Corriente Federal de Trabajadores
Los referentes de la Corriente Federal de Trabajadores dieron su visión sobre el recordado rechazo al ALCA en 2005
Se cumplieron 15 años de la Cumbre de las Américas en Mar del Plata (2005) donde fue rechaza la propuesta del Area de Libre de Comercio de las Américas (ALCA), un tratado de libre comercio para todo el continente promovido por Estados Unidos. Una decisión estratégica, soberana y valiente sostenida principalmente por los entonces presidentes Néstor Kirchner, Ignacio Lula Da Silva y Hugo Chávez en medio de una importante movilización popular.
En el marco del aniversario de esa decisión, la CTA de los Trabajadores realizó un encuentro virtual con participación de dirigentes gremiales. Muchos de ellos, participantes de esas jornadas.
Por la Corriente Federal de Trabajadores dieron el presente los dirigentes Sergio Palazzo (Bancarios) y Héctor Amichetti (Gráficos), ambos referentes del espacio.
En primer turno, habló Héctor Amichetti que recordó: «fue una jornada histórica, en todo sentido. Una fecha muy importante para todos nosotros y para el continente. No solo se trató del rechazo a un intento de Estados Unidos de consolidar la dominación de nuestro continente, sino que estábamos en el marco de un proceso de integración latinoamericana muy interesante que no se daba desde los tiempos de la emancipación con una voluntad decidida de generar una integración entre nuestras naciones. No hay posibilidad de llevar adelante procesos de liberación sin la integración que buscaron nuestros gobiernos. En esa Cumbre quedó plasmada la idea de un nunca más al neoliberalismo que había hecho mucho daño a fines del siglo XX».
«Con la irrupción de Chávez, Lula, Kirchner y el Frente Amplio en Uruguay, se había constituido un bloque con una decisión de integrar a las naciones. También ese 2005 fue un año donde tuvimos el triunfo de Evo Morales en Bolivia y de (Manuel) Zelaya en Honduras», añadió.
«Aquel mensaje de Perón de que ´el 2000 nos va a encontrar unidos o dominados´ se estaba dando por el lado positivo, con unión y rompiendo los lazos de dependencia. Perón, también señalaba que el esfuerzo tenía que estar puesto en los gobiernos, pero más en los pueblos porque los gobierno cambian mientras los pueblo son permanentes».
Metiéndose en el presente, Amichetti destacó la importancia de la «unidad de las fuerzas nacionales, que el movimiento obrera sea protagonista en los movimientos populares porque enriquece a la democracia. Se abre una etapa esperanzadora, por lo de Argentina, por las elecciones en Bolivia y lo que sucedió en Chile«.
«Necesitamos constituir esa unidad más allá de una elección, sino consolidando el poder de las organizaciones y de las democracias que debe ser el poder del pueblo», concluyó el dirigente gráfico.
SERGIO PALAZZO: «EL ALCA ERA UN ACUERDO ABSOLUTAMENTE DESFAVORABLE A LOS INTERESES NACIONALES»
«De aprobar el ALCA significaba la consolidación de las políticas neoliberales de los años noventa y del Consenso de Washington. Antes de llamarlo ALCA, dan un primer paso en el año 1991 que después lo formalizan después en la Reunión de las Américas de Miami en 1994. En 1991 dan la definición concreta de para que lo querían que era un tratado de libre empresa. Es decir, el factor humano, la sociedad y el crecimiento no eran tenidos en cuenta. La economía al servicio del hombre o como concepto social no existía», comenzó el referente bancario.
«Claramente hubiera perjudicado a las empresas argentinas y de otros países de latinoamérica porque los procesos de producción son distintos así como el financiamiento y los sistemas impositivos. Era un acuerdo absolutamente desfavorable a los intereses nacionales, hubiera aniquilado a la industria nacional. A partir de la externalización de las economías centrales, también hubiera generado que los trabajadores perdieran derechos en Argentina y otros países. El ALCA venía a consolidar el proceso de acumulación de riqueza que se estaba dando desde el Consenso de Washington», indicó.
En el repaso de cómo se llegó a ese 2005 y al rechazo al ALCA, Palazzo manifestó que hubo «un antecedente previo que fue la fabulosa iniciativa de la Consulta Popular (por La Campaña Argentina contra el ALCA) que proponían organizaciones sindicales y sociales en 2003 que termina generando un estado de movilización y rechazo. Permite articular el rechazo al ALCA, incluso más allá de Argentina».
«También hay que destacar la decisión política que tomaron los grandes líderes de ese momento. La gran iniciativa fue de Kirchner, Lula y Chávez, acompañando de Uruguay y Paraguay. Fue una decisión valiente que se enfrentaran contra el poder económico, mediático y el establishment que representaba Estados Unidos. «, agregó.
«Hubiera sido nefasto que se hubieran acordado esas políticas, hubiéramos destruido la industria nacional, nos hubiéramos convertido en una economía de servicios muy parecida a la que fuimos en la década del 90. No se puede acordar un tratado de libre comercio cuando las economías son asimétricas», reflexionó Palazzo.
Mirando hacia adelante, la idea de tratados de libre comercio son recurrentes. Posterior al ALCA, el Gobierno de Mauricio Macri avanzó con uno similar con la Unión Europea, también hubo otros que no levantaron vuelo como como la Alianza del Pacífico o el Acuerdo de Libre Comercio de Servicios (TISA).
«¿Qué hacer para que no nos pase el ALCA? En primer lugar, tenemos que fortalecer los lazos entre aquellos países con que tenemos coincidencia en que un tratado de libre comercio es perjudicial. En segundo lugar, fortalecer el Mercosur y UNASUR, un tema en que se tendría que abocar la Cancillería. También recuperar la idea de un banco de desarrollo sudamericano para darle financiamiento a la producción, el empleo y el desarrollo de los países de la región», conclutó Palazzo.
