Corriente Federal de Trabajadores
Por HÉCTOR AMICHETTI*
Desde la Corriente Federal de Trabajadores hemos dicho que la deuda macrista es inmoral, ilegítima e impagable.
De manera perversa y sin mandato alguno, un puñado de cipayos agigantaron brutalmente la condición de deudor de todo el pueblo argentino.
Nuestra Federación Gráfica Bonaerense y la Corriente Federal de Trabajadores no ocultan la concepción histórica del sindicalismo de liberación.
En éste minuto de la historia, esa concepción significa poner en práctica la voluntad de romper las cadenas que nos atan a la dependencia vía concentración y extranjerización económica, especulación financiera y alineamiento incondicional a los dictados de la globalización.
Esa situación de dependencia es la principal responsable de un aparato productivo prácticamente destruido, de la desocupación y los bajos salarios, de familias que sufren hambre, de los niños que mueren por desnutrición en Salta y en otras regiones de nuestro territorio.
Si el sindicalismo no es de liberación termina siendo cómplice de la dependencia.
Nuestra postura con respecto a la deuda y el FMI es coincidente con las expresiones de la compañera Cristina Fernández de Kirchner: el Fondo debería aceptar una quita porque tiene gran responsabilidad en el endeudamiento nacional.
Si violaron un punto del estatuto, ahora pueden violar otro.
Coincidimos también con la acusación formulada con absoluta claridad por nuestro Presidente de la Nación compañero Alberto Fernández, al afirmar que el FMI financió una histórica fuga de divisas y por ello es corresponsable de la catástrofe social que atraviesa el país.
Hace unas horas el vocero del FMI, un tal Gerry Rice, manifestó que «el préstamo no viola los estatutos, por lo que no puede haber quita».
Si no es ilegal contraer semejante deuda externa sin mandato expreso del pueblo argentino, si es legítimo permitir que ese dinero prestado se fugue del país y simultáneamente se convierte en legal y natural la desocupación y el hambre…
¿Que destino le espera a la Nación Argentina?
De qué sirve lo que llamamos «democracia».
Si a pesar de lo justo y racional de nuestra postura resulta imposible aplicar una quita a la deuda, el equivalente a lo que debería ser esa quita tendrán que ponerlo los que fugaron las divisas.
Deberán hacerlo a través del pago de mayores impuestos o de la manera que sea, será vía expropiación o nacionalizaciones si no tienen con qué responder, pero esos fondos deben salir de sus bolsillos y no del sacrificio del pueblo argentino.
Según escuché ayer, personalmente y en vivo y en directo de boca del Ministro de Economía Martín Guzmán en su informe al Congreso, (quien, dicho sea de paso, también responsabilizó al FMI), «vivimos una profunda crisis social que nos coloca al borde de la tragedia».
Los responsables de esta tragedia deberán ser procesados y juzgados por un nuevo Poder Judicial que los mantenga libres hasta que se dicten sus sentencias.
Estas decisiones contarán seguramente con enorme apoyo popular, el gobierno surgido legítimamente de una elección se verá fortalecido y la Democracia enaltecida en su calidad.
Mi profundo deseo es que así sea.
* Federación Gráfica Bonaerense / Corriente Federal de Trabajadores
