prensa de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) narró a Radio Gráfica los detalles de una compleja operación en donde tuvieron que pasar 73 horas a bordo del avión con un tiempo de vuelo neto de 53 horas saliendo. El recorrido de Buenos Aires a Shangái.
La pandemia de COVID-19 puso en evidencia, una vez más, la importancia de que los estados nacionales cuenten con herramientas estratégicas para el impulso de la economía o frente a eventualidades como las que atraviesa el mundo en estos días. En estas semanas, Aerolíneas Argentinas ha cumplido un rol esencial repatriando argentinos varados en el mundo y, en los últimos días, realizando vuelos en busca de material médico para que el país pueda contar con los elementos sanitarios para afrontar en mejores condiciones médicas la pandemia.
Juan Pablo Mazzieri es piloto de Aerolíneas Argentinas y dirigente gremial de APLA, organización que enfrentó el desguace macrista de la aerolínea de bandera. Fue parte del primer vuelo, de la compleja operación mediante la cual partiendo desde Buenos Aires, haciendo escala en Auckland (Nueva Zelanda), finalmente arribaron a Shangái desde donde transportaron a la Argentina 13 toneladas de insumos médicos.
“Fue una operación sin precedentes en la cual los trabajadores demostramos una vez más la importancia del rol de Aerolíneas. Hoy estamos como estuvimos siempre, es un honor haber participado y poder hacer un aporte a mitigar la pandemia”, manifestó Mazzieri sobre el vuelo que realizado en un Airbus 330-200 de pasajeros reacondicionado para la ocasión.
“Fue una operación bajo circunstancias muy especiales, imposible de hacer si no es bajo una normativa especial, bajo una dispensa que está dando la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) en este estado de emergencia mundial que generó la pandemia. El vuelo excede todo tipo de normativa en cuanto a duración y tiempos de descanso, fue realmente extenso, por eso fue necesaria ese tipo de habilitación”.
“Estuvimos 73 horas a bordo del avión sin bajarnos, 53 horas de vuelo total. Es una cosa muy rara, en lo personal fue el vuelo más largo de mi vida”, contó Mazzieri.
“Hubo un fuerte compromiso de parte de los trabajadores para hacerlo, no solo de los que estuvimos a bordo, sino de todo el equipo que conforma Aerolíneas Argentinas y de otros organismos del Estado que tomaron la decisión estratégica de llevar adelante esta operación”, detalló. Hasta ahora se han hecho tres vuelos de estas características, pero hay más planificados para los próximos días.
“Nuestro vuelo se desarrolló con absoluta normalidad, todo se dio como teníamos previsto que suceda. Fue largo, lo que le da aristas especiales de convivencia a bordo por lo cual nos organizamos entre nosotros para las comidas y los descansos. Por suerte el avión cuenta con camas en la cual podíamos dormir. Ayudó que haya sido sin pasajeros, un poco más informal”.
“Fuimos en total 18 personas, 12 pilotos, 4 técnicos de mantenimiento y dos despachantes, uno de carga y uno operativa. Fue una convivencia muy buena, todos estábamos muy convencidos de llevar adelante este tipo de operación”, remarcó.
La operación fue compleja por varios motivos, entre ellos las distancia. Separan a Buenos Aires de Shangái casi 20 mil kilómetros de distancia. A ello se suma el cierre de las fronteras en muchos países y con ello los aeropuertos. También el temor de que las cargas sean pirateadas. Han circulado noticias en donde países se apropiaron de la mercadería de vuelos que realizaban escalas.
“Estuvimos en dos aeropuertos, Auckland y Shangái. Hoy por hoy son aeropuertos fantasmas, sin tráfico. El de Shangái es enorme, impresionantemente grande, hoy repleto de aviones parados. La terminal a la que fuimos nosotros era la única que estaba funcionando porque era de carga. Hay muchos aviones de pasajeros de otros países que están haciendo la misma operatoria que está haciendo Aerolíneas Argentinas. Hoy los vuelos de carga están saturados y tienen costos exorbitantes, no son una opción viable. Al no estar volando aviones de pasajeros son muchas las empresas que están utilizándolos para ir a buscar insumos”, narró Mazzieri.
“Además hay otro problema que se presenta que es el riesgo de la incautación de la mercadería. Hay una guerra comercial con los insumos médicos, es habitual que países decomisen la carga. Por eso es importante protegerla, planificar una ruta que no tenga esta problemática. Aerolíneas hizo eso con un nivel de profesionalismo y dedicación que es lo que hace esta operación tan particular con las dificultades logísticas y de infraestructura, interactuando entre diversos organismos para poder llevarla adelante”.
Una vez en territorio argentino la tripulación tras los tres días de viaje las tripulación debe “cumplir la cuarentena como cualquier ciudadano”, detalló el dirigente de APLA.
“No tuvimos contacto social con zonas afectadas, nos preservamos arriba del avión por lo cual no hay necesidad de aislamiento a menos que surja un caso sospechoso, que por suerte no hemos tenido hasta el momento”.
Consultado por los vuelos de repatriación por el cual fueron rescatados miles de argentinos abandonados por otras aerolíneas comerciales, precisó que se van a continuar realizando, pero que ”están siendo dosificados por el Ministerio de Salud”.
“Hace un seguimiento de los pasajeros, se va a lugares donde hay situaciones que así lo requieren. Nosotros como trabajadores estamos dispuestos a seguir trabajando en esto, pero no es Aerolíneas la que tiene la decisión. Es lo que ordena el Ministerio de Salud al Ministerio de Transporte”, apuntó.
Por último, Mazzieri hizo una alusión a Aerolíneas Argentinas, castigada sistemáticamente en los cuatro años de macrismo y que hoy muestra su valor. APLA fue de los gremios activos en su defensa, sufriendo sus dirigentes el vapuleo del ex presidente Mauricio Macri, de sus funcionarios y de ciertos medios de comunicación.
“Aerolíneas es una herramienta estratégica, los trabajadores teníamos que cumplir con eso. El tiempo nos está dando la razón, el paradigma de la industria aerocomercial va a cambiar y los Estados van a tener otro tipo de rol con más protección de las empresas y de los trabajadores. Ojalá que toda esta gran pandemia de COVID-19 sirva para salir mejores”, cerró a horas de culminar con una operación inolvidable para su vida profesional.
