Corriente Federal de Trabajadores
Por HÉCTOR AMICHETTI*
Es justo reconocer la incansable militancia de las mujeres socialistas y anarquistas por alcanzar la igualdad de derechos incluyendo, por supuesto, el voto femenino.
Aunque tuvo que aparecer Perón para que se pudiera avanzar en forma decisiva hacia ese objetivo. Igualdad de derechos entre hombres y mujeres en el marco de una comunidad igualitaria de ciudadanos y ciudadanas que conquistan en plenitud la Justicia Social.
Siendo Perón Secretario de Trabajo y Previsión, en julio de 1945, brindó su apoyo al voto femenino; la escritora Victoria Ocampo, expresión de un gorilaje reaccionario que repite sus vicios hasta el presente, rechazó en aquel momento en nombre de la Asamblea General de Mujeres, que ese derecho venga de la mano un gobierno «antidemocrático».
Ella quería que el gobierno pase a la Corte Suprema con el sueño de que la Unión Democrática y la Embajada de los Estados Unidos salven la República.
Un mes después, sus deseos se atragantaron con el 17 de octubre.
El 23 de septiembre de 1947, Eva Perón le decía a las mujeres de la patria:
«Mis queridas Compañeras, hemos llegado al objetivo que nos habíamos trazado, luego de una lucha ardorosa. Debimos afrontar la calumnia, la injuria, la infamia. Nuestros eternos enemigos, los enemigos del pueblo y sus reivindicaciones pusieron en juego todos los resortes de la oligarquía para impedir el triunfo.
Desde un sector de la prensa al servicio de intereses antiargentinos se ignoró a esta legión de mujeres que me acompañan; desde un minúsculo sector del parlamento se intentó postergar la sanción de esta ley.
Hemos roto los prejuicios de la oligarquía en derrota. Hemos llegado».
Siete décadas después la actitud de la oligarquía no ha cambiado, siguen despreciando la igualdad de derechos, boicotean la igualdad de oportunidades, proclaman que el derecho a ser ricos es una especie de don Divino que no puede ser alterado por los pobres.
La Democracia les resulta incómoda y aunque pretendan ocultarlo, se les nota que odian el sufragio si no es calificado.
En las elecciones del 11 de noviembre de 1951 votaron por primera vez las mujeres en Argentina, fueron 3 millones y medio y Juan Perón obtuvo la victoria más contundente de todas las elecciones presidenciales realizadas en el país, logrando un 63,4% de los votos.
La segunda en contundencia por porcentaje de votos obtenidos (61,8%), fue la del 23 de septiembre de 1973, luego de que Perón pudo retornar a su tierra gracias a la gloriosa y prolongada resistencia protagonizada por infinidad de hombres y mujeres que hicieron todo lo necesario para que ello ocurriera.
Supongo que en aquella ocasión Perón habrá elegido el 23 de septiembre recordando aquel día del ’47 en que Evita presentó la ley que consagraba el derecho al voto femenino. Además, por primera en la historia, una mujer integraba la fórmula presidencial en Argentina: Isabel Martínez, esposa de Juan Perón, algo que no había podido concretarse en las elecciones del ’51, en parte porque la maldita enfermedad comenzaba a debilitar el cuerpo de Evita y en mayor medida por un profundo sentimiento de odio al pueblo que las fuerzas de la reacción mantienen latente a pesar del paso del tiempo.
(Tanto el gobierno constitucional surgido de elecciones libres y democráticas el 11 de noviembre de 1951, como el elegido por el voto popular el 23 de septiembre de 1973 fueron derrocados por golpes de Estado y reemplazados por dictaduras militares bajo el auspicio de la oligarquía y con la colaboración del Imperio).
*Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
