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CGT Regional Oeste: ¿Quién se queda con nuestro salario?

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ALERTA Y MOVILIZACION CONTRA EL GOLPE DE LA DERECHA Y LOS GRUPOS ECONOMICOS
POR LA INDEPENDENCIA ECONOMICA, LA SOBERANIA POLITICA, LA JUSTICIA SOCIAL y LA UNIDAD LATINOAMERICANA!!!

“Saboteadores que quieren rendir la patria a la voracidad de los imperialismos y que son los mismos que mienten anunciando el racionamiento de alimentos (…). Esos mecanismos serán extirpados, porque antes de tirarse fruta, por ejemplo, ha de crearse un mercado de excedentes para darla a quienes no la puedan consumir,
en base al nuevo principio constitucional de poner la propiedad en función social”
J. D. Perón, 1949

La situación que venimos padeciendo los trabajadores y trabajadoras, bajo la acción de los monopolios formadores de precios nacionales y globales, hace que las condiciones de nuestra existencia se vuelvan cada día más complicadas. Mientras crece la dificultad que tenemos para llegar a fin de mes, ya que nuestro salario no alcanza para garantizar las condiciones básicas de un buen vivir, vemos crecer las ganancias empresarias y la fuga de capitales al extranjero. Cada vez trabajamos más a cambio de un salario real más pequeño. En su última visita a la provincia del Chaco, Cristina Fernández denunciaba: “Hay un segmento de los trabajadores en relación de dependencia que son pobres. Esto nunca había pasado”.

En cada lugar de trabajo o en el barrio crece el debate sobre ¿qué hacer? Sea bajo la forma de la desocupación, la precarización, la informalidad laboral, o bajo el aumento en las horas y la intensidad de la jornada laboral, el conjunto de los trabajadores percibimos que la situación no se aguanta más.

 

El saqueo. Caída del salario y desocupación.

“¿Quién se está quedando con lo que cobraba un trabajador en 2015?”, preguntó Máximo Kirchner en el acto de renovación de autoridades de nuestra CGT Regional Oeste, tras contar que Furlán, el actual secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, le había dicho que en 2015 un obrero de su rama ganaba entorno a los U$S 2.000 y hoy no pasa de los U$S 900. El compañero Walter Correa, secretario general de la regional y del Sindicato de Obreros Curtidores, señaló que en su actividad se pasó de U$S 1.500 a U$S 900.

Mientras que en Enero de 2012, el salario promedio registrado en Argentina en dólares alcanzó los U$S 1.436, para Julio de 2019 el promedio se ubicaba en torno a los U$S 1.065. Sin embargo, la cifra es engañosa, porque en Julio de 2019 esa cifra estaba inflada por la víspera de las elecciones primarias ya que en 2018, ya había caído por debajo de los U$S 800. Luego de las PASO en las que el pueblo confirmara la voluntad de sacar del gobierno al proyecto neoliberal, que ya se había expresado en las jornadas del 14 y 18 de diciembre de 2017, el salario promedio medido en dólares siguió cayendo. Y en Noviembre de 2021, se ubicó en U$S 461, lo que representa menos de un tercio del promedio de 2012.

Si se mira el mínimo, vital y móvil, referencia para los más de 7 millones de trabajadores y trabajadoras del sector informal, que llegó a rozar los U$S 550 a fines de 2012, desde el 2017 en adelante se desplomó continuamente, hasta llegar a alrededor de U$S 160 en febrero de este año.

Por último, en el año 2016 y 2017, un salario mínimo cubría el 55% de la Canasta Básica Total (que se toma como medida de la línea de pobreza). Es decir que una familia de 2 adultos y 2 menores, necesitaba de dos salarios mínimos para cubrir la CBT. En el 2018, este mismo ingreso cubría poco más del 49% de dicha canasta, por lo cual ya dos salarios mínimos no llegaban a cubrir lo básico para no caer en la pobreza. Desde el 2019 hasta la actualidad, el salario mínimo solo cubre alrededor del 39% de la canasta básica, es decir que una familia necesita 2,5 salarios mínimos sólo para cubrir sus necesidades básicas.

 

Desde el punto de vista del capital, cada vez más trabajadores “sobran”, dejan de cumplir función alguna en la reproducción de sus ganancias. No intervienen en el proceso productivo, ni tampoco cumplen una función de depreciación del salario en el mercado laboral. El histórico “ejército industrial de reserva” que entra y sale
esporádicamente de la producción, ha devenido en índices de desempleo récords en las distintas partes del planeta.

La desocupación abierta es medida de manera sistemática desde el año 1964. Entre los años 1966 y 1988 osciló entre 3,8 % y 6,5%, podríamos decir que había pleno empleo ya que se estima que cuando el porcentaje es menor al 7% no hay desocupación. Estos datos no pueden entenderse sin tener en cuenta la década de gobierno peronista del 1946 a 1955 donde se realizó una estrategia de industrialización como pieza fundamental de la política económica y donde se incrementó la participación de los asalariados en el ingreso, llegando al 47% que fue el máximo histórico en el año 1950.

Post dictadura, en el año 1989 la desocupación rompió su techo histórico y llegó a 8,1% en plena crisis de hiperinflación. Desde ese momento siguió una tendencia ascendente hasta llegar al año 2002 donde la desocupación fue del 21,5% y el gobierno de ese momento reconoció que un cuarto de la población económicamente activa estaba desocupada. La salida de la crisis a partir del año 2003, reforzada por políticas gubernamentales, y la fuerte incidencia del trabajo precario lograron que la desocupación pase del 19,1% en el año 2003 a 7,3% en el año 2010.

Es decir, lo que era históricamente el techo “aceptable” de desocupación para que rotativamente todos encuentren trabajo y puedan reproducirse (7%) pasaba a ser el piso de esta nueva etapa histórica, en donde la desocupación hoy con salto tecnológico mediante, fruto de la competencia del mercado y una brutal concentración y extranjerización de la economía, se vuelve un piso tan elevado que sumado a la subocupación y la informalidad nos quedan millones por fuera de la mínima reproducción. Con lo cual, más allá de ciertas medidas gubernamentales que puedan llegar a generar algún tipo de reactivación del empleo, sin resolver el problema sistémico que engendra la concentración y centralización, lo que Cristina denuncia en el Chaco se transforma en una realidad que se acrecienta: “trabajadores en relación de dependencia que son pobres. Esto nunca había pasado”.

Frente a semejante expoliación por parte de los grupos económicos financieros, “nuestra” híper extranjerizada “burguesía nacional” sabedora de nuestra historia de lucha, debe garantizar las condiciones políticas de su reproducción y hace golpear sus cacerolas conscientes de que necesitan hacer prevalecer sus mezquinos intereses y su dominio ideológico del “sálvese quien pueda” para lo cual deben dividirnos en contradicciones secundarias que nos saquen del eje central del enfrentamiento contra ellos. “El problema son los Planes”, “la Argentina debe tener trabajo genuino”, “hay que valorar a los que más se esfuerzan”. Fueron los grandes capitales y sus políticas neoliberales los que impusieron la política de subsidios para las y los compañeros desocupados, ya que con ello intentan frenar el caldo de un estallido social que dinamite las condiciones básicas de reproducción como fueron el Santiagazo, Cutral CO, Plaza Huincul, Mosconi, Tartagal y el 2001. Y esto no es nuevo, ya en plena dictadura mientras desguazaban el país, engordaron los planteles de empleados estatales, bajo el lema que “cualquier desocupado podía ser un guerrillero en potencia”. Con su plan neoliberal, nos echan, nos dan un “plan” y dicen en sus medios: “quienes reciben un ‘plan’ no quieren trabajar”.

 

Mienten. Intentan imponernos sus ideas y su lógica individualista para que nos enfrentemos entre nosotros.

Guardan en el exterior 400.000 millones de dólares producidos aquí con nuestro esfuerzo. Y exigen menos controles para “invertir” en el país. ¿Alguien les cree? Actúan así porque encarnan el gran beneficio privado, que hoy contradice la vida en sus fundamentos elementales: desastres y catástrofes naturales y fractura de los lazos esenciales de la sociedad. Las grandes corporaciones tienen ganancias record. Cristina advirtió que de no tomar medidas el crecimiento se lo llevaría un puñado “de vivos”. Acertó: los monopolios facturan récord y la pobreza golpea a más del 40% de la población.

 

¿Quiénes son los que se quedan con el fruto de nuestro Trabajo?

En la Actualidad todos los bienes se hayan apropiados, pero no todos los hombres pueden satisfacer sus necesidades; el Pan tiene dueño, pero un dueño sin hambre.
CGT de los Argentinos-1 de Mayo 1968

Los males que padecemos no responden a si tal o cual patrón es más explotador o menos humanista, sino que fruto de la competencia del mercado, las grandes corporaciones NECESITAN producir más en menos tiempo para sobrevivir. El avance de la tecnología en función de ese interés expulsa mano de obra a un ritmo y una escala cada vez mayores. Entonces, las empresas que no cuentan con esa tecnología y hasta el mismo trompa que antes se “preocupaba” por “sus” trabajadores, en pos de sobrevivir en esa ley del mercado, exprimen al laburante hasta la ultimo gota, y nos empujan a jornadas de 12 o 14 horas, trabajo los domingos, ritmos agotadores, etc. A su vez, como “sobramos” trabajadores por todos lados, el precio de nuestro trabajo, nuestro salario, se devalúa.

Esta tendencia a trabajar más horas, o las mismas horas pero más intensamente obedece a la necesidad de acumulación del capital que en la actual crisis terminal que vive el sistema capitalista, lejos de revertirse, el problema se va a agravar. Una de las manifestaciones palpables de esto es la crudeza con que crece el control que realiza la patronal sobre nuestros cuerpos: cámaras y micrófonos en todos los sectores de trabajo, pasillos, comedores, patios; prohibición de reuniones, rotación permanente de los planteles para evitar que nos relacionemos con cierta regularidad, modificaciones o suspensiones de los turnos enteros, reasignación de tareas, rotación de sectores y una cantidad sin fin de medidas que coartan e intentan ajustar bajo una disciplina marcial al conjunto de los trabajadores con el único fin de garantizar la valorización misma del capital a costa de nuestras propias vidas.

El sincericidio de Federico Braun, dueño de la cadena de supermercados La Anonima, en el Foro de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), desnuda la impunidad con la que actúan estos sectores de la patronal argenta, que mientras miles de argentinos y argentinas caemos en la pobreza y la indigencia, ellos se te ríen en la cara y desnudan su estrategia; frente a la consulta sobre cómo actúan y qué hacer con la inflación sin vueltas ni ruborizarse te dicen, “nosotros remarcamos los precios todos los días”. Son Miserables como bien se los caracterizo, pero esa miserabilidad viene del interés que defienden, su comportamiento es claro, tienen un interés, el privado. Tienen un solo Dios “el dios dinero” y desde ahí no pueden hacer otra cosa. Aumentan los precios para incrementar sus ganancias a costa del hambre del pueblo. Esa es la libertad que defienden: “Nosotros tenemos la libertad de vender nuestros productos al precio que creemos conveniente” y el pueblo tiene la libertad de morirse de hambre. Así los aumentos seguirán y si no, se profundizará el desabastecimiento.

Con estas declaraciones no cuesta mucho entender por qué estos grupos lejos de sentirse interpelados por la convocatoria del gobierno a un “gran acuerdo nacional” que permita equilibrar salarios, precios y ganancias, dinamita todo intento de “concertación” y agudiza el enfrentamiento. No hay margen para creer que sentándonos a “consensuar” y “dialogar” con quienes generan nuestros problemas encontremos la forma para resolverlos. Ellos se alistan para el enfrentamiento y te declaran la guerra oponiéndose por todos los medios a los controles de precios máximos o a las políticas de congelamientos de precios ya que necesitan mantener ellos el “control” de los precios para subirlos a discreción y, con esto, aumentar sus ganancias, agudizando aún más la concentración.

Con plena conciencia de esto Pablo Moyano decía “estos empresarios me dan Asco, se ríen del sufrimiento de la gente son los mismos que hace 50 años manejan la economía del país, la inflación y los precios de la canasta básica, son los que llevaron a Macri al Gobierno, al igual que lo hicieron con la dictadura militar”.

Las principales cuatro empresas exportadoras de granos, harinas y aceites vegetales de Argentina concentran el 48% de las ventas externas totales, en tanto que las principales 10 representaron el 91% del total. Más del 40% de las exportaciones de este sector están en manos de capitales norteamericanos (Cargil, ADM, Bunge y Dreyfus), el 17% en manos de la suiza Glencore (controlante de Oleaginosas Moreno y “ex socia” de Vicentín), y un 15% en manos de la estatal china COFCO (controlante de Nidera y Noble).

Solo 3 grupos controlan el 90,6% del aceite que se consume en nuestro país; sólo 2 grupos el 82% de la harina de trigo; sólo uno el 79% de los fideos secos; sólo 2 el 80% del arroz; y sólo 2 más del 85% del azúcar. Y aunque la suma da diez grupos, son sólo 6 en total, porque los mismos nombres se repiten aquí y allá. Pérez Companc, con el gigantesco Molinos Río de la Plata; AGD, de la familia Urquía; Navilli, dueños de Molino Cañuelas; Adecoagro, cuyos orígenes se remontan al magnate George Soros; Ledesma, de la familia Blaquier, y Seabord, una multinacional norteamericana que desde el 96 explota el histórico ingenio azucarero San Martín de Tabacal.

La reducción del llamado “costo laboral”, o sea el achicamiento de nuestro salario y de los aportes que sostienen a los y las jubiladas y la flexibilización laboral generalizada es una demanda creciente de los grandes grupos económicos
extranjeros y locales ya que debe garantizarle al capital masificar los contratos temporales y “basura”, al punto en que incluso en esta aguda situación, empresas como Techint, o la estadounidense McDonald’s recibieron del endeudado Estado argentino fuertes sumas de dinero para pagar los salarios de sus empleados. Más deuda para el pueblo para solventar los gastos de las grandes compañías.

 

El golpe en marcha de los enemigos del Pueblo.

En la previa de las elecciones de medio término de 2021, desde el Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires se denunciaba: “La oposición política y sus resortes en momentos electorales siempre tendieron a una devaluación. Es lo que sueñan hacer (…), dar un timonazo para poner complicada la situación económica nuevamente. Son los llamados golpes blandos, que son generar condiciones adversas para que la vida se le complique a mayor cantidad de personas y eso debilite al Gobierno”.

Una parte del accionar de estos grupos quedó expuesto a través de las solicitudes de dólares para importar, que en medio de un estancamiento e incluso una caída de la actividad en comparación al año anterior en ciertos rubros, se dispararon entre finales del 2021 y enero del 2022. Por ejemplo, mientras que la venta de autos cayó un 3,3%, las automotrices solicitaron dólares para importar un 30% más que en el mismo período del año anterior.

La respuesta fue una resolución del Banco Central que pone como tope a las empresas hasta un 5% más que lo que importaron el año pasado, debiendo conseguir para todo lo que exceda esa suma un financiamiento a 180 días.

Las empresas pusieron el grito en el cielo y amenazaron; “Esta previsible falta de suministros derivará en que los laboratorios comiencen a dar faltas ante la Anmat de algunos medicamentos, con las graves consecuencias que esta situación provocará en la continuidad de tratamientos de salud en curso, y de la salud pública en general”. “Como alertamos oportunamente y en reiteradas ocasiones, esta situación continuará agravándose en los sucesivos meses ya que alcanzará progresivamente al resto de las empresas autopartistas y terminales, teniendo como resultado paradas de producción, suspensión del personal de toda la cadena productiva (aproximadamente unos 80 mil), como así también un impacto negativo muy significativo en las exportaciones y en el índice de la actividad industrial (IPI)”.

Mientras que las cámaras que agrupan a laboratorios locales -Cilfa y Cooperala- amenazaban con que habría faltantes en el suministro de medicamentos, las que agrupan al sector automotriz y autopartista -ADEFA y AFAC- apretaban al gobierno con suspensiones en los más de 80 mil puestos de trabajo vinculados a esa cadena.

Así, nos enfrentamos a corporaciones trasnacionales, cuyos mecanismos de estrangulación sobre nuestra economía no operan solo “por izquierda” sino FUNDAMENTALMENTE por las vías legales e institucionalizadas. Tras la quiebra fraudulenta de Vicentín, supimos que mediante una triangulación con una filial fantasma en Paraguay, la socia de la multinacional Glencore cargaba en su puerto propio en Rosario granos cosechados en suelo argentino y los declaraba como paraguayos, para evadir retenciones por más de US$ 200 millones.

En las últimas semanas supimos que la empresa norteamericana que explota nuestro litio, Livent, declaraba ventas por U$S 6 el kilogramo, cuando el precio internacional es de U$S 53. Si se tiene en cuenta que en el 2021 se exportaron 27 mil toneladas de este mineral, y que por cada kilo nos afanaron 47 dólares, sólo en esta maniobra con este mineral nos chorearon 1.200 millones de dólares en un año. Y sobre eso, evaden retenciones.

Durante su discurso por los 100 años de la creación de YPF, Cristina señaló en esta misma dirección el caso de la multinacional Techint, adjudicataria para la construcción del gasoducto que conectaría Vaca Muerta con la zona centro del país. “Tenemos también que comenzar a exigir porque, quien provee los caños que es una gran empresa multinacional de origen argentino y que la mayor parte de su capital la hizo aquí en Argentina a partir de la privatización de la siderurgia que también estaba en manos del Estado… Pedirle que la chapa laminada que hacen en Brasil la traigan acá con línea de producción para hacerla acá. Muchachos: no podemos seguirle dando 200 millones de dólares para que se paguen ustedes mismos en la empresa subsidiaria que tienen en Brasil. Pongan la línea de producción de chapa en Argentina, si han ganado fortunas en la Argentina. La discrecionalidad es absoluta, se compran la materia prima a ellos mismos, y con esa excusa piden permiso para que les liberen nada menos que 200 millones de dólares. Así es como el capital financiero estrangula las economías de los países dependientes.

Podríamos agregar sobre el caso “particular”, que la privatización a la que alude CFK fue en 1991, cuando a menos del 10% de su valor, el grupo Techint se hizo con el control de SOMISA, una de las “joyas de la abuela” que el neoliberalismo entregó a los monopolios. A su vez, Techint venía de ser una de las empresas beneficiadas por el “regalito” de la estatización de la deuda privada que llevó adelante en sus últimos años la dictadura militar, con Cavallo al mando. Propulsora Siderúrgica (TECHINT) licuó deuda privada por U$S 81.000.000, junto a Industrias Metalúrgicas Pescarmona, por US$ 89.000.000, Acindar SA por U$S 649.000.000, Loma Negra por U$S 62.000.000, Fiat por U$S 51.000.000, Mercedes Benz por U$S 92.000.000, Sade (PerezCompanc) por U$S 125.000.000, y Sevel (Macri) por U$S 124.000.000. De toda esa deuda se hizo cargo como suya el Estado nacional.

Acá es importante entender la dictadura no como un proceso de desindustrialización, sino de concentración y centralización feroz, con dominio del capital financiero, en que los grandes grupos “nacionales” intentaron pertrecharse de la competencia global. En consecuencia, salimos de la dictadura con miles de puestos de trabajo destruidos en el sector industrial, pero no porque se cerrara una u otra fábrica – que de hecho ocurrió-, sino porque se producía lo mismo o más que antes con menos obreros y con menos fábricas. Hubo salto tecnológico, y lo que opero fue la transformación de ese empresariado local en monopolios, en capital financiero. Lo “paradójico” es que los que reclaman achicamiento del Estado, crecieron a través de adjudicaciones del Estado y la estatización de la deuda privada, que no fue solo una exclusividad de estos grupos argentos, sino la regularidad de la conducta de cualquier monopolio.

El proceso de concentración y centralización del capital continuó –y continúa- aceleradamente con su respectiva extranjerización, cada vez más estos grupos locales que engordaron en la dictadura, son expulsados de los sectores estratégicos de la producción, y urgidos de acelerar la explotación de los de abajo para sostener sus posiciones ante la confiscación por los grupos trasnacionales. En los ‘90, el Grupo Macri quedó reducido a la obra pública, liquidada Sevel, y Perez Companc perdió el negocio petrolero a principios de los 2000, para refugiarse en el sector agroindustrial, donde controla Molinos; por citar algunos ejemplos.

 

¿Cuántas veces el pueblo argentino absorbió la deuda de estos grupos para “salvarlos” de caer en manos extranjeras? Luego del desfalco de los ‘70, nuevamente se extranjerizan los sectores estratégicos de nuestra economía y en los ‘90 estos grupos vuelven a precisar del gobierno del Estado para preservar algún nicho de su reproducción. Las privatizaciones fueron entonces la herramienta para quedarse con alguna porción de la torta, que luego vuelven a perder. A principios de los 2000, volvimos a absorber su deuda vía pesificación de la deuda en dólares y posterior devaluación del peso.

¿Acaso eso detuvo el proceso de extranjerización de la economía argentina en los últimos 50 años? Ni los servicios que otrora prestaba ENTEL, o SEGBA, o Gas del Estado, permanecen hoy en manos de los grupos “nacionales” que los adquirieron a principios de los ‘90. Y el proceso continúa hoy: en 2019, Vicentín termina entregando Renova -empresa de punta en la producción y comercialización de aceite- a la suiza Glencore, diversificada en minería, agronegocio y alimentos. Así todas las ramas que habíamos logrado desarrollar con autonomía real durante el peronismo, fueron rápidamente convertidas en meros eslabones subordinados de la industria norteamericana, alemana, francesa, etc.

Estos mismos grupos son los que permanentemente reclaman reducir el déficit fiscal y achicar el gasto del Estado, como si el problema de las finanzas públicas fueran los derechos laborales, los planes sociales o la protección integral de los niños, y no el agujero negro de la fuga y la evasión que ellos orquestan en su intento –siempre vano- de triunfar en la competencia al interior de los monopolios, que se los lleva puestos. Hace solo algunos días el ariete judicial de los grupos económicos vociferaba en contra de las conquistas sociales, echándonos la culpa del desastre que el poder concentrado genera. Para el miembro de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz “no puede haber un derecho detrás de cada necesidad porque no hay suficientes recursos para satisfacer todas las necesidades”. Las “proclamas populistas” ignoran que “detrás de cada derecho hay un costo”.

Nota de color, o no tanto, este juez que habla de los costos de nuestros derechos, es el mismo que giró 650.000 dólares a Estados Unidos al día siguiente de las PASO 2019, como parte de la sangría de divisas que desarrollamos en el primer apartado. ¿Cuándo hablará la justicia de los costos que tiene para el pueblo trabajador mantener con su sudor las ganancias de quienes fugan la guita afuera y empobrecen al país?

Desde la revolución industrial, el desarrollo de las fuerzas productivas fue lo que terminó de darle forma a los mercados nacionales y con ello a los estados modernos tal cual los conocimos, pero hoy con el gigantesco grado de socialización de la producción, esos mercados nacionales han sido absolutamente superados y con ellos surge la CRISIS DEL ESTADO NACION ya que deja de cumplir su función, se los morfan, los disuelven, son balcanizados. Los países pasan a ser meros coladores o provincias de un mundo país, en donde la fluidez y necesidades de los capitales concentrados perforan y fugan riquezas de aquí para allá y se oponen a cualquier cosa que atente contra ellos.

 

El Desplome. Fin del sueño americano.

“Bajo el yugo del dios dinero no se puede vivir (…) este sistema no va más, hay que cambiar
y no se trata de emparchar, hay que poder reemplazarlo, hay construir algo nuevo”.
Papa Francisco

Bajo el principio libertario de la propiedad privada, en la competencia por los mercados se concentra cada vez más la economía: los grandes conglomerados absorben a las grandes y medianas empresas “nacionales”, al tiempo que dentro de la misma cúpula de capital monopólico se comen unos a otros. El ritmo de quiebras, compras y las llamadas “fusiones” de compañías se acelera. En nuestro país se fueron a la lona más de 30.000 empresas entre 2020 y 2021

El estrangulamiento financiero y comercial de las grandes corporaciones, que compiten a muerte entre sí, acelera su avanzada sobre los recursos estratégicos de los países periféricos. En la Argentina las manos del capital financiero y sus Estados imperiales vienen afilando las garras para apropiarse de las fuentes de litio, de gas y petróleo en “Vaca Muerta” y de la propia tierra fértil de la pampa húmeda. Son enormes y cada vez más virulentas las presiones de los organismos internacionales imperialistas y de los propios agentes de EE.UU. y Europa sobre el gobierno argentino para que el país no acuerde soberanamente la exploración y explotación de estas fuentes de riqueza con la República Popular de China (que cuenta con la capacidad tecnológica para hacerlo) y mucho menos para que podamos compartirlo soberanamente con los pueblos de la región.

De acuerdo a la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 2021 aumentó el hambre en todo el mundo, más de 800 millones personas, lo cual equivale a un 10% de la población global sufrieron insuficiencia alimentaria. Solo el año pasado se registró un incremento de 118 millones en la cantidad de personas malnutridas, la suba más importante de los últimos quince años. Según el mismo informe, más de la mitad de las personas subalimentadas, un total de 418 millones, vive en Asia y más de un tercio, alrededor de 282 millones, en África. En América Latina y el Caribe habita el 10% de la población afectada por hambre en el mundo, es decir, 80 millones de personas. Además se calcula que 150, millones de niños (22% del total mundial) sufrieron retrasos del crecimiento por la falta de alimento.

Las catástrofes ambientales que se multiplican a lo ancho y largo del planeta que lejos de poder controlarlas se multiplican por doquier, las intensas lluvias que están generando inundaciones monumentales que sufren los pueblos hermanos de Brasil, Cuba, Méjico Surinam y Perú, las altas temperaturas que provocan entre otras cosas gigantescos incendios y desplazamientos de pueblos enteros y una gran cantidad de muertos, son ejemplos brutales de la irracional forma de producir los bienes necesarios para garantizar la vida humana.

El caos y la guerra en que hunden al conjunto de la humanidad, el ataque criminal y el robo de riquezas (de petróleo, de alimentos, o de las reservas de dinero de los bancos centrales) que los EE.UU. y sus aliados llevan a cabo en distintos países es una muestra cabal de la incapacidad del imperialismo de sostener su dominio y consenso que otrora podía sostener.

El desenvolvimiento lógico del sistema capitalista ha entrado en una crisis irreversible en cuanto a poder garantizar las condiciones de su reproducción. Crisis orgánica que se caracteriza por tener su estallido en el centro de los países imperiales que los niveles históricos de inflación y desocupación son solo una muestra de ello. La economía real norteamericana se hunde en la recesión, y la inflación registró una tasa interanual del 8,6% en mayo, récord desde diciembre de 1981, mientras la cantidad de desempleados que ya han pedido beneficios sociales supera los 40 millones de personas y el desempleo, incluyendo a los trabajadores no registrados, supera el 25% de la mano de obra empleada. Al ritmo vertiginoso en que se hunde la economía norteamericana crece el movimiento huelguístico y las protestas en donde desde el 2019 a la fecha se registraron más de 150 movilizaciones agudizando la crisis social que dejo la Pandemia. En EEUU la violencia y las muertes por armas de fuego y el consumo de fármacos (45 mil y 100 mil, respectivamente en el último año) persiguen la creciente expulsión de mano de obra y el deterioro de las condiciones de vida del conjunto de los trabajadores y trabajadoras que hunde en el caos a esa sociedad que está desarrollando en cuota parte una guerra civil solapada.

 

De la Caída del Muro a la caída del mundo (Unipolar- Unilateral) Un poco de Historia.

“Yo desconfío de quienes no miran el pasado. En el pasado encontramos las claves, no se puede actuar en el presente sin el conocimiento del pasado y sin la imaginación y la estrategia del futuro.
Esto implica comenzar a decodificar el significado de las palabras porque, a través de las palabras, comienza la dominación cultural”.
“Yo elijo la Historia”
CFK

La caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética (1989-91) le dio al imperialismo un oxígeno realmente vital, en donde luego de la crisis del 71/73, con la caída de Breton Wood reemplazado por el consenso de Washigton y el lanzamiento de las políticas neoliberales, con el dólar reemplazando al oro como moneda mundial, sostenida en los petrodólares de la energía fósil de medio oriente, a razón del dominio de las armas atómicas, las economías de los países centrales comenzaban nuevamente a abarrotarse entrando en un fuerte proceso recesivo. La disolución del bloque soviético definió un cambio en la correlación de fuerzas mundiales a favor del capital monopólico, gracias a lo cual lanzó una avanzada sin igual sobre economías fuertemente estatizadas.

La modificación de las relaciones entre los estados (y las clases, a través de éstos) en el mundo fue tal que no quedó lugar del planeta en que el capital financiero no imponga su programa de manera definitiva. Como ya describimos en América Latina, la marcha avasalladora del capital trasnacional europeo y yanqui, iniciada en la década del cincuenta luego de su recomposición tras la segunda guerra mundial , dio un salto en la década del noventa, con sus planes “neoliberales” bajo el dominio del capital financiero que tuvo sus antecedentes necesarios en las dictaduras genocidas de los setenta, pero que para poder realizar esa hegemonía en los 90 sin la disolución de la URSS y del bloque socialista hubiese sido prácticamente imposible.

El mundo bipolar devino unipolaridad y el capital monopólico acaparando nuevos territorios sociales recomponía su dinámica de acumulación ampliada; la plétora de capital encontraba salida y espacios nuevos donde invertir y reproducirse. La crisis que estalló en 1997 sorprendió a las burguesías triunfalistas que se habían autoreverenciado con el mito efímero del “fin de la historia”. El colapso financiero en los países del sudeste asiático, evidenció para los analistas más lúcidos, la grave enfermedad del sistema capitalista en su conjunto. El desplome de los Tigres Asiáticos, Corea del Sur, Tailandia e Indonesia, joyas patricias del capital financiero occidental, sumado al largo estancamiento en que había ingresado Japón, contribuyó al posicionamiento económico y político regional de China, como economía fuerte pero aún emergente.

En el año 1998 los brutales bombardeos de la OTAN en territorio europeo, con el desgajamiento de Yugoslavia y Checoslovaquia en un conjunto de pequeños estados, dejaba planteado dos temas primordiales.

El primero, -que se volvería una regularidad -es que los EE.UU. y las potencias imperialistas no lograban imponer un programa afín a sus intereses en el estado nación que estaba siendo intervenido, sino que sólo podían quebrarlo en múltiples partes, alimentando las fuerzas centrífugas con base en las divisiones históricas, tribales, étnicas, y en una estructura económica no integrada. Esto daba la nota característica de la fase decadente del imperialismo como fuerza conquistadora, se volvió incapaz de constituir una fuerza social subordinada que funcione como tentáculo para garantizar su reproducción ampliada en dicho territorio.

El segundo tema tenía que ver con la certeza imperial de que había que arrasar a fondo contra Rusia y quebrar la experiencia política de la clase trabajadora más desarrollado que haya existido en la tierra hasta ese entonces, para lo cual el imperialismo debía darle la estocada final y a partir de la crisis del petróleo del año 1973, la disputa por los recursos energéticos se había convertido en cuestión de estado primordial, y Rusia como principal productor de gas del mundo (además de gran productor de petróleo), abría y cerraba la llave del gasoducto del que dependía toda la industria europea. Pero lo que quedaría nuevamente en evidencia, contribuyendo a la visibilidad de las incapacidades imperiales señaladas recién, era la impotencia del imperio de liquidar a su viejo enemigo. En 1998 sumado al desguazamiento de Yugoslavia y Checoslovaquia sobrevino otro hecho de un mismo proceso, el estallido de la crisis financiera en la propia Rusia. “El efecto tequila” provocó una intensa movilización popular al interior de Rusia que volcó su ira contra un gobierno que estaba rematando el patrimonio nacional en manos del capital financiero monopólico.

El fracaso económico del plan pro-occidental; el descontento popular creciente y la amenazante presencia de la OTAN en la zona de los Balcanes, contribuyeron a la caída de las fuerzas política títeres de los yanquis en funciones desde el derrumbe de la URSS y su reemplazo por un acuerdo de partidos nacionalistas que advertían, con fundamento, sobre los riesgos de disolución nacional y promovían la defensa y propiedad del patrimonio y las riquezas rusas en manos rusas.

Todo este proceso fue el inicio de un veloz ascenso de Rusia y China, a partir de la redefinición de las correlaciones de fuerza entre clases sociales, destacándose esta última por su mayor desarrollo en cuanto a la planificación económica como el eje de un sistema de relaciones sociales en transición al socialismo y por la mayor conciencia de estar transitando precisamente dicha fase como fenómeno universal pero universal concreto, o sea conteniendo a todas las tradiciones y relaciones de producción pretéritas negadas y subsumidas a la nueva relación social en pleno despliegue. En palabras de Mao, un contenido universal que se despliega bajo una forma nacional.

Luego de esto llegó el derrumbe de las Torres Gemelas. El hecho provocado por viejos amigos del capital yanqui, formados, entrenados y financiados por la CIA y el Pentágono, era la advertencia lo que se iba a venir.

El presidente Bush hijo lanzaba el plan militar más ofensivo de la historia de EE.UU. Había que remontar, sin duda, el fracaso demócrata en Europa del este, para esto, la Casa Blanca lanzó una guerra total en medio oriente, y de allí hacia el eje Asia-pacífico. Las incursiones en Afganistán, Irak, Libia y Siria serían la punta visible de un despliegue militar en 60 países, bajo el gobierno Bush, y cuya cifra se elevaría a los 134 durante los gobiernos del “premio nobel de la paz” Barak Obama.

El cambio en la doctrina de la política exterior (el derecho de atacar sin ser atacado) y la reorganización de los servicios de inteligencia, daba como resultado un incremento enorme de la actividad militar en el exterior que concluiría en el estancamiento político y militar en los puntos nodales más conflictivos; situación que se hizo visible en Irak, luego de su invasión en el 2003, pero que se convertiría en la norma: misiones interminables sin perspectiva de victoria; severos daños materiales, físicos y degradación moral en las direcciones militares de las tropas yanquis; rechazo masivo por parte de los pueblos ocupados y desmoralización de las fuerzas ocupantes. La fractura de Irak en tres mini estados; la descomposición de Libia tras el asesinato de Kadhafi y su encumbramiento como plataforma del tráfico de armas a la región de Siria-Palestina; la fractura de Ucrania, cuyo territorio portuario e industrial se escindió para asociarse con Rusia, demostraba los límites de una estrategia imperial que cuanto más insistía en golpear militarmente a los pueblos díscolos, más se debilitaba en su centro.

 

La derrota de la Unilateralidad Yanqui

Quedan algunos hechos que coronan el fin de la era del imperialismo y abren el escenario de transición que estamos transitando.

El NO al ALCA: en donde los pueblos y los gobiernos nacional-populares de nuestra américa sepultaron al proyecto de libre comercio de las américas, en una masiva e histórica movilización y coronada por el acto político latinoamericano más importante del período, en la región, donde confluyeron las direcciones políticas de la Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia bajo la dirección estratégica de Cuba, que le cerraba las puertas al necesario proyecto de una fracción de capital yanqui que pretendía avanzar sobre los recursos y los mercados de Latinoamérica.

El lunes 15 de septiembre de 2008, Lehman Brothers se declaró en quiebra, sorprendiendo al mundo tras un fin de semana de intensas e infructuosas negociaciones. El banco dejó una deuda de 691.000 millones de dólares y a 25.000 empleados en la calle. Fue la mayor quiebra de la historia estadounidense mostrando las grietas crecientes de un globo aerostático insuflado por deuda y emisión desenfrenada de papeles pintados.

El repliegue de los EE.UU. en el estrecho de Ormuz ante Irán: finalizando la primer década del naciente siglo XXI la correlación de fuerzas globales, más allá de las declamaciones de guerra, hizo que la armada norteamericana no pudiese evitar la profundización del comercio entre los países asiáticos, que había denominado antojadizamente el “Eje del Mal”, a través del principal paso marítimo en Medio Oriente. Esta incapacidad yanqui de sostener con hechos sus dichos le permitió al Comandante eterno Fidel Castro sentenciar que con estos sucesos “podríamos decretar el fin del Imperialismo”.

A partir de ahí un derrotero del desvarío imperial por impedir la construcción de un camino hacia la independencia definitiva de los pueblos libres del mundo: el fracaso por incorporar a Ucrania al tratado del anhelado, y posteriormente fracasado, acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y los EEUU, derivado en provocaciones guerreriles junto a sanciones económicas contra Rusia para dinamitar la laboriosa paz construida entre pueblos hermanos de la ex URSS. La derrota militar de la alianza occidental -encabezada por los norteamericanos pero con la activa participación de los ejércitos integrantes de la OTAN- en naciones soberanas como Irak o Siria a manos del eje sirio-iraní-chino-ruso-libanes.

El desbande de sus fuerzas en Afganistán, luego de veinte años de guerra y masacres donde tuvieron que retirarse como en Vietnam por la puerta trasera, pinta de cuerpo entero el desmoronamiento del occidente imperialista en la medida que desde las entrañas de los pueblos que se erigieron sobre los intereses profundos de la clase trabajadora (China, Rusia, Iran, Vietnam, Cuba, Venezuela) surgen ejemplos sistémicos de organización de la sociedad que lejos de las formas de explotación que venimos analizando, se plantean relaciones de reciprocidad, de ganar-ganar, en donde el control de la producción de los bienes y servicios y del conjunto de las fuerzas productivas desarrollas hasta aquí puedan entrar en correspondencia con la vida humana y la naturaleza en la búsqueda de una comunidad de destino.

Pero sin lugar a dudas que el último capítulo de la bancarrota imperialista se libra en Ucrania, donde la incapacidad de Estados Unidos de enhebrar las fuerzas occidentales contra Rusia queda cada día más expuesta y la utilización del pueblo ucraniano es solo la excusa del imperio y los fascistas para intentar frenar el proyecto multilateralista Ruso.

En Ucrania se destapó la olla y el olor que asoma desnuda todo lo podrido de la política de los monopolios: laboratorios donde Estados Unidos investiga y desarrolla armas bacteriológicas, virus, etc.; “libertarios” anti-rusos que se tatúan esvásticas y adoptan toda la simbología nazi, además de reivindicar no sólo a Hitler, sino al fascista ucraniano aliado suyo Stepan Bandera; represión encarnizada sobre la población civil y persecución a los dirigentes populares.

 

El fascismo y el imperialismo yanqui no son dos cosas distintas, sino expresión de la misma necesidad de acumulación de los monopolios.

En primer lugar hay que señalar que tras instigar el golpe disfrazándolo de una “revuelta de gente común insatisfecha” en 2014, hoy por hoy es evidente para la enorme mayoría de los pueblos del mundo que Estados Unidos está empujando a Ucrania para enfrentar a Rusia y que, como siempre a lo largo de su historia, los padecimientos y la catástrofe humanitaria que genera su política no son más que “daños colaterales”. Por otra parte, la política de sancionar económicamente a Rusia se ha mostrado a todas luces inviable, y no ha hecho más que profundizar los lazos de Rusia con otros pueblos y regiones del mundo. Europa se niega a alinearse como furgón de cola de una política que la dejaría sin suministro de gas u obligada a pagarlo a Estados Unidos 6 veces más… quedando detrás del proyecto Yanqui que tiran contra Rusia en un intento desesperado por frenar el viraje del centro geopolítico mundial de occidente a Eurasia.

 

El Patio trasero sublevado

En nuestra región, la última cumbre de las Américas organizada por la OEA en Estados Unidos, a la que unilateralmente el país anfitrión decidió NO invitar a lo que considera las “dictaduras” de Nicaragua, Venezuela y Cuba, fue un rotundo fracaso. Y no se trata de una cuestión táctica: si Biden sí los invitaba ocurría lo mismo. La segunda economía más grande de la región no asistió, y la tercera dio un discurso criticando las ausencias, el accionar golpista en Bolivia que la OEA empujó contra Evo Morales, la política financiera de endeudamiento a América Latina y la fuerte desigualdad. En paralelo, en el corazón del imperio, decenas de miles de personas se convocaban en la Cumbre de los Pueblos, contra la OEA, los monopolios y el imperialismo, y a debatir sobre las tareas de la organización popular en este contexto.

En un hecho histórico, el conjunto de la política del bloque regional se alineó detrás del ALBA, conducido por Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y no por un arrebato maestro, sino porque el proceso económico y político abierto tras la crisis de los proyectos progresistas de la región empuja en esa dirección. En nuestro país, con una inflación de más del 70% en los alimentos, Venezuela ya no queda tan lejos como se pensaba antes. Golpe de Estado en Brasil contra Dilma y posterior ascenso de Bolsonaro, golpe en Bolivia contra Evo, triunfo electoral de Macri en Argentina en 2015, Piñera en Chile, Lasso en Ecuador…

Y en todo ese desmoronamiento de la “década ganada”, en Cuba, Venezuela y Nicaragua no cayeron los gobiernos populares sino que se profundizaron los procesos. Venezuela derrotó los mil y un golpes, guarimbas, presidentes autoproclamados, y la guerra económica, encaminándose ahora a un desarrollo productivo planificado, bajando la inflación y proyectando un crecimiento de entre el 10 y el 15% de su PBI para este año, el más alto en la región.

Mientras toda la región dependía de otros para el suministro de la vacuna contra el Covid, Cuba desarrolló siete vacunas propias, y envió médicos para contribuir a controlar el virus en todas partes del mundo, incluso países europeos. Y Como frutilla del postre, en Colombia base militar y del narcotráfico de los EEUU para toda la región acaba de ganar las elecciones la coalición de PETRO y Francia Márquez que encarna un claro proyecto popular, Latinoamericano y Antiimperialista.

Nos cuenten lo que nos cuenten, ladren lo que ladren, los pueblos latinoamericanos y del mundo no comemos vidrio y sacamos nuestras conclusiones. Esta avanzada violenta contra todos los pueblos sin poder reproducir ni siquiera a sectores que jugaron como gendarmes mundiales, hace que su relato de “sueño americano” y de “estado de bienestar” capitalista sea cada vez menos creíble por ser cada vez menos sostenible materialmente. Sin recursos económicos y político-culturales para convencer a los pueblos dominados sólo les queda la herramienta represiva: fraude electoral, persecución judicial (lawfear), asesinato de dirigentes, masacres a grupos movilizados y en lucha, represión abierta.

 

SON EL CAOS. -Narcotráfico y balcanización del conurbano-

Padre, ya están aquí, Monstruos de carne
Con gusanos de hierro Padre, no tengáis miedo, Decid que no Padre (…) están matando la tierra
Padre Dejad de llorar, Que nos han declarado la guerra
Joan Manuel Serrat

En el escenario de derrumbe mundial y regional en que se encuentra el imperialismo, EEUU no puede aceptar recibir mansamente su certificado de defunción. Luego de la estrepitosa derrota sufrida en Colombia, de cara a los procesos eleccionarios venideros de los dos países más grandes de la región, en Brasil todo augura que ganaría Lula en primera vuelta, en Argentina no pueden permitir que en nuestro país sigamos dando pasos las fuerzas populares en la larga lucha por nuestra segunda independencia.

Todo el mecanismo del lawfare, guerra económica, fugas de capitales, guerras de cuarta y quinta generación y todos los colores, son instrumentos coercitivos que buscan disciplinar a los trabajadores y sectores populares, condenando a la mayoría de la población al terror de caer en el descarte social y en el hambre. El objetivo de amedrentar impunemente a la población y azuzar la posibilidad del caos social sino acatamos sus advertencias son el vademécum imperial que el propio Máximo Kirchner denunciaba en plena negociación con el FMI “para hacer lo que hacen sólo basta con gente que sepa apretar prometiendo el infierno si no se hace lo que ellos quieren.”

En este marco, el operativo desestabilizador montado en torno del avión venezolano con tripulación iraní no es más que un capítulo más de esta película de terror en donde desde sus propias propaladoras mediáticas y sin ruborizarse decían que dicha operación era un vuelto del posicionamiento que tomara nuestro gobierno en la última cumbre de la OEA. En línea con estas operaciones recordemos como un día después las más movilizaciones del 1F en donde el movimiento obrero y las organizaciones políticas nos movilizamos para reclamar cambios en el Poder Judicial y denunciar el lawfare luego de las filtraciones del accionar fascistas de la “Gestapo sindical” y a una semana de las denuncias que Cristina hiciera en Honduras sobre los organismos de crédito y los grandes bancos que lavan plata sucia de la droga,
“casualmente” ocurrió un hecho trágico en la Provincia de Buenos Aires. Al menos 20 pibes y pibas, trabajadores y trabajadoras murieron y decenas se encuentran internadas por consumir cocaína adulterada. Los primeros casos fueron identificados en las localidades de San Martín, Hurlingham y Tres de Febrero.

Enseguida las propaladoras mediáticas del imperio quisieron mostrar el hecho como un mero “ajuste de cuentas” entre banditas, pero ni el barrio, ni la conciencia creciente de nuestra población tolero dicho análisis. La guerra llevada adelante por los narcos expresa la caotización que generan los grupos concentrados en toda América Latina, tal como expresó recientemente Cristina en Honduras como brazo ejecutor de las condiciones de su reproducción.

Si vemos las localidades afectadas son parte de las que el PRO plantea incorporar a CABA en su imaginario de nueva división de control territorial, que les permita fracturar el núcleo político de la clase obrera nacional que se encuentra en el conurbano bonaerense, justamente ahí en los barrios obreros donde ellos electoralmente pierden sistemáticamente.

Nos tiene que quebrar y para eso está trabajando toda la caterva de Halcones y Palomas. Tienen que expandir su masa crítica y con eso quebrar el país. Como lo señala Esteban Bullrich, ex Ministro de Educación de Mauricio Macri, en su libro “Una nueva Buenos Aires, para renovar el pacto de unión nacional; además de dividir la provincia en cinco, lo central es la incorporación de todo el primer cordón del conurbano a la Ciudad, así en una primera instancia juntan a casi a 3 millones de personas más, bajo su influencia económica, política y cultural, (cosa que ya vienen haciendo en los centros urbanos de los municipios del segundo cordón con mayor peso de las capas medias de técnicos, profesionales y – pequeña y mediana burguesía- para luego en una segunda instancia, expandirse más allá del camino de cintura ampliando la frontera porteña “civilizatoria” hacia el grueso del segundo cordón y así llegar a más de 12 millones de habitantes bajo su influjo político.

Saben que la balcanización es un momento necesario de su posible dominio, te fracturan aún más el país, e intentan quebrar definitivamente el conurbano y eliminar cualquier posibilidad de que la provincia juegue el papel histórico de destacamento nacional contra el puerto de Buenos Aires. Intentan al igual que Mitre y Sarmiento luego de haber derrotado a Rosas y el proyecto de la confederación en Caseros, le declararon la guerra al país y nos la ganaron.

Hoy tienen que hacer lo mismo pero no tienen bases donde sostenerse. Tiene que eliminar a todos, ya no pueden incorporar al interior derrotado como en aquel entonces, no hay posibilidad para que al igual que hicieron hace más de 170 años a los hacendados derrotados los incorporen como oligarquía, hoy los tienen que liquidar a todos, Roca el tucumano ya no entraría, como hoy Morales a pesar de sus cipayismo tampoco.

Las múltiples fracturas en las corporaciones empresarias y en las fuerzas políticas de derecha puestas de manifiesto en la feroz interna en Juntos por el Cambio (PRO-UCR) entre Halcones y Palomas hablan por sí solas de ese proceso. No hay lugar para todos. La necesidad de pinchar teléfonos y de filmarse clandestinamente incluso en sus propias reuniones y también la propia filtración de esas escuchas y filmaciones hablan a las claras de toda esa podredumbre, desnudando su carácter profundamente antipopular y antidemocrático.

Tienen que romperte todo, son el caos, y además de los zombis que puedan construir con el consumo masivo de estupefacientes, para aquellos que se dignen a luchar contra el orden injusto que deben imponer, tienen la “Gestapo anti-sindical”, palo, lawfare y represión. Son dos caras de la misma moneda. La cara económica es el fundamento profundo de la cara política. Y viceversa: ese plan político es el único plan posible para esas necesidades.

No tienen otra forma de gobernar. Todo lo que se oponga debe ser perseguido y acusado de autoritario, populista, y terrorista. Son todas muestras de un mismo plan con un mismo origen: EE.UU. Es desde allí desde donde se planifican, dirigen y financian a través de la Embajada las políticas a aplicarse en cada país bajo su órbita de influencia.

 

Asumir al ENEMIGO. Lo CRUENTO

Si continuamos con el análisis de los hechos y el accionar histórica de nuestra oligarquía vemos que luego de las derrotas de mediados de siglo XIX, ya en el siglo XX el 17 de Octubre 1945, el pueblo trabajador cimentó los pilares de una nueva Argentina, que bajo la conducción de Juan Domingo Perón, se constituyó un gobierno absolutamente industrialista, que reivindicaba en sus acciones la histórica línea nacional de la Revolución de Mayo de Moreno, Belgrano y Castelli, de la Independencia San Martiniana de la Patria Grande y la Soberanía de Juan Manuel de Rosas. Un gobierno popular con centralidad en la clase trabajadora, que institucionalizo un Estado de cosas que negaba y se oponía al Estado impuesto por la Oligarquía a partir de 1853 luego de aquella derrota en Caseros. Ahora bien, como la experiencia indica a pesar de todo lo realizado por nuestro pueblo, y en especial por nuestra clase trabajadora, esa experiencia no alcanzó. Diez años de gobierno terminaron con un golpe oligárquico militar, bombardeo y fusilamientos mediante.

Esto reinició con dictaduras mediante el ciclo de gobiernos pro-oligárquicos e imperiales que destruyeron todas las conquistas que parecían haberse alcanzado para siempre y con los 12 años de Kirchnerismo se afirmaron esas primeras conclusiones; vimos que con el solo hecho de ocupar las instituciones del régimen no alcanza. Que, si bien estando en ellas se había avanzado en la legalización de una cantidad de demandas elementales del pueblo, no pudimos negar sus causas, ni superar los fundamentos más profundos del poder rentístico de la oligarquía y del capital financiero bajo el sacrosanto privilegio del dominio privado del conjunto de los medios de producción y nuestros recursos naturales.

Es absolutamente justo evitar todo sacrificio inútil. Por eso es tan importante el papel consciente y la preparación férrea de los hombres y mujeres con esclarecimiento de las posibilidades efectivas que tiene nuestro país y Nuestra américa dependiente de liberarse del dominio estructural del enemigo. Toda la historia de lucha de nuestro pueblo nos indica que no podemos hacernos ninguna ilusión, ni tenemos derecho a ello haciéndonos la idea de lograr la libertad sin prepararnos para la lucha cruenta. LA PAZ DEPENDE DE QUE GANEMOS LA GUERRA.

En el año 1968 Perón reflexionaba sobre su caída; y en esa reflexión podríamos involucrar al conjunto de mandatarios y pueblos latinoamericanos, que luego de la primera década ganada del siglo XXI por golpe o elección, fueron despojados del gobierno del Estado; en aquel momento él decía:Yo no quería llevar a la República a una Guerra Civil ni a una Lucha Cruenta, no quería que se derramara sangre entre argentinos, hoy creo que cometí un grave error. Esa gente llegó para hacer el más grave daño que se le pudo haber el hecho al país”.

Así, hace más de 44 años que está planteado de manera conciente resolver “lo cruento”, que no es un problema meramente instrumental, sino que es dotar a las masas de una concepción y organización permanente que permita afrontar las tareas de cara al enemigo principal. Lo cruento no es solo lo militar, sino prepararse para derrotar al enemigo en todos los planos. Político, Económico, Moral y Cultural.

El 17 de octubre, y los programas históricos de la Falda, Huerta Grande y el programa del 1 de Mayo del 68 son nuestros antecedentes, pero hoy solo como un piso del cual partimos para nuestro accionar, porque a pesar de los avances y conquistas que hemos logrado con posibilidades ciertas de construir una sociedad que tenga en su fundamento existencial la función social de la propiedad, la comunidad organizada y la justicia social, el imperio y su cipaya oligarquía no dudaron en descargar toda su artillería contra nosotros. La matanza de nuestros indios, la guerra de policía contra el gaucho, los fusilamientos en la Patagonia, los bombardeos a la plaza de Mayo, la persecución, proscripción, la tortura y las desapariciones de la última dictadura cívico militar del 76, son solo una muestra de lo que el vademecun oligárquico imperial está dispuesto a realizar en la defensa de su sacro santa propiedad.

Debemos poder despojarlos de cada una de sus posiciones de dominio, en la producción, en el comercio, en las finanzas, en los medios de comunicación, el arte, el deporte, en nuestro barrios, en fin en cada uno de los aspectos de nuestras vidas en donde aún domina el capital financiero, la competencia y el sálvese quien pueda. Ya vimos, como nos viene advirtiendo Cristina que con solo ocupar las instituciones del régimen no alcanza. Que, si bien estando en ellas se avanzó en la legalización de una cantidad de demandas elementales del pueblo, desde ahí no se pone en cuestión los fundamentos más profundos del poder de la oligarquía y del capital.

 

Superar la Derrota. La necesaria actualización doctrinaria y el Perón Colectivo.
“Durante un siglo los privilegiados fueron los explotadores de la clase obrera. ¡Hace falta que eso sea equilibrado con otro siglo en que los privilegiados sean los trabajadores! Cuando pase este siglo creo que recién habrá llegado el momento de tratar cm la misma medida a los obreros que a los patrones, aunque sospecho que ya para entonces el justicialismo habrá conseguido su ideal de una sola clase de hombres,
los que trabajan”.
Evita

No habrá mundo posible, no habrá independencia económica, no habrá soberanía, ni habrá justicia social si los trabajadores y las trabajadoras no avanzamos en dominar el conjunto de los recursos estratégicos y la producción de los bienes y servicios esenciales para la vida humana. No hay margen, la naturaleza no aguanta más las condiciones actuales de la explotación y tampoco aguantamos más nosotros. No hay margen para emparchar este sistema, nada de lo que toca el capital tiene posibilidades de subsistir.

La toma de conciencia de este problema debe estimular, empujar, a que modifiquemos nuestros hábitos, nuestra conducta. El grueso de la dirigencia política y social no escatima palabras para denunciar el accionar de los grupos monopólicos y el FMI, denuncian sus mentiras pero en la práctica, a la hora de definir el camino a seguir, sus verdades quedan atenazadas al dominio estructural del enemigo y las “correlaciones de fuerzas”. El tan recurrente Estado de bienestar fue la política de los monopolios para neutralizar a las clases obreras de los países centrales, convocados a luchar por su interés histórico luego de la victoriosa Revolución Rusa.

El pesado sueño de un bienestar para el obrero dentro del capitalismo, fue presentado a los ojos de las masas trabajadoras como una conquista propia, sin darnos cuenta de que lo único que estaba pasando era que nos estaban engordando para el festín neoliberal, que como ya analizamos, desde la década del 70 en adelante mostró toda su insaciable voracidad. Así el oportunismo, como corriente política al interior de la clase trabajadora, que postulaba una salida posible en los marcos del sistema, se volvió dominante luego de las derrotas que sufrimos los trabajadores en el mundo en general, y a fuerza de dictaduras, desapariciones y represión en Nuestra América. Esa derrota aún tiene un peso abrumador en las espaldas de nuestra historia. Del sentido mismo de “cambiar al mundo” llegamos a la consigna “construir lo posible”. “El fin de la historia” caló muy hondo al interior de nuestras fuerzas, así la idea de poder conseguir mejoras al interior del sistema parecía posible y militable. Así se hizo bandera que cualquier conquista inmediata era mejor que la construcción de un proyecto de país para futuras y difusas generaciones.

Pero “paradójicamente” las mejores condiciones para los nuestros, tenían que ver con imitar a los patrones, con desarrollar todo el andamiaje ideologico, valorativo y cultural del consumismo, en donde este era sinónimo de bienestar, mientras miles de compatriotas y nuestras familias enteras caigan en la desgracia de la desocupación, la miseria y en el mundo se acumulaban las catástrofes naturales. Que uno ERA por lo que TENIA, que el modelo se media “por la capacidad de consumo” “que eso era por lo cual lucharon nuestros abuelos”, nuestros viejos y nuestros desaparecidos. Así se inoculó en pequeñas dosis el veneno de la salida individual y eso se trasmuto en un valor de la lucha reivindicativa de los trabajadores y trabajadoras que sepultaba toda la tradición comunal arraigada desde nuestros pueblos originarios, las montoneras federales, las primeras luchas anarquistas, socialistas, comunistas y nuestra doctrina justicialista, destrozando el fundamento básico de la comunidad organizada, reemplazada por la idea del esfuerzo individual, la reja y el country.

Así con la derrota a cuestas de nuestra espalda, con las dictaduras, las bombas, los fusilamientos y los desaparecidos se terminaron defendiendo aquello que nos hundió, aquellas ideas del mercado y el progreso individual que nada tenían que ver con el principio esencial del justicialismo.

Perón decía que nadie se realice en una sociedad que no se realiza, que el todo está siempre antes que las partes y el conductor, el militante, el peronista pone primero siempre lo común, que EL OTRO ES LA PATRIA. Esos principios se prostituyeron en nombre de lo posible. Y lo imposible un mundo en donde reine el amor y la igualdad, donde los únicos privilegiados sean los niños y los ancianos, solo fue solo una cita vacía.

Así fueron echando tierra en nuestros ojos y confusión en nuestras cabezas, nos pusieron a discutir que “la panza llena” valía más que las “utopías”, y de esto se hizo bandera. Siempre defendimos y vamos a defender, las luchas reivindicativas gremiales, por aumento del salario y las condiciones de vida, como un momento embrionario de la toma de conciencia de nuestro interés de clase, pero atentos que con la derrota del 70 mediante, sin un plan y sin la conducción estratégica del Movimiento, se desarrolló la dirección táctica del todos contra todos y la lucha salarial quedo encorsetada, diría Francisco, en luchas por la reproducción inmediata, parcial y de a pedazos, quedando subordinados al orden general del mercado, intentando vender una mercancía en mejores condiciones y enfrascados en los límites de la competencia del mercado.

Así penetraron todas las concepciones del enemigo, liquidada la dirección estratégica del movimiento nacional, se machacó con la idea que había que atender las cuestiones urgentes en pos “del bien común”, y no preocuparse por la formación política ideológica y el conocimiento profundo de nuestros compañeros que nos dote del conocimiento estratégico necesario para semejante empresa. De una dirección capaz de desarrollar esa conducción. UN PERON COLECTIVO.

Si todo esto no haría falta ¿Por qué Perón inaugura el 1 de Marzo de 1951 la Escuela Superior Peronista? ¿Por qué Perón hablaba de predicadores y realizadores? ¿Cómo entendemos hoy las palabras del General cuando decía que lo primero que hace falta para una gran transformación es el Factor humano de la Revolución, los cuadros, los hombres y mujeres preparados para la gran empresa humana?

Sin esa preparación, más allá de nuestras intenciones, no hay forma de superar la lucha meramente reivindicativa. La lucha táctica bajo el dominio del enemigo. Por esto hablamos de la necesidad de desarrollar un plan, una estrategia, que supere el mundo bajo el dominio del capital privado, que construyamos EL PERON COLECTIVO que supere el comportamiento táctico de las bases del todos contra todos y construir nuestros destacamentos, fomentarlos, dotarlos de herramientas profundas, asumiendo al enemigo principal.

Perón definía la política como la política internacional, y en este sentido, la cuestión fundamental de la Argentina y de Nuestramérica era y es el problema del imperialismo como fase del capitalismo en descomposición y que hoy Francisco nos llama a superar sin parches ni concesiones hacia una etapa de transición pos capitalista en donde no hay salida de a países, no hay lugar para una Tercera Posición, ni siquiera para multilateralismo, que solo será necesaria en tanto transición. Son ellos con su maquinaria de destrucción, caos y miseria o nosotros. Y para nosotros hay un único interés, que es el de los que Trabajan, el de los pueblos humildes del mundo, el que entiende que hay que cuidar de nuestro planeta, cuidar nuestra casa común, la naturaleza de la cual somos parte inseparable. Se nos plantea el gobierno de un Nuevo mundo, una gobernanza mundial construyendo respuestas locales, nacionales y regionales a los problemas globales.

 

La Comunidad organizada, participativa y protagónica.

“Escucho hablar de un gobierno de Unidad Nacional o de un acuerdo social y económico (…) me da la impresión que solo refieren a acuerdos dirigenciales, superestructurales, de partidos políticos, sindicatos, asociaciones empresarias, iglesias, movimientos sociales… y está muy bien pero con eso no alcanza. Se requiere de algo más profundo y rotundo, un nuevo y verdadero contrato social (…) Hay que volver a ordenar todo, pero no el viejo orden, sino en algo nuevo, distinto y mejor que lo que tuvimos (…) Ese nuevo contrato social exigirá la participación y compromiso de la sociedad, no solo en los grandes temas, sino en la vida cotidiana. Sí compatriotas… tendremos que acordar como vamos a convivir y en qué condiciones, antes de que sea demasiado tarde, porque así no va más!!!”
CFK. Sinceramente.

Los espacios de gobernanza y las diferentes formas institucionales que rigen la vida de nuestras sociedades han dejado de ser “representativas” de las necesidades de las grandes mayorías. El Monopolio devino en dictadura del capital, con lo que el agotamiento evidente de estas instancias resolutivas de la vida ciudadana, la cascara vacía en la que se han convertido, la apariencia de una igualdad formal que encubre desigualdades creciente, es coincidente con lo inorgánico en la que se han tornado las relaciones mercantil capitalistas con el desarrollo pleno de la humanidad y el interés de los pueblos del mundo.

El quiebre en la conciencia de los trabajadores, que se reflejó el 14 y 18 de diciembre de 2017 en las movilizaciones contra la reforma laboral y previsional, fue el puntapié para afirmar que la pelea es contra el neoliberalismo. Las elecciones de 2019 fueron otro paso.

La bronca e impotencia que significo la marcha atrás en la expropiación de Vicentín, como la incapacidad del gobierno de Alberto Fernández de “frenar” la guerra con la que los monopolios nos atacan, se tradujo en la pérdida de 6 millones de votos para el Frente de Todos en las PASO 2021 y de 4,5 millones en las elecciones de medio término. Entre 4,5 y 6 millones de votos que no fueron al macrismo, ni tampoco es que ahora nuestro pueblo sea Fascista o libertario, sino que mayoritariamente el abstencionismo o la impugnación fue la impotencia del voto por no haber encontrado otra forma de canalizar el descontento frente a la difícil situación que padecemos.

Esto interpela el compromiso y la participación del conjunto de los trabajadores y del pueblo en general. No es que elijamos cada 4 o cada 2 años a nuestros representantes. Los grandes monopolios elijen siempre, ellos elijen y deciden sobre nuestras vidas todos los años, todos los meses, todos los días, todas las horas, todos los minutos y todos los segundos y nosotros no podemos renunciar a tomar nuestras propias decisiones, somos nosotros los que debemos definir y elegir en cada momento de nuestras vidas. El futuro que anhelamos, al nuevo mundo, a la sociedad y al barrio que anhelamos hay que construirlo y lo tenemos que hacer nosotros mismos!

“Solo el Pueblo salvara al pueblo” dice una máxima de nuestra conciencia histórica, por lo cual sin mediar una participación directa y protagónica de conjunto de los trabajadores en la dirección del proceso productivo en función de nuestro interés, no hay ningún tipo de posibilidad de conquistar la tan anhelada justicia social, ni tampoco de ejecutar medidas que van tomando fuerzas en el debate creciente entre nuestros compañeros, como por ejemplo la reducción de las jornadas laborales, ya que sin nuestra dirección esos planteamientos solo quedan en rimbombantes declaraciones de actos y congresos.

 

Los LÍMITES que encontramos. Nuestras TAREAS, un PLAN, una ESTRATEGIA.

Resulta evidente que con luchar solo por nuestro salario y nuestras condiciones laborales no alcanza, porque ese mismo capital al que nos enfrentamos no nos puede garantizar las cuestiones básicas que exigimos los trabajadores y el conjunto del pueblo que no es más que Techo, Trabajo, Salud y Educación. Por esto, más allá de la irrenunciable lucha por las condiciones de vida cotidiana, lo que se pone en el centro, es trazar una hoja de ruta que nos permita delinear un plan, que nos encamine a dar respuesta a las causas profundas que arriba venimos describiendo.

Frente a semejante tarea, queda claro los límites de la organización gremial que supimos construir hasta acá. Nacida centralmente durante el siglo XVIII, para discutir y defender condiciones de trabajo y salarios, en aquel entonces bajo el dominio de la manufactura, nos enfrentábamos a patrones, dueños de empresas y hasta grupos económicos que eran representativos de tal o cual actividad específica o a lo sumo se diversificaban en otras actividades al interior de una misma rama. Pero hoy en día, el mercado mundial, que durante todo el siglo XX se unificó bajo la dirección de los monopolios, fue descomponiendo la fabricación de un mismo bien en un sinfín de procesos que conectan el trabajo y la cooperación de los obreros de las distintas partes del globo, pero que la falta de conciencia sobre dicha lógica nos desorganiza en tanto la unidad de los trabajadores que participan en la transformación de un mismo bien; desaloja mano de obra de aquí y de allá, sin distinción de color, idioma y profesión.

El paro, y la huelga general como máxima expresión de la conciencia alcanzada dentro del plano de la lucha gremial, cumplía un objetivo fundamental para la lucha, ya que podía poner un freno u entorpecer el normal desenvolvimiento de ciclo del capital y con eso construir instancias de negociación frente al patrón. Pero bajo el dominio del capital financiero, con el alto grado de descomposición del proceso productivo que funciona desperdigado en todo el globo terráqueo, el paro y las medidas realizadas por las partes desde cada gremio o federación, no tienen escala para lograr entorpecer el normal funcionamiento del capital, ya que por el grado de diversificación existente, frente al parate de un punto del proceso de ensamble general, rápidamente pueden reemplazar lo producido en dicho lugar por otro en cualquier otro lado. Ya no se trata de parar o destruir el orden del enemigo, con eso solo no alcanza, sino que hay que superarlo, HAY QUE PONER EN FUNCIONAMIENTO UN NUEVO ORDEN.

Esto hace imperiosa la necesidad de poder dar pasos en el conocimiento y control de la totalidad del proceso productivo en que estamos inmersos. Conocer qué, cómo, y cuánto se produce en cada establecimiento, en cada rama, como están distribuidos, en cada barrio, en cada distrito, provincia y países. Cuáles son las empresas y cuáles son sus terminales globales, a que grupos pertenecen, como estas compuestos y como se concatenen en toda la cadena de valor entre las distintas ramas de producción. Con qué insumos se produce, cómo son los procesos de trabajo y con qué maquinaria se realizan los mismos.

En fin, los trabajadores necesitamos entender profundamente los problemas planteados, para lo cual debemos apropiarnos del conjunto conocimientos desarrollado hasta aquí por la humanidad, conocer cabalmente las distintas ciencias, para así poder dominar las leyes de la naturaleza más generales y también las leyes de la sociedad más específicas que rigen a los hombres y mujeres bajo el régimen de acumulación actual. Los trabajadores, junto al resto de los sectores de nuestro pueblo, estamos en perfectas condiciones para ello, porque somos los que las hacemos, los que las distribuimos, los que las comercializamos. Sabemos qué producimos y cómo lo hacemos. Pero cada uno de nosotros tiene sólo una partecita de dicha información. Nuestra unidad frente a estos grupos económicos deviene necesariamente de qué política nos demos para resolver este problema y ello arranca por poner en común la información de lo que hacemos y de cómo lo hacemos en nuestros lugares de trabajo; y de allí derivar la discusión acerca de cómo vamos a hacer para controlar dicho proceso, para DERROTARLOS Y SUPERARLOS!!!

En primer lugar, debemos tener pleno conocimiento de quiénes son esos grupos económicos y sus patas locales en nuestro país, el conocimiento y control que podamos ejercer sobre estos grandes capitales resulta central, porque como estamos viviendo frente al intento de implementar una política económica, social y cultural que atente contra sus intereses, estos como ya los venimos padeciendo responden como lo hicieron históricamente con el estrangulamiento financiero y económico, el desabastecimiento, etc., buscando el descontento y el caos social para que sea imposible gobernar en contra de sus intereses.

Segundo; resulta entonces como ya dijimos fundamental que sepamos qué estamos produciendo, cómo, con qué maquinaria y herramienta, con qué materias primas e insumos, a quién se le vende dicha producción, tanto en el mercado local como exterior. Para ello es necesario superar los límites de la organización por actividad y rama constituyendo mesas políticasde los trabajadores y las trabajadoras en cada una de nuestras regionales, que nos permitan abordar el conjunto de las ramas y actividades. Cualquier medida que atente contra los intereses de los grupos de capital concentrado será respondida con el estrangulamiento financiero, porque controlan la banca tanto local como extranjera, así como con el desabastecimiento de los insumos y herramientas y maquinarias básicas para la producción.

El grueso de estos elementos provienen del exterior y vemos como están operando el desguace vía importación, por lo tanto, es necesario tener previsto cómo será abastecida nuestra industria para que no se frene la misma por dicha vulnerabilidad, hasta tanto podamos ir desarrollando por nosotros mismos, en unidad con los pueblos de la región la maquinaria y la tecnología que necesitamos. Lo propio con la comercialización. Debemos saber a quién le vendemos y quienes más necesitan de lo que producimos, estableciendo acuerdos estratégicos, nuevamente, con aquellos pueblos que estén en la misma situación.

En tercer lugar, en estas mesas territoriales de conjunto las organizaciones sindicales, regionales o locales, y a las organizaciones sociales y políticas populares que estén dispuestas a ello, debemos ir construyendo un plan de acción gremial inmediato frente a cualquier intento de suspensión o despido, haciéndonos presentes en el lugar del conflicto ya no sólo llevando nuestra solidaridad, sino participando activamente en el traslado inmediato de la problemática al conjunto de los vecinos y vecinas, para visibilizarlo rompiendo el cerco mediático imperante, elevando así cada lucha asilada a la lucha del conjunto, construyendo la fuerza necesaria para forzar el acuerdo con el empresario en cuestión, de modo de garantizar las fuentes de trabajo.

No podemos permitir, en ningún lugar y bajo ninguna circunstancia, despidos y suspensiones. Por supuesto, ello nos exigirá el conocimiento señalado en los puntos anteriores para poder dar soluciones viables, aunque sean transitorias, a este tipo de situaciones, diferenciando entre el interés extranjero y los capitales altamente concentrados frente a la probable situación de ahogo financiero y de achicamiento del mercado sufrido fundamentalmente por el pequeño y mediano empresario.

En cuarto lugar, desde estas mismas mesas de militancia gremial territorial debemos poner en otro plano el control popular de los precios en los comercios de la zona, buscando acuerdos con el pequeño y mediano comercio, garantizándole la discusión con la población para sortear cualquier intento de boicot de las grandes cadenas de supermercados e impulsar la compra en los comercios pequeños y locales del propio barrio de determinados productos básicos, previo acuerdo respecto de a qué precios se venderán allí los mismos y garantizando así el abastecimiento de los productos esenciales.

En quinto lugar, como aprendimos a fuerza del dolor causado por el crimen social de Sandra y de Rubén en la escuela 49 del distrito de Moreno, pero también de la unidad y la lucha emprendida desde allí, también nos tendremos que ocupar de qué educación queremos para nuestros hijos y en qué condiciones queremos que se brinde la misma.
Los propios trabajadores y vecinos de los barrios junto a docentes, directivos, gremios y organizaciones que a pesar de la persecución y la represión y de las permanentes amenazas, fuimos quienes exigimos al gobierno de Vidal el plan de obras, pero también quienes nos dimos la organización territorial mediante asambleas periódicas para controlar el cumplimiento de dichas obras, o con las cooperativas propias, las que han permitido dar un paso en la atención de dicha problemática aunque aún lejos estamos de alcanzar la justicia que necesitamos.

Lo propio podríamos señalar respecto de la salud. Frente a los estragos que nos dejó la pandemia se desnuda el desguazamiento del sistema de salud pública aplicado por el Macrismo y que hoy defienden los grandes laboratorios. Los trabajadores debemos retomar el plan original de salud de los primeros gobierno peronistas, encabezado por el Dr. Ramón Carrillo, organizándolo desde el control de la salita de cada barrio, decidiendo y controlando qué salud necesitamos los trabajadores y, desde allí, dirigiéndonos hacia los hospitales intermedios y los grandes centros de salud, discutiendo junto a los trabajadores de los mismos y a los profesionales de la salud, que sufren el mismo plan de ajuste, cómo llevar adelante el mismo a partir de las necesidades populares y no de las de los grandes laboratorios.

Lo único que debemos hacer es adquirir plena conciencia del poder que poseemos, Y no olvidarnos de que nadie puede hacer nada sin el pueblo. Que nadie puede hacer tampoco nada que no quiera el pueblo.
¡Solo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros propios destinos!
Evita

Para todo esto necesitamos construir una única ESTRATEGIA, que ponga en el centro lo común, en donde el reclamo particular esté subordinado al problema colectivo, una estrategia que supere el comportamiento táctico de las bases del todos contra todos y construir nuestros destacamentos, fomentarlos, dotarlos de herramientas profundas, asumiendo al enemigo principal. La crisis pone la pelota en nuestro campo, donde lo que define es la organización política, es decir, la forma organizativa que toma la concepción del problema que hay que resolver y la estrategia que nos damos para superarlo ya no como sindicatos y agrupaciones políticas sino como clase.

Eso significa no poner nunca en primer lugar a mi escuela, mi salita, mi sindicato, mi organización, mi agrupación, mi cuadra o el barrio al que pertenezco. Sólo resolviendo lo común podemos resolver lo particular. Por esto debemos extirpar la idea y la práctica que dice que en pos de una conquista material inmediata particular podemos rifar el proceso de unidad necesario, ya que la historia nos ha demostrado que, cuando hemos puesto los intereses particulares por delante de los intereses comunes, siempre, siempre… nos han derrotaron en lo colectivo. Dicho proceso requiere de un grado de madurez y de una dirección que esté a la altura de las circunstancias y logre encauzar cada una de las reivindicaciones parciales, inmediatas en la lucha por los objetivos estratégicos, permanentes. Es a lo que nos convoca Francisco cuando propone frente “a los problemas locales, soluciones globales”.

Superar la irracionalidad destructiva de los grupos económicos y la derecha, el caos, la violencia y el narcotráfico al que nos deben someter, para reemplazarlos desde la raíz, requiere que los laburantes debatamos, organicemos y tomemos en nuestras manos los problemas comunes que enfrentamos. En cada rincón de nuestras barriadas, desde sus cimientos, manzana x manzana, casa x casa y en cada gremio, en cada fábrica, construyamos una Democracia Participativa, Directa, Orgánica y Popular como nos enseñara el General, donde debatamos y decidamos cómo vamos a desarrollar un plan común. UNA PROFUNDA UNIDAD DEL CONJUNTO DE LOS TRABAJADORES y TRABAJADORAS. Una gran Corriente Política Nacional que junte lo más dispuesto a dar esta pelea del MOVIMIENTO SINDICAL, de los MOVIMIENTOS SOCIALES, de los trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados y una gran lista de organizaciones políticas, barriales, vecinos y vecinas que bajo el incuestionable papel que viene jugando la compañera CRISTINA FERNANDEZ DE KIRCHNER garanticemos la unidad para Triunfar.

Una vez más es la Hora del Pueblo, de que asumamos cada una de las luchas parciales como una única lucha, de una cohesionada Comunidad, Nacional, Regional y Mundial Organizada.

 

Por la Independencia Económica, la Soberanía Política, la Justicia Social y La Unidad Latinoamericana!!!
Sólo el Pueblo Salvará al Pueblo!

 

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